Que Sabino Arana sea odiado por extraños (léase españoles y franceses así como su coro de loros a sueldo) es bastante lógico. Lo que insulta es que sea odiado por propios. A últimas fechas han surgido grupúsculos que son incapaces de entender que sin los Arana no hubiéramos llegado a donde estamos en lo que respecta a nuestra conciencia como pueblo así como al pleno entendimiento de nuestro derecho histórico a la autodeterminación y recuperación de nuestra soberanía, y lo que es más, que los Arana no tienen la culpa de lo que el PNV a hecho con su legado.
Es en este espíritu que presentamos este texto publicado en Izaro News:
Cualquier crítica a los Arana debe de partir en primer lugar de la honestidad, no del deseo de vilipendiar. Segundo, se debe de colocar dentro del contexto histórico, querer aplicarles la prueba del ácido sabiendo lo que sabemos ahora es injusto por decir lo menos.
Es en este espíritu que presentamos este texto publicado en Izaro News:
Sabino Arana y la "chispa" nacionalista
Prof. César Arrondo | Universidad Nacional de La Plata
En la primavera del año 1882, más precisamente un 9 de abril, en los jardines de la Casa de Albia, Sabino Arana discutía con su hermano Luis, sobre las calamidades, por las cuales habían pasado los vascos durante todo el siglo XIX, con la consecuente pérdida de las leyes viejas, y quedando inmersos en un estado de postración moral, por la negación de su propia cultura, y la mutación ideológica de la burguesía costera hacia nuevos modelos de producción.
Era Luis, quien hacía referencia permanente, a que los problemas actuales de los vascos, eran la consecuencia, de inmiscuirse en problemas de otros pueblos, más precisamente, al involucrarse en las guerras carlistas por la sucesión al trono de España. Lo cierto es, que al finalizar la jornada histórica Sabino se convencerá que no es español, sino vasco, por cultura idioma e historia, y que la tarea consiste en levantar a un pueblo, que se encuentra sin rumbo y envilecido.
Nadie podrá negar que ha sido Sabino, quien “sembró la semilla” del nacionalismo vasco, y para llevar adelante esta tarea dedicó el resto de su vida, estudiando la lengua vasca, la historia, y el origen de los fueros, o leyes viejas, y creando una ideología nacional, hasta su muerte en el año 1903. Todas las sensibilidades políticas que se formaron en adelante y adhieren al nacionalismo vasco, tienen al viejo tronco nacionalista ideado por Sabino Arana como referencia.
Han pasado 126 años, desde aquella tertulia en la “Casa de Albia”, y la situación del pueblo vasco como la describían Luis y Sabino Arana parece haber variado muy poco. En tal sentido, hoy el nacionalismo vasco en su conjunto se encuentra en una crisis identitaria, la dispersión de los sectores está a la orden del día, y las luces de Madrid, nuevamente deslumbran a muchos, que hablan de: modernidad, centralidad, transversalidad, partidos de gestión, etc.
Quiera Dios, que muchos vascos se den cuenta, que el único camino posible para salir adelante, es potenciarnos como Nación diferenciada, y además, que somos un pueblo que tiene derecho a vivir en paz, con justicia, y a ejercer su derecho a decidir, como así también, a constituirse en una República Vasca en Europa, lo contrario, son las viejas recetas del siglo XIX, y ya Sabino Arana lo señalo con claridad, un 9 de abril de 1982, cuando adquirió consciencia nacional.
Cualquier crítica a los Arana debe de partir en primer lugar de la honestidad, no del deseo de vilipendiar. Segundo, se debe de colocar dentro del contexto histórico, querer aplicarles la prueba del ácido sabiendo lo que sabemos ahora es injusto por decir lo menos.
.... ... .
No hay comentarios.:
Publicar un comentario