Trump continúa en campaña presidencial, no se ha enterado que ya ocupa la Casa Blanca. Solo eso puede explicar su obsesión con revivir el cadaver putrefacto de la gusanera miamense.
A ese respecto, les invitamos a leer esta artículo dado a conocer por Cubainformación:
José ManzanedaEl periodista Andrés Oppenheimer, conocido por sus posiciones neoliberales y pro-estadounidenses, acusaba al presidente Donald Trump, en un artículo reciente publicado por El Nuevo Herald, El Mercurio y otros diarios, de puentear al Departamento de Estado y a su cuerpo diplomático, al otorgar al senador Marco Rubio el liderazgo de su política hacia Venezuela y Cuba.“La crisis venezolana ha dejado claro que la administración Trump ha subcontratado su política de Sudamérica al senador estadounidense Marco Rubio”, decía el autor del famoso libro “La hora final de Fidel Castro”, publicado en 1993 y cuyo pronóstico acerca del fin de la Revolución cubana fue fallido.El argentino Andrés Oppenheimer, uno de los periodistas de cabecera del “anticastrismo” de Miami y de la derecha neoliberal latinoamericana, señalaba en su texto cómo las recientes sanciones impuestas por EEUU a miembros de la administración de Nicolás Maduro, fueron peticiones expresas de Marco Rubio, actual presidente del Subcomité del Hemisferio Occidental del Senado.Rubio divulgó en Twitter dichas sanciones días antes de su comunicación oficial. Algo inusual en estas circunstancias, quienes las anunciaron fueron voceros de la Casa Blanca y del Departamento del Tesoro, pero no hubo declaración alguna del Departamento de Estado, lo que sería prueba de que Trump “ha dejado totalmente de lado” a su ministerio de exteriores.Andrés Oppenheimer considera contraproducentes las iniciativas contra Venezuela de Marco Rubio –como un supuesto “embargo petrolero”-, ya que “al igual que sucedió en Cuba, alimentarían la narrativa” antiimperialista de Maduro. El analista apuesta por usar el “pleno poder diplomático (de EEUU) –incluyendo sus 19 embajadas con miles de diplomáticos en América Latina– para convencer a otros países a adoptar sanciones diplomáticas colectivas contra el régimen venezolano”.Recordemos que Andrés Oppenheimer, en 1993, en el momento más duro de la crisis económica de Cuba, tras la caída de la Unión Soviética, presentaba su libro “La hora final de Fidel Castro”. En plena euforia ante la inminente caída de la Revolución cubana, el autor apostaba por emplear a fondo el bloqueo económico de EEUU “para negociar una transición” hacia el capitalismo en Cuba.Hoy, periodistas como Oppenheimer cumplen un papel estratégico dentro del mainstream media de EEUU: el de fabricar la “crítica interna” en torno al “cómo” defender mejor los objetivos geoestratégicos del Imperio norteamericano en la región. Ya que el “qué” es inapelable e inobjetable en el actual sistema de propaganda: denostar, demonizar y deslegitimar a la Revolución Bolivariana, acompañando, como ariete ideológico, las iniciativas políticas que apuestan por su derrota, en una coyuntura de debilidad económica derivada del desplome de los ingresos petroleros, y una correlación de fuerzas en el continente que, en los últimos años, ha girado parcialmente hacia la derecha.En el pronóstico de esta estrategia, abatida Venezuela, caería el resto de procesos de cambio en la región, y llegaría el fin -postergado pero inevitable- de la propia Revolución cubana. ¿Estará preparando ya Andrés Oppenheimer su próximo best seller: “La hora final de Nicolás Maduro”?
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