El escrito que les presentamos a continuación ha sido publicado en una página titulada Actualidades México y contiene toda una perla que en un honor presentar en este blog. Aquí tienen el escrito:
Más claro, ni el agua.
De la lengua
Roberto Rodríguez Baños
No es lo mismo hablar de un presidente en viaje que de un exilio pactado entre los enemigos del mandatario legítimo como evidentemente sería el caso de Manuel Zelaya metido en un avión por el acuerdo tripartita de Tegucigalpa, Washington y México para ser trasladado a este último destino cuando, en el caso de que el líder hondureño –que este ha desmentido- se acogiera al asilo de un gobierno extranjero, la lógica elemental apuntaría a Brasil como un destino solidario y no, como trasluce el evidente manoseo en que la política pretende ser envilecida, a la deshonra de México como el idiota útil que saca las castañas del fuego a los cómplices golpistas del gobierno de Calderón. Otro ilustrativo caso de la degradación del idioma como recurso de filibusteros.
Similar a pactar con delincuentes como hizo España en el rescate del pesquero Alakrana, a la vez que Madrid descalifica a Marruecos por no negociar con la activista sahariana Aminatou Haidar, por cierto desalojada del aeropuerto de Lanzarote tras la marcha de los periodistas, pero no cesa de llamar banda terrorista a la insurgencia vasca a la cual persigue con ferocidad semejante a la desplegada por el nacional socialismo hitleriano contra los judíos, o la que el Estado de Israel ejerce sobre el pueblo palestino cuyo territorio ocupa el régimen de Tel Aviv.
O cuando se pretende identificar como secretarios de Estado y hasta ministros, a quienes no son sino encargados de despachos en el gabinete del ejecutivo federal de un régimen que de igual manera se intenta disfrazar de lo que no es, cuando se apoda parlamento a las cámaras legislativas poder legislativo, pues como bien decía Adolfo Aguilar Zinser “está pendiente y estancada la regeneración del Estado, el rediseño institucional del que emane la gobernabilidad democrática. Bajo los arreglos institucionales existentes, el juego político electoral nos conduce paradójicamente a la ingobernabilidad; no contamos con un arreglo institucional que encauce los deseos de transformación de los mexicanos hacia la construcción de procesos políticos confiables de los cuales emanen soluciones a los inmensos problemas por los que atraviesa nuestra nación y que están quedando rezagados de la atención pública y de las instituciones…
Continúa...
Más claro, ni el agua.
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