Un blog desde la diáspora y para la diáspora

lunes, 28 de febrero de 2022

Cronopiando | «No Podemos Hacer Como si no Pasara Nada»

Muchos son los que hipócritamente se han manifestado en contra del BDS hacia Israel. Insisten en que no se puede mezclar deporte con política... o arte con política... o cultura con política... o turistear con política.

Pero de pronto llega la intervención militar rusa en Ucrania... y todo cambia. En las últimas horas hemos sido testigos de una avalancha de boicots y cancelaciones en contra de todo lo que sea ruso.

De esa hipocresía nos habla el Cronopiando de Koldo Campos publicado por Naiz:


«No podemos hacer como si no pasara nada»

Koldo Campos Sagaseta | Cronopiando

El mundo del deporte se manifiesta de esta manera ante la guerra en Ucrania. En consecuencia, se suspenden partidos de fútbol y otras competencias deportivas, se adoptan medidas contra equipos rusos, se expulsa a deportistas de ese país... Y es que «no podemos hacer como si no pasara nada» pero no es verdad porque sí se puede, sí se puede mirar para otro lado. ¿Quién dice que no? ¡Claro que se puede hacer como que aquí no pasa nada! De hecho, hace años que el mundo del deporte lo viene haciendo cuando consiente que el Estado de Israel participe en las competencias deportivas europeas como si fuera un estado europeo más y hasta prohibiendo, incluso, que el público pueda manifestar su repudio a un régimen que sigue ocupando Palestina, asesinando gente, robando sus recursos, levantando muros y a pesar de decenas de resoluciones de condena de Naciones Unidas. Y no pasa nada. El Hapoel y los Macabeos van y vienen por Europa sin que haya muestras de rubor, sonrojos o mayores escrúpulos y declaraciones.

Cuando los rusos se retiren de Ucrania y esta larvada guerra que ahora nos han enseñado a mirar termine, Israel seguirá bombardeando Gaza y Siria; Francia y Reino Unido, junto a Arabia Saudita seguirán bombardeando Yemen, y nos apresuraremos a celebrar un mundial de fútbol en un vergonzoso escaparate de oriente medio en cuya construcción han muerto miles de trabajadores y en el que las mujeres siguen siendo nadie.

(Preso politikoak aske)

 

 Y bueno,acompañamos este Cronopiando con este texto:

 

Del muro de David Pavón-Cuellar

¿Por qué no pondré la bandera de Ucrania en mi foto de perfil de Facebook?

1. Porque es la bandera de un país que no requiere mi insignificante apoyo simbólico, porque reservo este apoyo para los más débiles, porque Ucrania ya es apoyada en los hechos o al menos en las palabras por los mayores poderes económicos y políticos del mundo.

2. Porque la gran víctima de esta guerra es el pueblo de Ucrania, un pueblo que no me parece representado por su bandera, una bandera que no es para mí todavía un símbolo de sufrimiento, lucha y resistencia, como sí lo es la bandera palestina.

3. Porque soy internacionalista y no creo en las banderas nacionales, porque las considero parte del problema de lo que está sucediendo en Ucrania, porque solamente las acepto cuando trascienden lo que son y representan de algún modo el internacionalismo, como sucede con la bandera palestina.

4. Porque no quiero mostrar un pacifismo selectivo, porque la población blanca y europea de Ucrania me preocupa tanto como la de otros países que han sufrido ataques análogos, porque no puse antes otras banderas como las de Siria, Iraq, Afganistán, Yemen, Somalia, Pakistán y Libia, donde solamente los bombardeos aéreos estadounidenses causaron al menos 22000 muertes de civiles en los últimos años, 4931 sólo en 2017.

5. Porque sentiría que debo agregar las banderas de Luhansk y Donetsk en consideración a los civiles asesinados y torturados por el Regimiento Azov y por otros agrupamientos neonazis del Ejército de Ucrania.

6. Porque es actualmente la bandera del único país del mundo que ha incluido legal y abiertamente a batallones y regimientos neonazis en su ejército regular.

7. Porque no puedo evitar asociar la bandera de Ucrania con el racismo, la xenofobia, el antisemitismo, el supremacismo blanco, la xenofobia y los demás “ideales” de los ultraderechistas que la utilizan intensivamente dentro y fuera de Ucrania desde hace unos ocho años.

8. Porque es la bandera de uno de los dos únicos países, Ucrania y Estados Unidos, que votaron contra la resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para condenar la glorificación del nazismo en diciembre de 2021.

9. Porque se ha convertido en la bandera del pacifismo amnésico y acéfalo de quienes rechazan cualquier comprensión de lo que ocurre, quienes consideran tan sólo un eslabón sin pensar en la cadena, quienes condenan la invasión rusa de Ucrania sin siquiera aludir al expansionismo de la OTAN.

10. Porque prefiero ser considerado insensible, dogmático, extremo, rígido, “campista” o cualquier otra cosa desagradable antes que alzar la bandera de Ucrania para demostrar que profeso un pacifismo concebido como actitud humana y personal abstracta, entre moral y psicológica, apolítica y pretendidamente neutra, que responde a la despolitización y psicologización de los sujetos en la sociedad neoliberal.

11. Porque desconfío por principio de todo lo promovido por los poderes mediáticos dominantes.

12. Porque intento compensar la influencia de los poderosos medios europeos y estadounidenses, como CNN, BBC, Washington Post, El País o Le Monde, con otros medios tan sesgados como ellos, pero con un sesgo más abierto, más torpe, menos astuto, menos insidioso y por ello menos peligroso.

13. Porque soy comunista y la bandera de Ucrania es la de un país cuyo gobierno declaradamente anticomunista ha prohibido cualquier opinión favorable al comunismo, ha disuelto el Partido Comunista y ha perseguido a sus miembros.

14. Porque no dejo de ser latinoamericano y estoy en solidaridad con el pueblo palestino, por lo que jamás podría levantar la misma bandera que ha sido cínicamente blandida y alzada en estos días por los gobiernos estadounidense e israelí, por los apologistas españoles del colonialismo y por el gobernador británico de las Islas Malvinas.


 

°

No hay comentarios.:

Publicar un comentario