Miren nada más, qué extraño, aún recordamos los tiempos en que para mandar a un vasco al calabozo por treinta años bastaba con la convicción de jueces estrella como Baltasar Garzón o Fernando Grande Marlaska. O peor aún, se recurría a confesiones extraídas con torturas durante el periodo de incomunicación. O incluso, bastaba con la acusación de un grupo de choque como el Foro Ermua o Manos Blancas.
Pues bien, de acuerdo con esta nota publicada en Naiz.info, ahora se basan en las pruebas, lean:
La Audiencia Nacional española ha absuelto a Beñat Aginagalde, que fue juzgado acusado de haber cometido el atentado mortal contra el exconcejal del PSE de Arrasate Isaías Carrasco en 2008.
La Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional española ha absuelto por falta de pruebas a Beñat Aginagalde Ugartemendia, que fue juzgado el 18 de junio acusado de participar en el atentado contra el exconcejal del PSE de Arrasate Isaías Carrasco el 7 de marzo de 2008.
En el juicio, Aginagalde afirmó que ese día estuvo por la mañana en la Facultad de Medicina de la UPV en Donostia haciendo un examen y que después fue a comer a un bar de Hernani, donde se enteró del atentado mortal contra Carrasco a través de la televisión.
El tribunal especial considera que los dos testimonios que incriminaban a Aginagalde como autor de la muerte de Carrasco no son suficientes para sustentar una condena.
La Fiscalía pedía una pena de 32 años de prisión para Aginagalde.
32 años, sin pruebas, que democrático.
Para Ripley's.
Por cierto, es ahora cuando le deben pedir disculpas los que le han linchado mediáticamente.
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