A cualquier amante de la riqueza lingüística de la humanidad le va a parecer una delicia este completísimo reportaje dado a conocer en el portal Tiempo:
La nieve recibe abundantes y curiosas denominaciones en el País Vasco. Descubre algunas de ellas en este trabajo.Kepa Diegez | autor del blog “EtnoMet”ResumenEste artículo trata de las abundantes y curiosas denominaciones populares que recibe la nieve en lengua vasca. Está basado en la tesis que está realizando el autor referente al léxico popular en euskera, en la cual se lleva a cabo un “Estudio cultural del léxico etno-meteorológico vasco”. El punto de partida de este artículo es la creencia generalizada que se observa alrededor del léxico de la nieve utilizado por los esquimales. Durante mucho tiempo se pensaba que éstos poseían una gran variedad y cantidad de términos nivosos. El propósito del artículo es mostrar como una lengua occidental situada en una zona templada posee una riquísima terminología relacionada con la nieve que nos retrotrae a tiempos ulteriores y que nos da idea de un estadio del clima que, según algunos datos recogidos, nos dan indicios de que éste va cambiando más aceleradamente de lo que se sospechaba. La realidad cultural circundante ha quedado impresa en las palabras. Son monumentos lingüísticos comunicativos que hay que conservar.1. IntroducciónTodas las personas que estén introducidas en el ámbito de la meteorología popular o la antropología lingüística habrán podido oír o leer que los esquimales tienen cerca de 400 palabras diferentes para designar la nieve. Según parece, esa afirmación tiene visos de no estar cerca de la realidad. En 1911, el antropólogo Franz Boas (1966) precisó que realmente los esquimales tienen cuatro palabras sin relación para la materia blanca. Más tarde el lingüista Benjamin Whorf (1971), uno de los estudiantes de Franz Boas, mencionó que había siete palabras, y la cuenta, como si fuese un alud, se ha elevado paulatinamente con el paso de las décadas. Siendo rigurosamente científicos parece ser que podemos estirar la lista básica de las palabras esquimales para la nieve hasta una docena, pero en general, todos podríamos hacer lo mismo para el castellano, el inglés, el euskera o para cualquier otra lengua. Por ejemplo, podemos nombrar en castellano el aguanieve, el granizo, la nieve polvo, la ventisca y así sucesivamente. Cualquier desbordamiento en el léxico esquimal de la nieve se presenta porque la lengua combina adjetivos y los sustantivos para formar términos nuevos. Eso no significa que los esquimales tengan muchos términos para la nieve sino que combinan los términos exactos para hablar sobre la nieve.Este presunto “mito” del mundo esquimal es el motivo de este trabajo que pretende sacar a la luz que la lengua vasca posee una enorme, riquísima y desconocida terminología en referencia a la nieve. Todas las lenguas tienen los vocablos que necesitan los hablantes para reflejar la compleja realidad circundante y los hablantes euskaldunes han amasado un buen número de ellos a lo largo de la historia.Como el lector podrá comprobar a lo largo de este artículo, la necesidad lingüístico-cultural del hablante de lengua vasca ha sido importante y verdaderamente compleja, lo que quizá nos transporta a un estado del clima que posiblemente no tiene mucho que ver con la situación actual. Las palabras en euskera en relación con la nieve reflejan, transparentemente, un estado climático que ha quedado fosilizado en el tiempo y que en el caso de muchos de ellos nos van a sorprender de una manera absoluta. La cultura atmosférica expresada en los vocablos nivosos refleja de una forma contundente el tantas veces citado “cambio climático”, aunque muchos de ellos sigan vivos y vigentes en la mente popular vasca. Este artículo es un apartado de la tesis que está a punto de presentarse en la UPV-EHU (Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea) con el título en euskera de “Euskal léxico etno-meteorologikoaren azterketa kulturala (Estudio cultural del léxico etno-meteorológico de la lengua vasca). El corpus analizado en el campo etno-meteorológico “Nieve” asciende a 431 palabras, incluidas ciertas variantes dialectales. El corpus para la tesis, compuesto de cerca de 6000 palabras has sido recogido tanto de fuentes escritas como de orales. La fuente más importante de las orales ha sido la encuesta realizada por la Real Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia) que tiene como objetivo la culminación del Atlas Lingüístico Vasco (EHAA) que aún no ha sido publicado. Además del método cultural seguido en la tesis para clasificar los diferentes tipos de nieve, existe otra manera de abordar una clasificación mucho más acorde con la mente e imagen de los hablantes euskaldunes, la cual se va a analizar a continuación. En esencia, es observar el meteoro nieve desde que se genera hasta que desaparece, desde que un hablante divisa la nieve en el cielo mientras está cayendo, una vez que está en el suelo y ha cuajado, hasta que con el paso del tiempo desaparece de la superficie de la tierra.2. La nieve mientras está cayendoEl nombre genérico para la nieve en euskera estándar es elur. Como curiosidad para la persona que no conoce esta lengua, habrá que señalar el triángulo compuesto por ur (agua), lur (tierra) y elur (nieve). Es decir, l+ur (agua) es lur (tierra) y e+lur es elur (nieve). Existen variantes dialectales de las que se pueden destacar la vizcaína edur y la suletina elhür.En lo referente al tamaño de los copos de nieve hay que señalar que se puede realizar una gradación desde el copo genérico hasta el copo grande, pasando por el copo muy pequeño y el pequeño. El copo genérico en euskera estándar es elur maluta o únicamente maluta. Cuando se utiliza esa denominación no se hace referencia al tamaño del copo. Se puede decir que casi existe un término distinto por cada localidad vasca. Entre los más curiosos y destacados se pueden citar los siguientes: en Andoain (Gipuzkoa) el copo de nieve se designa por la composición elur malko que quiere decir “lágrima de nieve”. También en Mungia (Bizkaia) utilizan una variante similar, edur mako. En varios pueblos de Bizkaia y Lapurdi se valen de la forma edur / elur luma que de una forma metafórica expresa “la pluma de la nieve”. Los hablantes de Dima (Bizkaia) usan la curiosa composición oiloluma que nos da a entender “la pluma de la gallina”. En Bermeo, localidad de la costa vizcaína, recogimos hace unos años la florida variante de edur larrosa, es decir, “rosa de nieve”. Finalmente en Aniz, pueblo del valle navarro de Baztan, los hablantes ven al copo como “un pedazo de nieve”, elur zati.Los hablantes del valle navarro de Baztan, nombran los copos diminutos de nieve como eluts (elur + hauts), es decir, “nieve + polvo”, en cambio para el mismo fenómeno los hablantes de Arrasate (Gipuzkoa) utilizan el vocablo txirkora, palabra emparentada con el término txirlora que designa a la viruta o cepilladura de la madera. En Markina (Bizkaia) también existe otro término para denominar al copo muy menudo de nieve, edur geldo, que más o menos significa “nieve que tiene poca intensidad”.En cuanto a los copos pequeños, existen muchas variantes entre los dialectos del euskera. A continuación nombraremos las más curiosas. En Arrieta (Bizkaia) los hablantes utilizan la composición edur xeye (en euskera estándar, elur xehe) que quiere decir “nieve menuda”. En amplias zonas de Gipuzkoa, sobre todo en el interior se valen de la forma (elur) lapatx. Obsérvese la imaginería en relación con el vocablo lapats que significa “grumo de la leche cortada”. En Leintz-Gatzaga (Araba-Álava) está recogida la variante kizkori, sin otra significación que nieve menuda.Los copos grandes de nieve también reciben bastantes denominaciones en los dialectos vascos. Por ejemplo, en Ainhoa (Lapurdi) está recogida la variante elur xafla que de manera metafórica significa “lámina o chapa de nieve”. En Oñati, pueblo del interior de Gipuzkoa en donde existe una gran variedad de términos etno-meteorológicos, utilizan la composición edur mataza que quiere decir aproximadamente “madeja de nieve”.Como es de sobra conocido, la nieve puede caer en forma de “aguanieve” o de “bolitas granuladas secas”. Cuando es “aguanieve”, el término más usado en euskera estándar es elur busti, es decir, “nieve húmeda”. También se utilizan otros vocablos más cercanos a la imaginería castellano como edur / elur ur. En Markina (Bizkaia) no utilizan esas palabras sino gazur(a) que posee también la acepción de “agua salada (suero) que se forma al cuajar la leche”. Adviértase la correspondencia imaginaria entre las dos acepciones. Otra variante digna de mención es lanbera, utilizada por los hablantes de Otxandio (Bizkaia) y Arrasate (Gipuzkoa). Esta misma palabra en su forma verbal también expresa “cuando empieza a derretirse la nieve” o “cuando empieza a mejorar o suavizarse el tiempo”.En lo concerniente al tipo