Este interesante ensayo histórico acerca de los pueblos vascos ha sido publicado en Osoa:
LOS PUEBLOS VASCOS AL ENTRAR EN LA HISTORIA
Aitzol Altuna
El hombre es un animal social. Por mucho que retrodevanemos el ovillo del tiempo siempre topamos con grupos, pero nunca con individuos aislados y solitarios. Bandas, linajes, clanes, tribus, castas, ciudades, estamentos, reinos, territorios feudales, imperios, iglesias, repúblicas, ligas o federaciones, clases, naciones, estados....., agrupaciones sociales con otra denominación y estructura, comunidades o asociaciones, en definitiva, pueblos, -solos o coaligados- unidades sociales básicas, agentes efectivos de organización social y cultura, de cuanto positivo y negativo para la humanidad ha acaecido en el tiempo.
Se trata indefectiblemente de conjuntos humanos organizados, inmediatamente conscientes de su identidad, nómadas o sedentarios pero, en cualquier caso, adscritos a un territorio (estable o coyuntural) que consideran de uso exclusivo y que satisfacen sus deseos o necesidades mediante el empleo de recursos y energías que controlan directa o indirectamente.Joseba Ariznabarreta
Pueblo y Poder. Cuadernos para la reconstrucción de la razón, 2007
Los pueblos vascos o las distintas unidades políticas vascas que citan esos autores son (grupos humanos con una dinámica política y cultural diferenciada aunque con el mismo substrato vasco):
Aquitanos o Akitanos: a su vez se dividían en numerosos clanes o pueblos, doce según Julio César. De ellos han llegado hasta nuestros días la de los Beárneses, zuberotarras, salacencos, araneses (Lleida) o ronkaleses. Vivirían en las tierras de Akitania o Gascuña actual, incluido parte de Iparralde: la Baskonia continental. En Akitania residiría la mayoría de la población vasca por ser la más apropiada para ello.
"Aquitania" probablemente viene del pueblo principal de la zona "Ausco" o “Ausko” (la “c” latina se lee como una “k”), de ahí ausko+itano. “Ausci” o “Auski” (de Auch) es el plural de “Auscus”.
Uno de los pueblos akitanos importantes de esta época fue la de los tarbelli, al norte de Baiona, de la que Estrabón decía tenían minas de oro de gran riqueza de la que se extraían hojas tan finas que apenas necesitaban ser refinadas. La mina, sin embargo, parece que estuvo cerca de Baigorri (Baja Navarra).
Otros pueblos akitanos eran las de los mencionados tarbelli, iluronenses (Olorón), bigerriones (Bigorre), convenes, consoranni, elusates (Eauze), aturenses, lactorates o lactorati (al norte hasta el Garona), bernani (Beárn), vasates y la dominante de los ausci.
Autrigones: toda la llamada Castilla Vetula o Vieja, desde Santoña o el río Ansón (que desemboca en Laredo), donde harían frontera con los cántabros (que a su vez por occidente irían hasta el río Sella y bajando por el Cea hasta el norte de Tierra de Campos), serían autrigones los habitantes de la Bureba burgalesa y bajarían por los montes de Oca (a 15 Km. al norte de Burgos capital) y más al sur hasta la parte occidental de La Rioja, Sierra de la Demanda. Los habitantes de este último territorio luego serían conocidos como ruccones (montes de Oca, Sierra de San Lorenzo y de La Demanda o Arandio, otros sitúan a los rucones en el Ronkal), y formarían un frente de resistencia contra visigodos y suevos.
Sería también tierras autrigonas las Enkartaciones bizkaínas hasta el río Ibaizabal-Nervión.
En Alaba la frontera estaría en la Valdegobia autrigona (Valle de Gaubea o Gaubia). