Envalentonados por la impunidad que les ha dado el Tribunal Europeo de Derechos Humanos con sede en Estrasburgo ahora los esbirros a las órdenes de la casta divina madrileña han decidido ampliar su radio de acción. Si los paramilitates colombianos han usado a niños como blanco preferencial de sus acciones represivas, ¿por qué no pueden sus contrapartes españoles hacer lo mismo en Euskal Herria?
Pues ya lo han hecho, y a las prohibiciones tan comunes en Iruñea han agregado lo descrito en esta nota publicada en Deia:
Pues ya lo han hecho, y a las prohibiciones tan comunes en Iruñea han agregado lo descrito en esta nota publicada en Deia:
Una acción vandálica causa destrozos en la casa de Olentzero de Mungia
Los autores dejaron un mensaje escrito con spray: "No mientan a los niños"
Gessamí Forner
Bilbao. La casa de Olentzero, en Mungia, es un lugar para perderse con los niños, creer en la magia y reencontrarse con la mitología euskaldun. Sin embargo, ayer amaneció con un sobrecogedor mensaje escrito en spray sobre la pared de la caseta de la entrada: "No mientan a los niños". Un individuo o varios, está por determinar, destrozaron seis muñecos y dejaron su advertencia en tinta verde. Sobre el significado del mensaje, y si tiene una doble lectura al tratarse de la cultura vasca, la responsable de la instalación, Aitziber Olabarrieta, prefiere no pronunciarse. "Nos da miedo pensar en interpretaciones. Lo que queremos destacar es que estamos en unas fechas muy importantes y ese individuo está jugando con la ilusión de los niños".
Olabarrieta está segura de que ha sido "una gamberrada muy meditada". La casa de Olentzero se ubica en un baserri de casi 500 años de antigüedad, por lo que está rodeado de fuertes medidas de seguridad. Varias cámaras de videovilgancia graban constantemente los alrededores del edificio. Sin embargo, sólo uno de los vándalos aparece en una de las agresiones a los muñecos, destrozando a Basajaun, el señor de los bosques. El resto de estropicios los llevó a cabo en la caseta de la entrada y en la cuesta que va hacia el caserío. En ninguno de estos sitios hay cámaras de seguridad.
En total, rompió y tiró seis figuras, además de arrancar de cuajo la cabeza de Olentzero de un panel para sacarse fotos junto a él. "Parece que se lo llevó a modo de trofeo", apunta la responsable. Dos lamiak, una sorgina, Sugar (el marido de Mari de Amboto, y padre de Mikelats y Atarrabi), Aker (el macho cabrío) y Basajaun fueron las figuras afectadas. Algunas de ellas acabaron arrancadas de cuajo del cemento, ya que están ancladas al suelo. El culpable también tiró al suelo una de las paredes de madera del laberinto de Basajaun. Además, todos los rostros de los personajes estaban pintados con aerosoles verdes y morados. Las cámaras de seguridad sólo registraron a un individuo como el autor aunque está sin determinar si estaba acompañado. Olabarrieta ha puesto el suceso en conocimiento de la comisaría de la Ertzaintza, que se ha hecho cargo de la investigación.
La casa de Olentzero fue inaugurada hace dos años. Sólo en 2008 la visitaron más de 30.000 niños. Entre semana, recibe la visita de escuelas y asociaciones. Mientras que en fin de semana, los padres acompañan a sus hijos a pasar un buen rato y a conocer parte de la cultura vasca.
Trescientos niños se desplazaron ayer al caserío para conocer a Olentzero y sus responsables evitaron que vieran los destrozos. Con gran esfuerzo, entre ayer y hoy volverán a dejar el parque a punto.
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Una vergüenza, un verdadero atentado contra la libertad de un pueblo.
ResponderBorrarMi saludo solidario desde Argentina con el pueblo del euskera