Un blog desde la diáspora y para la diáspora

jueves, 23 de abril de 2015

Carlo, Willy, Alberto y Pepa

Nos han hecho llegar esta esclarecedora misiva por correo electrónico:

Carta abierta de Carlo Frabetti a Willy Toledo

Querido Willy:

Empecé a ver la entrevista que te hizo Pepa Bueno en “Viajando con Chester” con una mezcla de alegría y preocupación: alegría por tu regreso a la visibilidad y preocupación por el precio que inevitablemente vas a tener que pagar por ello; pero la preocupación dejó paso a la consternación cuando dijiste que ibas a votar a Alberto Garzón. ¿Debo entender que ahora crees que Izquierda Unida nos sacaría del euro, de la Unión Europea, de la OTAN? ¿Crees que Garzón y su hipotético equipo de gobierno echarían de IU y de CCOO a la legión de barones y baronets que se han instalado en el poder -y se han enriquecido- pactando con los criminales del PSOE o directamente con la patronal? ¿No has tenido en cuenta que para llegar a ser el candidato de IU Garzón ha tenido que contar con el apoyo de esos barones y baronets corruptos? ¿No has pensado que todo lo que le reprochas a la pandilla de necios y oportunistas de Podemos es aplicable, corregido y aumentado, a la pandilla de necios y traidores de IU y CCOO? Puesto que hace unos meses te dejaste engañar por los farsantes de Podemos y ahora reconoces tu error, ¿cómo es posible que no te des cuenta de que has vuelto a caer en la misma trampa?

Fue muy triste, querido Willy, verte representar la escena del sofá con Pepa Bueno, verte sometido al interrogatorio capcioso del policía bueno, de la policía Bueno. Porque Pepa Bueno -como los Évole, los Wyoming o los Gabilondo- es el “rostro amable” del sistema a nivel mediático, del mismo modo que Garzón e Iglesias lo son a nivel político, del mismo modo que el papa Francisco lo es a nivel eclesiástico. Todos ellos cumplen la misma función: hacernos creer que las cosas se pueden cambiar desde dentro, o lo que es lo mismo, hacernos olvidar qué es lo que hay “dentro”. Hacernos olvidar que la Iglesia Católica (me refiero a sus altas jerarquías) es una organización criminal dirigida por pedófilos y mafiosos; hacernos olvidar que la política parlamentaria es una merienda de lobos que se disputan los mejores trozos de la presa tras aliarse para abatirla, y que la presa no es otra que la clase trabajadora; hacernos olvidar que los grandes medios de comunicación cumplen la función -imprescindible para el poder- de engañarnos e idiotizarnos…

Votar a este joven y guapo Garzón es votar también al otro viejo y repugnante Garzón (no en vano son parientes), pues representan y avalan la misma impostura, el mismo criptofascismo, el mismo Estado terrorista en el que cada semana muere una persona en dependencias policiales, en el que cada año hay más de setecientas denuncias por torturas sin que los políticos de oficio y beneficio digan esta boca es mía, porque la boca no es suya sino de sus amos. No te dejes seducir, querido Willy, por el rostro amable del sistema, que en el fondo (y a veces también en la forma) es el más feroz; no te dejes utilizar como reclamo por los cazadores de votos sin proyecto ni escrúpulos; la verdadera lucha, la vida inteligente, está en otra parte -solo está en otra parte- y tu sitio está en las trincheras que durante años hemos compartido, no en las bochornosas tertulias televisivas.

En los últimos meses, y muy a pesar mío, me he visto obligado a escribir, desde el desacuerdo más profundo, tres cartas abiertas similares: a Santiago Alba Rico, a Carlos Fernández Liria y a ti; tres amigos entrañables y hasta hace poco insobornables compañeros de lucha; tres personas sobre cuya honradez e inteligencia tengo pocas dudas… ¿Qué demonios está pasando? Que alguien me lo explique, por favor.






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