Un blog desde la diáspora y para la diáspora

jueves, 22 de agosto de 2019

Drácula Antifascista

Desde la izquierda tenemos que hace un gran esfuerzo para rescatar del olvido histórico -y de la manipulación maniquea que hacen los medios de comunicación- a los nuestros.

Es por ello que nos da mucho gusto compartir con ustedes esta información dada a conocer en el portal de Mundo Obrero:


Mike Kuhlenbeck | Traducción de Ximena Atristain López

Lugosi nació como Béla Ferenc Dezső Blaskó el 20 de octubre de 1882, en Lugos, Reino de Hungría, Austria-Hungría (ahora Lugoj, Rumania), a 50 millas del castillo de Vlad III (Vlad Drácula). El joven Lugosi se sentía atraído por las artes. Manifestó sus inquietudes teatrales a su padre, un banquero conservador, quien rechazó la decisión profesional de su hijo. Siendo ya un espíritu rebelde, Lugosi escapó de su casa a los 12 años para seguir sus sueños.

Después de trabajar como minero y maquinista, Lugosi hizo su debut en el escenario a los 20 años en 1902, adoptando el nombre artístico de Béla Lugosi el año siguiente. Los críticos lo llamaron “el Laurence Olivier de Hungría”, y fue invitado a formar parte del Teatro Nacional de Budapest.

Durante la Primera Guerra Mundial, Lugosi se enlistó en el ejército austro-húngaro y obtuvo el rango de capitán en la 43ª División de la Patrulla de Esquí. Fue herido en combate. Una vez que terminó su servicio regresó a la actuación.

En la medida en que el cine ganaba popularidad como una forma de arte, Lugosi protagonizaba algunas de las primeras películas mudas de Hungría. Permaneció en la compañía del Teatro Nacional hasta 1918, año en que acudió al llamado de la revolución obrera.

La vida cotidiana en Hungría era una pesadilla de la cual pocos podían escapar. Desde hacía tiempo Lugosi protestaba por los bajos salarios, la explotación laboral y el trato injusto a los jóvenes actores. Pronto se dio cuenta de la influencia que podían tener los artistas en las luchas políticas.

Hungría: partidario de la revolución de 1919

Lugosi apoyó al partido húngaro comunista, fundado en diciembre de 1918, y a su líder, Béla Kun. Siguiendo el ejemplo de la Rusia revolucionaria, una insurrección de masas derrocó al antiguo régimen comprometido con la clase dominante. La República Soviética Húngara fue fundada el 21 de junio 1919.

Mientras las banderas rojas de la nueva república ondeaban sobre el edificio del Parlamento por solo 133 días, el gobierno de Kun introdujo la primera protección jurídica para las minorías étnicas, la jornada laboral de ocho horas y salarios nacionales más altos.

Lugosi encabezó una manifestación de actores en marzo de 1919 perfilándose ya como un organizador de alto nivel. Jugó un papel decisivo en la fundación de la Organización Libre de Trabajadores Teatrales, que más tarde se convirtió en el primer sindicato de actores de cine en el mundo, el Sindicato Nacional de Actores.

Don Rhodes escribió en Lugosi: Su vida en el cine, en el escenario y en los corazones de los amantes del horror que “Lugosi ayudó a concertar la unión de la Organización Libre de Trabajadores Teatrales y de los miembros del Sindicato Nacional de Actores (NTUA, por sus siglas en inglés) y actuó como su secretario general”.

El Primer congreso estatutario del NTUA inició el 17 de abril de 1919. El discurso de Lugosi decía: “Hace medio año inicié la lucha con la convicción de que debe establecerse el Sindicato Nacional de los Actores Socialistas” (Arthur Lenning, “The Immortal Count: The Life and Films of Béla Lugosi” — El Conde inmortal: La vida y películas de Béla Lugosi).

