¿Recuerdan todo aquel asunto del bebé bretón de nombre Fañch?
Bueno, pues en ese extraño bucle formado en el punto de encuentro entre el patriarcado - que insiste en adjudicarle género a los nombres "diferentes" - y el eurocentrismo - que frunce el ceño ante las palabras de los idiomas minoritarios - ha quedado atrapada una familia de Urruñaga.
Les invitamos a leer este reportaje publicado por Infobae:
Verónica Benaim"Un día el viento trajo tu nombre y guiada como dentro de un sueño emprendí un viaje para encontrarte", señala el libro Mi nombre es Ushuaia. Ese texto fue uno de los tantos elementos que usó Iratxe Ortiz de Mendibil, una mujer de 41 años que está a punto de dar a luz en un pequeño pueblo del País Vasco, en su larga lucha por cumplir su sueño: llamar a su hija con el particular nombre de una de las ciudades más australes del mundo.En la mente de Iratxe la palabra Ushuaia suena desde hace muchos años, cuando en España se emitía por la televisión local un programa de aventuras llamado El conquistador del fin del mundo. Se trataba de una suerte de reality show que fue rodado en 2005 en la capital de la provincia de Tierra del Fuego, Argentina.La meta de cada emisión -un imponente juego de supervivencia grabado en escenarios naturales- consistía en que los 16 participantes provenientes del País Vasco llevaran la ikurriña (es decir, la bandera vasca) hasta el Faro Les Éclaireurs en la Bahía de Ushuaia.Por aquellos tiempos el pequeño pueblo de Urrúnaga, que no llega a los 100 habitantes, se paralizaba cuando se emitía el programa televisivo no sólo por la participación de conocidos, sino también por las imágenes de los hermosos paisajes que se mostraban de la ciudad argentina. Y es que ambos lugares comparten una característica similar: la foto del nevado, montañoso y frío invierno.Ushuaia quedó, entonces, como un lugar muy especial en la memoria de Iratxe, muy fanática de aquel programa, que siempre pensó en elegir nombres muy significativos para sus hijos.En pareja desde hace 17 años con Víctor Viteri Urquiaga, tienen una niña de 9 años llamada Ainhize y un niño de 6 años que lleva el nombre Egoitz."Nuestra primera niña tiene el nombre de un pequeño lugar situado en el País Vasco francés", explica a Infobae la mujer y recuerda: "Estando embarazada viajamos a esa zona vasco-francesa y conocimos el pueblo y su entorno, nos gustó mucho y por eso decidimos ponerle ese nombre a nuestra primera hija"."En cuanto a mi hijo, preferimos un nombre más local, autóctono y por eso Egoitz, que es de origen vasco y quiere decir casa u hogar", comenta.Cuando supo que iba a ser madre por tercera vez -y que esperaba una niña- no tuvo muchas dudas: iba a cumplir su viejo anhelo de llamar Ushuaia al bebé.Una búsqueda que cruzó el oceánoComo sabía que las reglas del Registro Civil cambiaron en los últimos tiempos –inscribió Ainhize sin problemas hace casi una década, pero luego hubo modificaciones en la legislación– la mujer fue a hacer averiguaciones. Así comenzó una gran aventura internacional.Es que Iratxe se encontró con la negativa de una jueza, quien le pidió que justificara que Ushuaia –palabra de origen yamana, uno de los pueblos originarios de Tierra del Fuego, que significa bahía profunda o bahía al fondo– era un nombre femenino.A partir de ese momento, su búsqueda cruzó el Oceáno Atlántico hasta que llegó a un libro de ilustraciones publicado en la Argentina.A través de internet, su primera búsqueda llegó a una nota que se publicó en el portal Ushuaia Noticias donde se entrevistó a Sol Cófreces, la ilustradora que presentaba un libro llamado "Mi nombres es Ushuaia" en la Feria del Libro en Buenos Aires. Con esa publicación Iratxe volvió al Registro Civil, pero no tuvo éxito.Desde ese momento, los contactos entre España y Argentina comenzaron como una cadena de gente que busca gente a través de las redes sociales."Desde Twitter busqué todo lo relacionado a Ushuaia, hablé con mucha gente, hasta que encontré un portal de información sobre Tierra del Fuego con el que me puse en contacto. Ellos me dijeron que conocían a una chica que llevaba ese nombre en la provincia y fueron quienes se pusieron en contacto con ella y ella, a su vez, conmigo", relata.Con mucha perseverancia, finalmente, Iratxe dio con aquella persona que le habían mencionado. Se llamaba Soledad y en su documento de identidad la palabra Ushuaia figuraba como tercer nombre. La joven, que nació y vive en la capital fueguina, colaboró sin pensarlo."En el intercambio de mensajes me dijo que su madre tuvo problemas para poder ponerle ese nombre y que le tuvo que inscribir como Soledad Tolkar Ushuaia. Luego me mandó el DNI por email para que pudiera llevarlo al Registro Civil de acá", recuerda Iratxe.En la Argentina, la ley 18.248 de 1969 que establecía las normas para la inscripción de nombres de las personas naturales fue derogada por el Código Civil y Comercial de 2014, vigente desde agosto de 2015. A partir del nuevo Código, "los padres o quienes ellos autoricen eligen el pronombre, podrán inscribir hasta tres que no sean apellidos ni prenombres extravagantes y que pueden ser aborígenes o derivados de voces aborígenes autóctonas y latinoamericanas".Con el antecedente en la mano, y esta vez sin que nada la detuviese, la mujer de la pequeña localidad cercana a la ciudad de Vitoria-Gasteiz, en el País Vasco, logró finalmente la aceptación de la jueza.Ahora Iratxe, que trabaja en una automotriz alemana de vehículos de alta gama, lleva un embarazo de casi 8 meses. Tiene fecha de parto el 21 de septiembre, cuando en la Argentina comienza la primavera y del otro lado del océano arrancará el invierno. Esa estación que le recuerda el viento, los picos nevados y el frío de un lugar lejano y añorado. Después de tanta búsqueda su bebé será honrada con el nombre que tanto soñó.
°
No hay comentarios.:
Publicar un comentario