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miércoles, 20 de febrero de 2013

Mejide | Largaos

Les recomendamos este texto que nos han hecho llegar por correo electrónico:

Largaos

Risto Mejide

Largaos de una vez. Largaos, sí. Los que trincáis, los que habéis trincado, los que permitisteis que otros trincaran y los que todavía hoy no hacéis nada por que se deje de trincar. Todos. Sobráis, de verdad, dejadnos en  paz de una puñetera vez.

Dais asco. Vuestra falta de vergüenza ha llevado la  nuestra hasta límites que jamás deberíamos haber conocido. Y ahora os cubrís el culo los unos a los otros, un culo que tenéis tan sucio que hasta las pústulas  de vuestra ignominia os han invadido el cerebro, y ya no es posible distinguir  vuestras declaraciones rellenas de mierda de la peste que emana de un zurullo  común.

Callaos. Callaos de una vez. Dejad de contaminar los medios, las  noticias y nuestro estado de ánimo. Dejad de hacer comunicados y ruedas de  prensa, disolved todos los chanchullos, deponed vuestros privilegios y salid con  la cabeza bien baja y las manos en alto.

Dejad de desanimar a la gente. Dejad  de decirnos que todo fue por nuestra culpa. Dejad de tomarnos por gilipollas.  Ah, y no os atreváis a volver a decir que sois reflejo de la sociedad en la que  vivís. Que si robasteis fue porque os lo pusieron delante. Que sois víctimas de  un vacío legal, un entorno corrupto y una dudosa moral. Que sois reflejo de la  gente, representantes elegidos por el pueblo. Vosotros no sois pueblo, vosotros  sois escoria.

Devolvedlo. Devolvedlo todo. El dinero, las propiedades, los  cargos, las dietas, los sobresueldos, las comisiones, la dignidad que os quede y  la honorabilidad que algún día se os supuso. Y cuando hayáis acabado, devolved  la nacionalidad que se os dio por error. Porque no merecéis formar parte ni de este ni de ningún país. No hagáis ni las maletas, saltad por la borda, como las  ratas, salid nadando. Y quien no sepa, que se joda, francamente nos da igual.

Pedid perdón. Disculpaos. Ante todo aquel que votó. Ante todo aquel  que piensa seguir votando. Porque ellos han creído en un sistema democrático que vosotros habéis violado, sodomizado y puesto del revés. No, yo no os concedo la  presunción de inocencia. Porque cuando uno deja que ciertas cosas ocurran, acaba  siendo cómplice aunque solo sea por ignorancia, por desidia u omisión.

Y por  último, largaos, sí, pero sin dejar rastro. Ni se os ocurra nombrar sucesores,  ni gestores, ni primos segundos que calienten vuestra silla. No tengáis la cara  dura de intentar dejar un legado. Vuestro único legado será la vergüenza. Y  tampoco os atreváis a interponeros nunca más entre la gente de bien y sus  lícitos objetivos. Porque en este país aún quedan ciudadanos, empresas e incluso  algún político honrado que construyen, que siguen luchando y que ahora ya solo  tienen una misión: que no les jodáis la vida, que les dejéis hacer.

Pero  sobre todo y ante todo, por lo que más queráis, seguid ignorando estas órdenes,  exigencias demagógicas de un publicista que de vez en cuando hace el capullo en  televisión.

Seguid creyendo que no pasará nada. Porque así quedará menos para  que pase.






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