Para entender lo que está sucediendo antes hay que dejar algo muy pero muy claro, la consultora Mossack-Fonseca es UNA de las MUCHAS consultoras que se dedican al turbio negocio de esconder las fortunas de los que habitan el Walhalla Neoliberal... solo en Panamá. En otros países también se dedican a eso.
O sea, si incluso hacemos caso a Snowden en su aseveración de que este es el mayor escándalo jamás filtrado recordemos que se trata de la clientela de solo una de las tantas consultoras que existen, imaginen si se realizaran auditorias a TODAS las consultoras, o como sea que se llamen en cada país esas empresas que no son mas que incubadoras de empresas fantasma.
¿Hemos captado su atención?
Bien, ahora que ya pueden ver el espeso bosque que ha estado ocultando el árbol panameño reflexionen un momento acerca de eso a lo que tan bovinamente algunos denominan "las crisis cíclicas" del capital... ¡¿Cuál crisis?!
¡No existen las crisis del capital!
No se trata mas que de una sucia estratagema para canalizar fondos públicos -obtenidos de las aportaciones los contribuyentes cautivos, o sea, los trabajadores y, de las ganancias de las empresas del sector público, esas que ellos insisten en que no son rentables- hacia inversiones privadas con el depravado pretexto de que se trata de rubros estratégicos de los que depende la estabilidad social, económica y política del país. O sea, lo que se ha dicho anteriormente, se privatizan las ganancias y se socializan las pérdidas.
Recapitulemos.
Si esa gente puede ocultar esas fortunas quiere decir que los obreros del mundo les están produciendo suficiente riqueza para vivir vidas de lujo y despilfarro que incluso les permiten acumular millones y millones de dólares para los que de hecho no tienen uso alguno, pues el solo hecho de que lo escondan quiere decir que literalmente, es dinero que les sobra.
Paradójicamente, son ellos mismo los que exigen, a través del FMI, del BID; del BM y de cuanta institución supranacional de la que puedan hechar mano, que los estados del mundo hagan recortes a los servicios públicos y a las prestaciones sociales.
En términos fáciles de digerir, lo quieren todo para ellos... y nada para el otro 99% de la población.
Y nosotros sentados, tranquilos, sin hacer nada, esperando cruzados de brazos el siguiente recorte, la siguiente reforma, el siguiente despido, el siguiente desahucio, la siguiente privatización.
A continuación, les presentamos la editorial que con motivo de los "Papeles Panameños" han publicado en La Jornada:
El conjunto de revelaciones conocido como #panamapapers, una filtración de 11.5 millones de registros de la firma consultora Mossack-Fonseca, con sede en Panamá y sucursales en distintos puntos del planeta, no sólo pone en evidencia las vastas irregularidades de esa empresas sino que exhibe la manera en que políticos, potentados, personalidades públicas y delincuentes del mundo esconden sus riquezas y "lavan" sus capitales, sea para escamotearlos a la acción de la justicia, para eludir al fisco, para disimular conflictos de intereses o simplemente para encubrir patrimonios impresentables.
La investigación periodística realizada por el periódico alemán Süddeutsche Zeitung y por un equipo de más de 370 informadores de 78 países afiliados al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) permite ver cómo las grandes entidades bancarias operan como intermediarios entre Mossack-Fonseca y sus clientes y, en algunas ocasiones, participan en complicadas operaciones de triangulación de fondos a través de diversos "paraísos fiscales" situados en distintos continentes.
Asimismo, los primeros resultados de la investigación, dados a conocer ayer, dan cuenta de una miríada de individuos próximos a políticos destacados –parientes, amigos cercanos, socios o subordinados directos– que han movido fortunas a través de la red establecida por la empresa con sede en Panamá, aunque sus ingresos declarados no guarden ninguna correspondencia con los astronómicos montos de tales operaciones.
El material investigado y revelado ayer indica que por medio de Mossack-Fonseca se han fundado más de 200 mil empresas fantasmas en diversos "paraísos fiscales"; es decir, países o enclaves en los cuales está garantizada la secrecía total de acciones, valores y cuentas bancarias, y en los que es posible fundar compañías que son una mera fachada. Ha de convenirse que la mayor parte de las operaciones realizadas por medio de esa red no son estrictamente ilegales; sin embargo, que empresas e individuos oculten de esa forma la existencia y el origen de grandes riquezas resulta indicativo de actitudes furtivas que no tendrían razón de ser si tales montos no estuvieran asociados de alguna forma a un amplio espectro de figuras delictivas que van de la defraudación fiscal al secuestro y el atraco, pasando por el desvío de fondos públicos y quiebras fraudulentas.
En 2010 y 2011 la divulgación de los cables del Departamento de Estado de Estados Unidos, coordinada por Wikileaks en un trabajo conjunto con diversos medios de distintos países –entre ellos La Jornada– permitió a las sociedades hacerse una idea del grado de descomposición de los poderes públicos y de la sistemática intervención de Washington en los asuntos internos de otros países; dos años más tarde las revelaciones de Edward Snowden mostraron la faceta del gobierno estadunidense como espía del mundo; ahora, la filtración conocida como #panamapapers constituye una cruda radiografía del campo de corrupción, opacidad e impunidad que se establece en el triángulo formado por las entidades bancarias, los "paraísos fiscales" y despachos que asesoran en la ocultación y el lavado de dinero, como la empresa referida con sede en Panamá.
Cabe esperar que en esta ocasión la revelación logre romper el blindaje de cinismo de que se han dotado los poderosos de todo el mundo.
Avaricia, corrupción, contubernio, impunidad...
¡Tomemos el Palacio de Invierno!
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