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lunes, 7 de agosto de 2017

Publicaciones Vascas en América

El diferencial vasco, el gen Arzalluz-Kurlansky, presente en una serie de publicaciones que se lanzaron en tierras americanas según nos informa este excelente artículo publicado en Deia:


El 140 aniversario del primer diario vasco de la diáspora recuerda su aportación a la identidad vasco-americana

Iban Gorriti

El 1 de enero de 1877 un pequeño grupo de inmigrantes vascos de Montevideo fundó la institución Laurac Bat con el fin de proteger a originarios de Euskadi que llegaran a Uruguay. El historiador Alberto Irigoyen estima a DNA que aquellos impulsores “estaban convencidos de que la reciente derrota carlista y la abolición de los Fueros vascos provocaría una oleada emigratoria similar a la que a ellos les había llevado a América tras la primera carlistada culminada hacía casi cuatro décadas”.

Ante el levantamiento en armas a favor de Carlos VII, el Gobierno central sepultaba definitivamente los Fueros vascos por los que ellos habían luchado, perdido y emigrado. Así las cosas, el periódico La Paz de Madrid advertía de que la abolición foral “…traería la ruina del País Vasco y la emigración de sus naturales por bandadas a extrañas y remotas tierras”.

Por ello, promovieron la Sociedad Protectora de la Inmigración Vascongada Laurac Bat con el propósito de “…dar protección a los inmigrantes de las provincias de Navarra, Guipúzcoa, Vizcaya y Álava que espontáneamente vengan, proporcionándoles colocación en todo el territorio del país…”.

En abril de 1877, hace exactamente 140 años, editaron el primer número del Laurac Bat, Órgano de la Sociedad protectora de Inmigrantes Vascongados de Montevideo, que se convirtió en el primer periódico de la diáspora vasca.

El nombre de la nueva sociedad y el símbolo de las cuatro manos entrelazadas adoptado tanto para la portada de su revista social como para su estandarte, remiten -a juicio de Irigoyen- al lema y emblema instaurado por las diputaciones vasconavarras a partir del año 1866, que a su vez había sido tomado del Irurac Bat utilizado desde 1765 por la Real Sociedad Bascongada de amigos del país y al que “le cabe el mérito de ser el precursor de la simbología representativa que, muchos años más tarde, derivaría en el Zazpirak Bat”. En lugar destacado lucía el lema Jaungoikoa eta Fueroak.

Algunos de sus corresponsales fueron el diputado Fidel de Sagarminaga, Fermín Herran, Esteban Obanos, Nicolás de Soraluce, comprometidos con la cultura vasca y la reinstauración de las antiguas leyes. En cuanto a la transcripción de artículos periodísticos, los más comunes serían los del Noticiero Bilbaíno, el Laurak Bat de Donostia, La Unión Vasco Navarra y el Lau buru de Iruñea.

En el periódico de la sociedad Montevideana no faltó en casi ninguna edición el aporte de José de Umaran, natural de Zalla, fundador y presidente durante muchos años quien, al igual que el diputado Sagarminaga, defendía el fuerismo intransigente, es decir la total abstracción de la política vasca de toda influencia española.

En marzo de 1882 se ponía a consideración y eran aprobados por la Asamblea los Estatutos que regirían el funcionamiento de una nueva entidad que, a pesar de nacer bajo los auspicios de la Laurak Bat, sería una institución independiente. Su nombre fue Caja Vasco Navarra de Reempatrio, primera institución del mundo que integró, a título de hermanos y con plena igualdad de derechos, a los vascos nativos en cualquier punto de la geografía de Euskal Herria.

En 1884 la Sociedad Laurak Bat realizó una modificación de sus estatutos para admitir a los nacidos en ambas vertientes de los Pirineos, cambiar su designación original por Sociedad Euskara y aglutinando a sus asociados bajo el nuevo lema de Euskaldun gutziak bat. A partir de entonces al periódico social pasó a llamarse El Euskaro.

En agosto de 1887 y en la ciudad de San José de Mayo, ubicada a 180 kilómetros de la capital uruguaya, se fundó, también bajo la doctrina del zazpirak bat, la sociedad Euskaldunak Bat, gracias a la iniciativa del médico ondarrutarra Atanasio de Zavala y el dentista Regino Galdós, natural de Villabona.

Y si el ejemplo del Laurac Bat montevideano cundió rápidamente y en el lapso de apenas seis meses ya existían centros vascos en Buenos Aires y en La Habana. En Argentina también hubo otras iniciativas comerciales como Haritza, La Euskaria o Euskal Esnalea, esta última dedicada a los intereses de los productores lecheros de la zona de Buenos Aires.

En 1893 comenzaron a publicarse en Los Ángeles, Estados Unidos, dos periódicos que también se incluyen en la categoría comercial. Sus títulos eran Euscaldun Gazeta y California’ko Eskual Erria y contaron con la particularidad de estar escritas en euskara, lo cual es un significativo testimonio de la cantidad de inmigrantes que se habían radicado en esa ciudad en las postrimerías del siglo XIX. Es de señalar que el California’ko Eskual Erria también hizo propio el dogma el zazpirak bat. México vio surgir con fuerza el deporte vasco y con él las publicaciones que de él hablaban, como Jai Alai, Chic Chac y Cancha.

Como único caso en toda la geografía americana, en Cárdenas, Cuba, se publicó la revista Gordejuela. A principio del siglo XX se produciría la aparición de las publicaciones políticas, en su inmensa mayoría nacionalistas, entre ellas algunas que no fueron editadas por los propios partidos sino gracias a iniciativas personales, como el caso de Nemesio Olariaga Etxaide. Este inmigrante, natural de Andoain radicado en Argentina, fue fundador del primer batzoki de la República Argentina, del colegio Euskal Echea y de la revista Irrintzi que, editada entre 1902 y 1923.






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