de “nieve granulada” la forma más usual en euskera estándar es elur pinporta, es decir, “grumo de nieve”. Obsérvese la correspondencia imaginaria con la palabra pinporta que significa “grumo, grano o burbuja”. Por ejemplo, se dice marrubiaren pinportak “los granos de las fresas”. Es importante distinguir este tipo de nieve ya que muchas personas lo confunden con el “granizo”. Si bien de tamaño son similares, su composición es diferente, pues el granizo es hielo y la nieve granulada es nieve blanda y seca. Otro término extendido por las comarcas occidentales vizcaínas es txotor que significa “nieve granulada y seca”. Finalmente, también es digna de citarse la variante elhur irin de los dialectos orientales del euskera situados en el Estado Francés. Literalmente quiere decir “harina de nieve”. Como se ha podido observar hasta ahora, la lengua vasca es muy dada a la composición de términos meteorológicos por medio de imágenes metafóricas, lo que nos retrotrae a un tiempo muy lejano.Respecto a las acciones relacionadas con “nevar”, forma que corrientemente se expresa con elurra egin o elurra izan, es decir “hacer nieve” o “ser nieve”, hay que señalar “nevar copiosamente”, “nevar fuerte”, “caer una nevada imponente”, “ablandarse la nieve” o “hacer una bola grande nieve”. También se utiliza la expresión elurra ari du, “está nevando”. Es curiosa y digna de resaltar esta forma ya que siempre se utiliza la forma ari da “está” con todos los verbos menos con los meteorológicos, como si algún ser sobrenatural, no ligado necesariamente al cristianismo, por supuesto, estuviese fabricando la nieve. La locución “ari du” nos indica la actividad de ese ser unido íntimamente a la naturaleza. En relación con esto también se dice euria ari du, “está lloviendo” o más exactamente “alguien está haciendo llover”, ya que el la cosmovisión ancestral del hablante euskaldún está reflejada de una manera nítida en los términos y expresiones. Todo esto nos da pistas muy claras sobre el origen y la esencia de la lengua vasca.Cuando nieva copiosamente los términos más utilizados son los onomatopéyicos o videófonos, es decir, los relativos al sonido que produce la nieve cuando cae o la impresión visual que nos da cuando la observamos. Entre otros se podrían destacar, elurra mara-mara, elurra bala-bala, elurra mala-mala, edurrak farra-farra jardun y zara-zara jausi. Para nombrar la acción de “nevar fuerte” en el dialecto occidental vizcaíno es común la expresión de edurra garratz egin, es decir “nevar de un forma áspera”. En cambio, en el dialecto guipuzcoano hay recogida otra variante como es elurra gotik ari, es decir “nevar desde arriba”, como si hubiese la posibilidad de que nevase desde otro sitio. Es bastante común la expresión popular goitik (desde arriba) o goitik behera (desde arriba a abajo) en el ámbito meteorológico popular. Así, cuando llueve con fuerza también se utiliza goitik behera, que expresa en cierta manera la intensidad del meteoro. En el momento que está cayendo una nevada imponente en Bizkaia se utiliza la locución hodeiak egotzi ahal edur jausi, que en castellano, poco más o menos significa “caer tanta nieve como pueden arrojar las nubes”. El sonido que produce la nieve en la mente del hablante euskaldun se designa con la onomatopeya piri-piri.Por otro lado, frecuentemente suelen haber periódicamente temporales o tempestades de nieve que varían en su duración. La composición más usual que se usa en los dialectos orientales del País Vasco Norte –departamento francés de Pyrenées Atlantique- es el(h)ur erauntsi, literalmente “tempestad o tormenta de nieve”. Tanto en Lekeitio, localidad costera vizcaína como en Tolosa, situado en el interior de Gipuzkoa al mismo fenómeno se le designa como mataza, vocablo que como se ha indicado anteriormente también significa “copo grande de nieve”. Cuando el temporal de nieve es de larga duración los hablantes euskaldunes también hacen uso de varios términos. El más corriente es elurte (elur+te), es decir, “época o temporada de nieves”. En Etxarri-Aranatz, pueblo navarro de la comarca de la Sakana, utilizan el término elur talde para denominar “nevada que dura varios días”.Para dar término a esta sección citaremos el fenómeno en el cual se mezclan el viento y la nieve y que se conoce con el nombre de “ventisca”. La palabra más extendida es (elur) bisuts. En Oñate (Gipuzkoa) los hablantes utilizan la composición edur bisuts y expresan que es “nieve que levanta el viento y