A seis años de la apuesta por la paz materializada en la Declaración de Aiete el estado español insiste en violentar la vida diaria del pueblo vasco manteniendo en prisión a militantes vascos que bien podrían estar hoy en casa.
Pero no, al contrario, lejos de buscar fórmulas para una paz que incluya justicia y reparación en un marco de reconciliación y convivencia, Madrid prefiere seguir polarizando a la sociedad. Lejos de implementar medidas de distención, insiste en aplicar políticas de excepción a los represaliados políticos, claro ejemplo de ello, seguir apostando por el alejamiento y la dispersión.
Desesperante es pues enterarse que un preso político más ha fallecido, tal es el caso de Kepa del Hoyo - de cuyo vástago Peru se habló hace un par de años en un reportaje acerca de lxs hijxs de lxs presxs políticxs vascos, olvidados por todas las ONGs de derechos humanos-.
Aquí una nota al respecto publicada por Naiz:
Ion SalgadoKepa del Hoyo falleció ayer en la prisión de Badajoz a 700 kilómetros de Euskal Herria. Lejos, muy lejos, de su familia y amigos, que durante los últimos 19 años han sufrido las consecuencias del alejamiento penitenciario, una política de excepción impuesta por los estados español y francés.«El mejor argumento contra la dispersión es ¿por qué se hace? Que odien a los presos políticos, lo puedo entender. He llegado a entender que tienen otra ideología y les han enseñado que son sus enemigos. Vale, lo entiendo. Pero lo que no entiendo es que nos fastidien. No tengo nada que ver con lo que ha hecho mi padre, y no tengo por qué pagar su condena. Porque, al final, yo también estoy pagando un condena», explicó Peru del Hoyo, el hijo de Kepa, en un reportaje publicado el pasado verano en ZAZPIKA.En un texto firmado por la periodista Amaia Ereñaga, Peru relató las consecuencias que ha tenido el alejamiento en su vida, ya que su padre fue encarcelado cuando él tenía mes y medio. «Desde que tengo consciencia, sé qué pasa. No he sabido exactamente porqué estaba allí, pero sí que iba a estar encarcelado durante mucho tiempo», indicó tras advertir de que la cárcel le «robó» la posibilidad de jugar a fútbol o a rugby con sus amigos. Ahora también le ha robado poder estar con su padre en Galdakao, poder abrazarle en libertad.Y lo mismo les ha ocurrido a cientos de personas en los últimos años. No en vano, desde 1981 han fallecido dieciocho presos vascos en la cárcel. Sin olvidar a aquellos que han perdido la vida en prisión atenuada –el caso de Ángel Figeroa– o al poco tiempo de recuperar la libertad.Todos forman una larga lista a la que se deben sumar los hombres y mujeres que han muerto en las carreteras, víctimas del alejamiento.Fechas para la memoria: presos vascos muertos en la cárcel19/06/1981Juan José Crespo fallece en una huelga de hambre.26/06/1985José Ramón Goikoetxea muere en la prisión de Alcalá-Meco.08/06/1986Joseba Asensio muere a causa de una tuberculosis.02/03/1988Mikel Lopetegi fallece en Herrera de la Mancha.15/06/1988Juan Karlos Martiarena muere de un infarto.01/12/1990Miguel Zalakain fallece de un infarto en Martutene.20/01/1991Jean Groix muere en Fresnes.15/05/1993Pello Mariñelarena muere en Fresnes.07/02/1997José María Aranzamendi muere en Alcalá-Meco.10/02/1997Unai Salanueva pierde la vida en Iruñea.20/07/1997Juan Karlos Hernando muere en Albacete.07/07/2004Oihane Errazkin fallece en Fleury.31/10/2005José Ángel Alzuguren muere en Soria.27/02/2006Igor Angulo muere en la cárcel de Cuenca.04/03/2006Roberto Sainz fallece de un infarto en Aranjuez.30/03/2013Xabier López Peña muere de un derrame cerebral en Fleury-Mérogis.05/02/2014Arkaitz Bellon muere de un edema pulmonar en Puerto I.31/07/2017Kepa del Hoyo fallece en Badajoz.
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