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martes, 22 de febrero de 2022

Europa y el Bloqueo a Cuba

La ultraderecha ya se mueve con total tranquilidad, sabedora de que las trampas que tendió a la democracia funcionaron y que ahora se enseñorean todopoderosos en el escenario internacional.

Por eso mismo, es nuestro deber denunciarlo, hacer que se sepa la verdad que ocultan los grandes medios de comunicación.

Y si bien los peligros que se viven son globales, hay un lugar que resiste dignamente y que a diario ve como se cierra el cerco alrededor de su proyecto. Ese lugar es Cuba.

En ese sentido, les presentamos este texto que han compartido desde Cubainformación:


Estrategia para extender a Europa el bloqueo contra Cuba

José Manzaneda*

Las derechas y ultraderechas europeas son, en el viejo continente, la punta de lanza de la estrategia global contra Cuba del Departamento de Estado de EEUU y la Mafia cubanoamericana asentada en el estado de Florida.

Destruir el Acuerdo de Diálogo y Cooperación Unión Europea-Cuba

Su papel es el de minar, hasta su destrucción, el actual Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación Cuba-Unión Europea, y así regresar a la política marcada por la llamada Posición Común de la UE hacia Cuba, un pacto de facto entre el ex presidente español José María Aznar y la Casa Blanca que, desde 1996 y durante 20 años, fue instrumento de presión y sanciones contra La Habana, complementario al bloqueo de EEUU.

En esta estrategia se inserta la actual ola de acciones disímiles de presión política, mediática y económica contra Cuba a cargo de organizaciones políticas, como el Partido Popular, Vox y Ciudadanos, y de asociaciones y fundaciones “anticastristas” asentadas en el Estado español y financiadas y dirigidas desde EEUU.

Es “el momento”

La estrategia de acoso contra Cuba se produce cuando el Gobierno de EEUU y sus aliados en Europa han considerado es “el momento”: una coyuntura de máxima debilidad del gobierno cubano. La combinación de las 243 últimas sanciones económicas, aprobadas por Donald Trump y aplicadas, en violación de sus promesas electorales, por Joe Biden, como el cierre de remesas o la persecución del transporte petrolero a la Isla, junto a la pulverización de los ingresos por turismo debido a la pandemia, han provocado en Cuba un grave desabastecimiento de alimentos, medicamentos y transporte, así como una inflación disparada.

Resultado de ello fueron las protestas de Julio de 2021, un fenómeno de contestación desconocido en seis décadas de Revolución que levantó, como nunca antes, las esperanzas de quienes trabajan sin descanso en la derrota de la Revolución. Una gigantesca campaña comunicacional en redes sociales, impulsada por el Internet Task Force (Fuerza de Tarea de Internet para Cuba) del Departamento de Estado, entidad creada en 2017 por Donald Trump, consiguió que el descontento, producto del cansancio, la penuria y la desesperación, se canalizara hacia el Gobierno Revolucionario y no hacia los artífices y propagandistas del bloqueo.

En Julio, momento álgido de la crisis y mayor pico de la pandemia, una campaña en redes sociales, perfectamente orquestada, a partir de la etiqueta “SOS Cuba”, logró endosar a la supuesta ineficiencia de las instituciones cubanas la responsabilidad de las penurias generadas por el bloqueo, las sanciones y la pandemia, y colocar, en el imaginario de ciertos sectores de población, como pruebas de la inequidad del sistema, ciertas medidas indeseadas y coyunturales de salvación frente a la guerra económica, como la apertura de tiendas en divisas.

Hoy, la Casa Blanca, la derecha europea y el “anticastrismo” continúan presionando con la misma esperanza: que la asfixia económica al pueblo cubano, junto al bombardeo mediático y en redes sociales, lleve a aquel a la definitiva insurrección contra el Gobierno Revolucionario.

EEUU paga la extorsión en Europa

Este doble carril (asfixia económica y guerra psicológica) tiene, en Europa, como aliados: a los partidos de la derecha y ultraderecha, principalmente el Grupo Popular Europeo; a importantes medios de comunicación; y a una red de organizaciones “anticastristas” que se han multiplicado de manera proporcional a las subvenciones procedentes de EEUU.