molesta al que pasa”. En el extinto dialecto roncalés navarro está recogido el vocablo uxin, el cual se empleaba “cuando un viento recio levantaba la nieve empolvorizada privando el andar por su espesura y frialdad”. El antropólogo vasco J.M. Barandiarán (1981: 182 or.) explica que Eluaso es “la ventisca o torbellino de nieve y que en algunos casos se cree que es un genio maléfico”. Sucede que en muchos casos la lengua vasca se preocupa más de la “ausencia” que la “presencia” de ahí el término eluaso (elur + lauso), es decir, “borrosidad o turbidez producida por la nieve”.3. La nieve en el sueloCuando la nieve ya ha cuajado puede suceder que no haya mucha nieve en el suelo. En ese caso, si la capa de nieve es ligera, los términos utilizados giran alrededor de las variantes gesal, gresal, kresal… Por ejemplo, en Markina (Bizkaia) los hablantes usan la palabra kresal, que también significa “agua marina” o “salitre”. En dialectos orientales del País Vasco Norte –departamento francés de Pyrenées Atlantique- emplean el vocablo (elur) telada. En algunas localidades tela(da) se emplea también para denominar a “la nata de la leche”. Adviértase la correspondencia entre “ligera capa de nieve” y “nata de la leche”.Por el contrario, cuando la nevada ha sido copiosa el término más extendido es elurtza, en el cual el sufijo –tza indica “gran cantidad”. En el anteriormente citado dialecto roncalés navarro la palabra más usual es elurpe, que significa literalmente “bajo la nieve”.La nieve suele ser frecuentemente objeto de diversión. ¿Quién no ha hecho nunca una “guerra” de bolas de nieve? Los habitantes de Otxandio (Bizkaia) las denominan mukil, y dicen edur mukilka, “a pelotazos de nieve”. En muchos pueblos de la Baja Navarra los hablantes utilizan la composición elhur begi, que literalmente significa “ojo de nieve”. En una ocasión, el imaginario vasco construye vocablos sumamente curiosos e interesantes desde el punto de vista antropológico. En Eibar (Gipuzkoa) la expresión mas usual es edur pelota, término transparente pues el segundo componente es un préstamo del castellano, “pelota de nieve”.Suele ser bastante agradable, con un calzado adecuado, por supuesto, darse un paseo pisando y gozando de la nieve. Sucede, a veces, según el tipo de nieve que haya caído, que ésta se adhiere con bastante facilidad al calzado. En ese caso, los habitantes del valle navarro de Baztán, dirían que esa nieve pegada a los zapatos es txurlo. Para este tipo de fenómeno únicamente se ha recogido esta curiosa palabra. Cuando se pisotea mucho la nieve, si la temperatura no es baja ésta suele aguarse bastante. De esa manera, los hablantes euskaldunes vizcaínos dirán que es edur salda, es decir, “caldo o sopa de nieve”. No hay duda que es una acepción plenamente adecuada.En numerosas ocasiones, siempre y cuando que haya habido una nevada suficientemente importante y que la temperatura descienda, ocurre que ésta se hiele. Esa nieve que está helada en Bakio, pueblo que posee un clima bastante templado, ya que está situado en la costa vizcaína, dicen que la nieve es kaparra. Esa palabra tiene otra dos acepciones: una, que designa a la “garrapata” y otra, bastante usual en argot que significa una persona bastante pesada y molesta. Obsérvese la correspondencia imaginaria entre las tres acepciones. Sin ninguna duda la nieve helada es tan molesta y pesada como una garrapata.Como ya se ha señalado anteriormente en Oñati (Gipuzkoa) gracias al trabajo de Cándido Izagirre que se dedicó a recopilar el léxico de la localidad, se tienen noticias de muchos términos meteorológicos populares. Uno de los más curiosos es aquél que sirve para designar al “polvo de nieve que traspasa los cristales”, edur landar. La palabra landar entre otras acepciones significa “poso de los líquidos, especialmente del café”. Una vez más la potente imaginería del hablante euskaldún ha creado un vocablo adaptado a las necesidades culturales y lingüísticas de sus entorno. No hay que olvidar que “hablar es una tarea cultural”.Cuando la nieve es abundante y se ha acumulado de manera bastante importante suele haber riesgo de avalanchas y aludes. Aunque parezca algo extraordinario todas las localidades hablantes de euskera tienen un término para nombrar a este tipo de fenómenos, incluso los que están situados en la costa vizcaína, guipuzcoana y labortana. Esto nos da la idea de la evolución que posiblemente ha experimentado el tiempo en el territorio vasco. Resultaría prolijo