Sabemos que caemos en la convención social de cerrar un periodo decidido arbitrariamente hace ya mucho tiempo, pero así son las cosas y no podemos dejar ir el 2011 sin hacer un recuento de lo sucedido durante los últimos doce meses. Doce meses durante los cuales uno de los principales artífices de lo logrado este año permaneció tras las rejas, con el número de preso político 8719600510 sirviendo para una campaña solidaria en su favor. 2011 es una año que permanecerá como un hito para los vascos pues no todos los años un grupo reivindicativo decide abandonar la estrategia armada para dejar la lucha por la autodeterminación en manos de aquellos que han decidido encauzar el anhelo de todo un pueblo enlazándolo con muchas otras luchas; la del feminismo, la del indigenismo, la del ecologismo... la lucha de la izquierda de ayer y hoy.
Enero iniciaba con la gran marcha denominada Egin Dezagun Urratsa que tomó lugar el día 8 en Bilbo. Aún resonaba el eco de los miles de pasos cuando el primer sismo conmovió los cimientos del franquismo borbónico, el día 10, ETA anunciaba el alto el fuego permanente, general y verificable. Los españolazos y los españolitos se resquebrajaron bajo el peso de la historia y la comunidad internacional presencio el patético espectáculo ofrecido por políticos y líderes de opinión que respondieron a la declaración de ETA con las ya manidas respuestas de quienes se saben los violentos pero que durante décadas habían logrado manipular la percepción mundial para hacerse pasar como víctimas.
En marzo fuimos testigos de la cargada en contra de Sortu y la reacción solidaria por parte de la sociedad vasca. En abril el corazón de Euskal Herria entera se conmovió cuando José Mari Sagardui Gatza, el Mandela vasco, abandonaba la cárcel mostrando la entereza de un verdadero militante, cuando con un sencillo gesto hizo patente al piquete de inadaptados sociales que desde el otro lado de la carretera mostraba el odio que solo un pueblo enfermo de anacrónico colonialismo puede experimentar cuan equivocada es la represiva estrategia carcelaria implementada en contra de los que han plantado cara al fascismo europeo más cutre y retrógrada.
Con la primavera surgieron unas extrañas florecillas en el suelo del estado español, los Indignados, movimiento con poca repercusión en Hegoalde, donde la juventud ha estado en movimiento durante décadas. Y los Indignados pronto mostrarían que ellos antes españoles que indignados cuando en Bilbo declararon que ellos "pasaban de nacionalismos", de nacionalismo libertario vasco les faltó decir. Y tan españolazo y teledirgido ha sido el asunto de los Indignados que nunca se sumaron a las movilizaciones que se sucedieron en suelo vasco, como fue el caso específico de Kukutza.
En junio se sucedieron una a una las adhesiones al proceso de paz para Nabarra, desde Irlanda hasta Sudáfrica. Pero Madrid respondió como Madrid sabe responder y una vez más reacciono ante el internacionalismo solidario con la globalización de su estrategia represiva, recurriendo a sus empleadillos mexicanos para tal efecto.
En julio la oligarquía española se volvió a cimbrar cuando el electorado vasco mostró al mundo que su apuesta era no solo reivindicativa sino de izquierda por medio de Bildu. Una vez más la maquinaria propagandística se puso a trabajar recurriendo al hipócrita victimismo. Pero los españoles grandotes y chiquitos estaban muy distraídos con el colapso del franquismo progre de Zapatero y Rubalcaba como para poner atención a lo que sucedía en las colonias.
Y en esas revolturas se llevó a cabo la Conferencia por la Paz en Donostia, y siguió la fecha en que todo se derrumbó para los españolazos, el anuncio de ETA en el cual anunciaba al mundo que en sintonía con lo sucedido en la capital gipuzkoana se le decía un adiós definitivo a la lucha armada.
Pero en lo electoral el año aún no terminaba y el 20 de noviembre el electorado vasco habló una vez más, decantándose por Amaiur como la opción más congruente y por PNV nomas por costumbre, pero asestando un durísimo golpe al monstruo bicéfalo franquista y sus filiales en la CAV. No así en Nafarroa donde el inquietante desinterés por tomar las riendas de su destino polítco continuó, pero donde por lo menos ya se ve la luz al final del túnel.
Diciembre transcurrió con el normal inmovilismo español, ya veremos lo que nos traiga el 2012.
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