Recordemos que Washington, a través de sus agencias USAID y NED, canaliza, cada año, entre 20 y 30 millones de dólares a un enjambre de medios digitales de “temática cubana” y a más de cincuenta grupos del “anticastrismo”, con sede –mayoritariamente-en Miami. Estos, a su vez, triangulan parte de estos fondos no solo hacia la llamada “disidencia” interna cubana, sino también a organizaciones ubicadas en Europa. De ahí la consonancia y coherencia absoluta entre los mensajes y objetivos de la Casa Blanca con estos grupos asalariados, que se presentan como “ONG de derechos humanos” o “asociaciones del exilio cubano” y realizan una labor constante de cabildeo con un objetivo muy preciso hoy: la destrucción de las relaciones UE-Cuba y el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación.

Diversidad de acciones de acoso en Europa

Hoy, estamos ante una ola de acciones disímiles en favor de la extensión a Europa del bloqueo a Cuba, entre ellas:

  • La actual campaña contra el turismo a la Isla, con el objetivo de taponar los ingresos en un sector que, se prevé, servirá de rampa de despegue para la recuperación del país.
  • La persecución de empresas europeas con inversión en Cuba, a través de actos de boicot y campañas contra su imagen, en coherencia con la Ley Helms-Burton. Es el caso de Hoteles Meliá, diana desde hace años del Departamento de Estado y cuyos directivos han sido sancionados por la citada ley.
  • La destrucción de los acuerdos de cooperación médica de Cuba con otros países, mediante la publicación de informes sobre la supuesta “esclavitud laboral” del personal médico cubano. Estos informes, firmados por entidades con sede en Europa, pretenden cortar los ingresos que sostienen, hoy, el sistema público de salud de la Isla y están en la raíz de los problemas sanitarios actuales del país.
  • El boicot a artistas de Cuba en sus giras por Europa, para impedir sus actuaciones y minar sus ingresos, en la misma línea que el veto que ya se les impone en Miami.
  • El acoso violento a sedes diplomáticas de Cuba, como el aplicado, desde hace meses, al Consulado General de Cuba en Barcelona, en clara violación de la Convención de Viena.
  • Las agresiones físicas a militantes de la solidaridad y los intentos contantes de reventar sus actos.
  • La presión sobre las instituciones para denegar fondos para la cooperación en Cuba, acompañada de la criminalización de ONG y grupos solidarios.
  • Las querellas judiciales contra periodistas y activistas de la solidaridad con Cuba.
  • Y las mociones contra Cuba en parlamentos y ayuntamientos por supuestas “violaciones de derechos humanos”, basadas en el guión escrito en Washington y Miami.

60 años de bloqueo, 30 condenas en la ONU

Este febrero se han cumplido 60 años de la oficialización del bloqueo económico, financiero y comercial de EEUU contra el pueblo cubano que, de facto, comenzó años antes. Este próximo abril, será la vez número 30 en que la Comunidad Internacional, en la Asamblea General de Naciones Unidas, exigirá a EEUU eliminarlo.

Del Gobierno de Joe Biden se esperaba que retomara la “vía Obama” de diálogo con La Habana, o al menos el levantamiento de alguna de las 243 medidas sancionatorias aprobadas por Donald Trump, especialmente las que afectan a las familias cubanas residentes en ambos países.

Pero llegaron la pandemia y las protestas de Julio, y la Casa Blanca cerró cualquier posibilidad de acercamiento, esperando que los 60 años de guerra económica, al fin, den el fruto esperado: la derrota de la Revolución. Pero aún en el peor escenario económico, con sus chacales pagados mordiendo con desesperación, aún con todas las vías cerradas desde Europa, acompañada de la Solidaridad Internacional, Cuba resistirá.

* José Manzaneda es coordinador de Cubainformación TV y responsable de Medios de Comunicación de la asociación Euskadi-Cuba y del MESC (Movimiento Estatal de Solidaridad con Cuba)

 

 

 

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