Entre los artículos de Lugosi publicados en Szinészek Lapja (La página del actor) hubo uno que analizaba la explotación de los actores:

“La anterior clase dominante mantuvo a la comunidad de actores en la ignorancia a través de diversas mentiras, la corrompió moral y materialmente y, finalmente, la despreció y desprestigió por el resultado de sus propios vicios”. El actor, que subsistía desmoralizado y con salarios de hambre, muchas veces y de mala gana, tuvo que ponerse a disposición de la clase dominante. “‘Martirio fue el precio a pagar por el frenesí de actuar”.

Poco duraron los sueños de una nueva nación; el 6 de agosto de 1919 la República Soviética Húngara fue derrocada. El historiador Eugen Weber, autor de Las variedades de fascismo: Doctrinas de la revolución en el siglo XX, describió al nuevo régimen como un «gobierno altamente conservador con un gabinete ministerial de aristócratas adiestrados en su mayoría por grandes terratenientes magnates”.

A medida que el brutal contragolpe del “Terror Blanco” barrió el país, Lugosi huyó a Viena, posteriormente estuvo una temporada en Berlín, donde trabajó en la industria de cine alemana. En diciembre de 1920 emigró a los Estados Unidos.

Mientras tanto, en Hungría, miles de comunistas y judíos fueron encarcelados, torturados y/o asesinados. Los comunistas llevaron una existencia precaria bajo tierra y emergieron solo después de que el Ejército Rojo entró a Hungría en 1944.

Organizador sindical, voz contra el fascismo en EE.UU.

Después de desembarcar en Nueva Orleans, Lugosi aprendió inglés y se fue a Nueva York, donde continuó actuando. En 1927, creó el personaje del Conde Drácula para la versión teatral de Broadway de la novela de Bram Stoker. En 1931, repitió el papel para una adaptación cinematográfica, convirtiéndose en una estrella internacional.

Durante la Gran Depresión, Lugosi desempeñó un papel activo en el Sindicato de Actores de Cine (SAG, por sus siglas en inglés). Como miembro fundador del SAG, fungió como miembro del consejo consultivo del sindicato. Lugosi organizó el sindicato en el set de “The Raven”, que coprotagonizó con Boris Karloff, un miembro del SAG famoso por representar al monstruo de Frankenstein, en 1935.

En la Segunda Guerra Mundial, el dictador húngaro Miklos Horthy se alió con Adolf Hitler y los nazis. En oposición, Lugosi ayudó a formar el Consejo Húngaro-Americano para la Democracia, y pidió que “el nazismo sea eliminado en todas partes”.

Como miembro de la Organización de Ayuda Humanitaria Húngaro-Americana, Lugosi fue el orador principal en un mitin el 28 de agosto de 1944 en Los Ángeles. Exigió a Washington rescatar a los refugiados húngaro-judíos, presionar al régimen nazi de Horthy y flexibilizar las restricciones de inmigración.

El Dr. Rafael Medoff y J. David Spurlock escribieron: “Pudo haber representado a villanos salvajes en la pantalla de plata, pero en la vida real Béla Lugosi alzó su voz en protesta por la persecución brutal de los judíos en su Hungría natal” (Libro mayor judío, 3 de enero de 2011).

Años de encasillamiento condujeron a menos papeles actorales para Lugosi. La falta de ingresos combinado con una adicción a la morfina inducida por dolencias físicas, lo dejaron casi en la miseria. Lugosi murió en su casa de Los Ángeles el 16 de agosto de 1956. Fue enterrado con una de sus capas de “Drácula”.

Lugosi es recordado por su trabajo en papeles protagónicos y secundarios en más de 100 películas. Pero sus contribuciones a la lucha por los derechos de los trabajadores y la causa antifascista deben recordarse como parte de su legado inmortal.

El actor húngaro Béla Lugosi fue coronado como el «Príncipe de las Tinieblas de Hollywood» por su interpretación del vampiro Conde Drácula en varias películas. Pero hoy en día pocas personas saben que fue un líder sindical y antifascista que luchó contra monstruos de la vida real.

Referencias adicionales: Stephen J. Lee, “European Dictatorships 1918-1945”.







°

No hay comentarios.:

Publicar un comentario