dar cuenta de todos los términos que se han utilizado y utilizan en las diferentes localidades vascas, pero si se puede decir que hay recogidos 80 términos con sus respectivas variantes para designar los aludes o avalanchas. Gracias al periódico BERRIA estos últimos años se ha popularizado y extendido una de esas variantes elur jausi, literalmente, “caída de nieve”. Otra que también suele verse en los medios de comunicación suele ser elurrolde, “avenida de nieve”. Nótese que “inundación” se designa con el término uholde. Entre tantos términos se han elegido dos representativos de tan extenso corpus. El primero de ellos es edurluperixe, proveniente de la composición edur lur behera, literalmente, “nieve tierra abajo”. Se utiliza en Markina, localidad vizcaína próxima a la costa. El segundo de ellos es elur mendi, vocablo corriente entre los hablantes de Erratzu del valle navarro de Baztan. Significa “monte de nieve”.También existe una variedad amplia de términos que relacionan el espacio y la nieve. Entre ellos tenemos aquellos que relacionan las “hondonadas donde se acumula la nieve”. Por ejemplo, en el euskera de Araba-Álava es corriente el término bisusleku, que designa al “sitio de ventisca” o “ventisquero”. En el País Vasco Norte –departamento francés de Pyrenées Atlantique- es usual la composición elhur osin que significa “cavidad de nieve”. En otras localidades emplean el término elhurtegi, literalmente “sitio de nieve”. También es usual la composición elur bildu, “nieve recogida” para nombrar al ventisquero.Hubo un tiempo no muy lejano en el que se construían en los montes cercanos a las localidades “neveras” para conservar la nieve para ser utilizada en verano. En las montañas vascas quedan todavía algunas de ellas en muy buen estado de conservación. La palabra más corriente y extendida es elurzulo que quiere decir “agujero para la nieve”. Otro término usual es elur hobi que significa “fosa para la nieve”.4. La nieve en trance de derretirse o derretidaUna vez que ha pasado cierto tiempo, la nieve desaparece poco a poco u otras veces por la acción del viento sur, ésta se derrite con una velocidad inusitada. Cuando la nieve está casi derretida, los hablantes de Berastegi (Gipuzkoa) utilizan el término elur baltsa que designa al “fango de nieve medio derretida”. En Ainhoa (Lapurdi) sus habitantes hacen uso de la curiosa composición de elur basa, literalmente “nieve salvaje”. Además se tiene testimonio que los antiguos hablantes euskaldunes de la extinta habla vasca de Uztarrotz (Navarra) utilizaban para el mismo fenómeno la curiosa palabra txarpaleta.Siempre que va desapareciendo la nieve queda un paisaje con “terrenos desnevados”. El euskera hace una diferenciación entre lur, “tierra o terreno” y lurmen, “terreno donde ha desaparecido la nieve”. La tierra en contraposición con el mar no es lur sino lehor. Por lo tanto se observa otra dicotomía con los dos términos lur VS lurmen.También la nieve acumulada en los rincones de las peñas que se va derritiendo recibe varias denominaciones. Por ejemplo, “pozo entre peñas formado de nieve medio derretida” en Arrasate (Gipuzkoa) y en la valle de Baztan (Navarra) se utiliza el término baltsa.5. ConclusionesComo habrá podido percatarse el lector, las conclusiones pueden realizarse en varias direcciones. La primera es que el léxico vasco referente a la nieve no solamente es abundante sino que también posee matices que hoy en día nos parecen extraordinarios. Sin duda alguna, toda la terminología obedece a las necesidades culturales ligadas al mundo rural vasco. Muchas de estas palabras continúan en el acervo popular y siguen siendo utilizadas, pero otras muchas han quedado relegadas porque hoy en día ya no es tan necesario realizar semejantes diferenciaciones. La segunda conclusión es que, ciertas acepciones corresponden a un estadio del clima que parece un poco alejado del actual. ¿Cómo se explica que todas las localidades costeras posean vocablos para denominar las avalanchas de nieve? La tercera es que, es innegable que esa realidad cultural expresada y reflejada en el léxico es sumamente rica y compleja y que por ese motivo puede servir de apoyo terminológico a la Meteorología y en especial a las previsiones meteorológicas. Muchas personas se quejan de la “frialdad” de los partes meteorológicos. No estaría nada mal si éstas tuviesen una impronta léxica más popular y por lo tanto más “cálida”.
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