Bueno, pues la puñalada trapera propinada por Lakua a la Euskal Herriko Itzulia ha provocado un movimiento ciudadano para rescatarla según esta nota publicada en Noticias de Gipuzkoa:
La UCI dice que estudia la opción de un rescate de emergencia. La iniciativa 'Kontuz 1 euro' abandera el movimiento popular para recaudar los 150.000 euros necesarios
Alain Laiseka
Símbolo de un romántico movimiento popular que ha despertado la crítica situación del ciclismo vasco y que podría bautizarse como la primavera vasca, una revolución ciclista, Joxe Mari regresó ayer al mediodía al bar Rolls de Donostia con las manos cargadas de monedas de un euro que había recaudado entre los empleados de un banco cercano. Así, euro a euro, pretenden rescatar los aficionados vascos dos de sus carreras más emblemáticas, la Vuelta al País Vasco y la Clásica de Donostia. El bar Rolls pide esa colaboración a cada uno de sus clientes para volcar luego el dinero reunido en un número de cuenta de Kutxabank -2101 0072 76 0012986386- abierto estos días como reacción espontánea para salvar la ronda vasca mediante la iniciativa Kontuz 1 euro. La campaña la ha ideado la empresa Creationes, cuenta con el apoyo de las federaciones de ciclismo de Araba, Bizkaia y Nafarroa, pero está enraizada en Gipuzkoa, como la propia Vuelta al País Vasco y su organización, y potenciada por por la Federación Guipuzcoana.
El acto principal para socializar la campaña se efectuó ayer en la playa de La Concha, donde Txomin Perurena, un histórico del ciclismo vasco y de la ronda vasca, dibujó sobre la arena la cantidad de dinero que hace falta para evitar un desenlace fatal y el lema de la iniciativa, que requiere para su éxito de la respuesta instantánea de los aficionados.
El número de cuenta se cerrará cuando se alcancen los 150.000 euros necesarios o los organizadores tomen la decisión de suspender la prueba -el plazo definitivo se agota este mismo fin de semana-, lo que antes ocurra. Si sucede lo primero, el lema de la campaña figurará junto a los demás patrocinadores durante el transcurso de la carrera, del 2 al 7 de abril.
El apoyo popular es una de las escasas soluciones que les queda a los organizadores de la Vuelta al País Vasco y la Clásica de Donostia para no acabar como el Gran Premio de Laudio, que, ahogado por la falta de financiación ha firmado ya su defunción. Según ha reconocido Jaime Ugarte esta misma semana, la entrada de un mecenas privado lo suficientemente potente para aportar esa cantidad de dinero y liderar el Gran Premio de la carrera se evaporó a última hora del pasado martes, una decepción previa a la reunión de urgencia con Patxi Mutiloa.
La UCI estudia intervenir
Un rescate público, al menos por parte del Gobierno vasco, que ya aporta 200.000 euros, 160.000 menos que los tres años anteriores, está descartado porque Mutiloa ya ha dejado claro que su postura es inamovible. De todas maneras, la iniciativa popular para que cada aficionado ponga un euro para salvar la carrera tiene mucho que ver con algunas de las teorías del director de Deportes del Gobierno Vasco sobre la financiación del deporte profesional y puede resumirse en una frase que lleva su firma: "Si esto cuesta dinero, habrá que mantenerlo, y lo tendrá que mantener el que disfruta de ello".
Hoy la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Donostia, gobernados por Bildu, comparecen de manera conjunta en la capital guipuzcoana para hacer un diagnóstico de la situación de ambas carreras, que es tan alarmante que ha movilizado a la propia UCI, preocupada quizás porque se le viene abajo el negocio del World Tour, su liga elitista.
Desde Suiza anunció ayer que estudia la posibilidad de un rescate de urgencia tanto en el caso de la Volta a Catalunya, otra de las pruebas estatales en riesgo, como en el de las dos carreras vascas.
En la ronda catalana, con más de un siglo de historia a sus espaldas, la intervención de la UCI estaría muy avanzada y, tras los contactos con "todas las partes implicadas a nivel institucional", valora ahora la opción de su participación en la organización para los próximos años.
En el caso de la Vuelta al País Vasco, el ente que dirige Pat McQuaid aún estaría recopilando información para hacer una valoración.
Arc and Ciel
La intervención de la UCI en un estado de emergencia como el que ahoga a Organizaciones Ciclistas Euskadi se puede dirigir a través de una reserva del circuito mundial cuyo germen es Arc and Ciel, un fondo creado hace una década. Su función era organizar carreras, ayudar a las pruebas que estuviesen en apuros y comprar los derechos de las que estuviese en peligro de extinción.
En diez años, en cambio, sus fundamentos se han desvirtuado. Con el dinero que ingresa la UCI anualmente -la licencia World Tour de la Vuelta al País Vasco cuesta 700.000 euros, las tasas que deben abonar los equipos, los derechos televisivos o las indemnizaciones de los ciclistas sancionados por dopaje- hay quien piensa que podría haber comprado las nuevas carreras que asoman en el calendario ciclista internacional, una operación que chocaría con el negocio de uno de los hijos de McQuaid.
La última intervención del fondo de la UCI fue para salvar el Gran Premio de Plouay, que en 2010 recibió 30.000 euros y en 2011 volvió a necesitar una inyección económica, como la que ahora le urge al ciclismo vasco.
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