Les compartimos este texto publicado en el blog Borroka Garaia Da!
Lo expresado en el mismo con respecto a la falta de solidaridad por parte de algunas expresiones de la izquierda, partidista o apartidista, es muy similar en Latino América, lo sabemos de primera mano. Es por eso que se tiene que seguir trabajando con ellos para que así conozcan la problemática en toda su dimensión y desde todos sus ángulos, por que al final de cuentas, quienes desde la izquierda se opongan a la emancipación de pueblos como el vasco, el kurdo, el palestino, el mapuche o cualquier otro, se olvidan de uno de los pilares de la izquierda... el internacionalismo.
Aquí tienen pues el texto:
Esta frase la soltó un policía español en los años 70 en plena sesión de torturas a un militante vasco. Estaba representando el papel de “policía bueno”, intentando convencer de la supuesta inutilidad de la lucha por la liberación nacional vasca mientras los otros aplicaban lo aprendido en las escuelas de las américas por argentinos torturadores y trasladado mediante cursillos de formación a la plana mayor policial y militar destinada a labores de contra-insurgencia en Euskal Herria.
En esos años, gran parte de la izquierda revolucionaria española se oponía fuertemente a la independencia nacional vasca, no reconocía a Euskal Herria como nación y por lo tanto le negaba el carácter de marco autónomo para la lucha de clases intentando absorber la lucha vasca para subordinarla a la española además de alegar una incompatibilidad entre marxismo y nacionalismo revolucionario. Llenaron Euskal Herria de sucursales, tacharon de pequeño-burguesas las reivindicaciones nacionales, pescaron algunos incautos y por donde vinieron se fueron. Esa lucha española acabó totalmente asimilada y sin proyecto político. Argala en su día dio buena cuenta de ello.
“No hay nación alguna en Europa que no cobije, en alguno de sus rincones, ruinas de uno o más pueblos, resto de una población antigua, reprimida y subyugada por la nación que más tarde ha sido portadora del desarrollo histórico. Estos restos de nación, pisoteados despiadadamente por la marcha de la historia, como dice Hegel,estos desechos de pueblos, son siempre y lo seguirán siendo, hasta su completa asimilación o desnacionalización, los fanáticos de la contrarrevolución, de la misma manera que su existencia es una protesta contra la gran revolución histórica”.
Este párrafo, bastante estúpido, anti-dialéctico y anti-marxista, todo hay que decirlo, podría pasar perfectamente por una explicación del “nacionalismo imperialista español izquierdista” sin quitarle su olor a fascio, que ve a las naciones oprimidas como un atraso para el desarrollo de la civilización, o incluso de la revolución. Una justificación del colonialismo desde una perspectiva supuestamente revolucionaria en la que a parte de dar por sentado que un pueblo minorizado y oprimido solo genera reacción, está además condenado a desaparecer. ¿Y a quiénes se refiere concretamente?.Pues nada más y nada menos que a los bretones, los “galos en Escocia” y a los vascos. ¿Y quién lo escribió?. Pues el colega de Marx; Friedrich Engels.
Obviamente estamos en el 2013 y sabemos que nuestro pueblo a través de la praxis y la resistencia ni ha sido desnacionalizado ni asimilado. Que no ha desaparecido, vamos. También sabemos que lejos de generar reacción, el hecho de mantener la opresión nacional ha generado una de las expresiones más potentes y ricas de lucha revolucionaria de su entorno y un movimiento popular inédito en su contexto. La izquierda en Euskal Herria tiene una potencia más que inusual en Europa, el movimiento juvenil contestatario posiblemente sea uno de los más potentes del mundo y se podría ampliar la lista. Con decir que Euskal Herria es la zona con mayor densidad policial y militar de Europa es suficiente para el “desecho de pueblo”.
Efectivamente, Engels metió la pata hasta el zancarrón y la historia lo ha demostrado así. En lenguaje moderno se podría decir que lo escrito por Engels en relación a los vascos fue una “ida de olla”.
Y es que para muchos de los que no creemos en Dios ni en conceptos como la Fe, o la verdad absoluta, tampoco creemos en profetas ni en palabras divinas. No existe nada, absolutamente nada sin su variable de error. No se puede leer ni escuchar nada sin una actitud crítica. Y como bien decía el txakurra, ni Dios ni Marx nos van a ayudar. Dios porque no existe, y Marx, Engels, Lenin, el flaco o Txabi…tampoco porque ya no están entre nosotras y de todo el legado dejado por los revolucionarios y revolucionarias solo queda aprender e integrarlo en nuestra conciencia colectiva crítica y junto al estudio de la historia de Euskal Herria, de la historia del MLNV, de las experiencias revolucionarias a lo largo y ancho del mundo y de los clásicos revolucionarios extraer lo positivo, localizar los vacíos y sobre todo construir nuestra propia historia revolucionaria hacia el estado independiente y socialista vasco que será hecha por ejemplo por tí, que estás leyendo esto ahora.
Les recomendamos que lean un texto al respecto de Iñaki Gil de San Vicente que les compartíamos allá por el 2008.
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