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lunes, 4 de julio de 2022

Entrevista a Javier Vizcaíno

Les compartimos esta entrevista a Javier Vizcaíno en su medio habitual, Noticias de Álava:



¿Se siente más a gusto investigando o divulgando?

—Son dos actividades complementarias y necesarias la una para la otra, con sus propios retos. La investigación supone conocer el pasado pero sin divulgar sus resultados esta labor no supone un beneficio social; entiendo la divulgación como la socialización del conocimiento histórico.

 ¿Hay interés por la historia en Euskal Herria?

—Sí. El relato histórico por sus características y por su integración en la enseñanza resulta muy comprensible para la generalidad de la población. En el caso de Euskal Herria tiene un valor añadido porque es referencia imprescindible de la identidad vasca, contra la que trabajan los Estados español y francés. Una nación sin Estado, como la vasca, tiene a la Historia oficial actuando contra ella como principal objetivo.

Con todo, a usted le duelen los temarios de la Educación…

—Son unos temarios que responden a un relato oficial con centro en la Historia española, con negación de la vasca. Nuestros niños y jóvenes estudian la Guerra de la Independencia pero desconocen lo que fue la Zamakolada, analizan la Constitución de Cádiz pero ignoran lo que fueron los ordenamientos forales vascos.

¿Qué episodios se suelen quedar fuera de los programas escolares?

—Es muy destacable la ocultación de lo que fue la II República, la Guerra Civil y la Dictadura franquista, lo mismo que la interpretación que se da de estos periodos, generalmente heredera del franquismo. El desconocimiento de lo que fue la Dictadura de Franco, que fue el crimen organizado e institucionalizado, explica en parte el resurgir actual del fascismo.

Usted es abertzale e investiga la historia del nacionalismo. ¿Se puede ser objetivo?

—Todas las personas, incluidos los historiadores, tenemos una personalidad y una ideología. Pretender lo contrario es una gran falsedad. Los historiadores debemos ser honestos y explicar cuales son nuestros valores para que los que nos leen lo tengan en cuenta al leer nuestros ensayos y se formen su propia opinión.

¿Hasta qué punto se debe interpretar los acontecimientos pasados con los ojos y la ideología del presente?

—La Historia se escribe siempre en el presente y desde nuestros criterios actuales. Considero además que debe ser crítica en sus análisis y que esa es su principal función junto a la del conocimiento del pasado.

¿Diría que en la izquierda hay también una cierta manipulación de la memoria histórica?

—En general, considero que desde la izquierda se ha hecho una aportación a la construcción de la Historia más fundamentada que desde la derecha. Pero esta distinción disminuye mucho si se trata de la cuestión nacional, cuestión que en los últimos años muchos autores de la izquierda española simplemente eliminan de sus relatos, en algunos casos de una manera tan escandalosa que llega a desacreditar trabajos que si no fuera por esto se podrían valorar positivamente.

¿Será posible presentar una versión histórica honesta sobre los años del plomo?

—Yo supongo que sí. El mayor condicionamiento puede radicar, en todo caso, en la limitación del acceso a las fuentes.

 

 

 

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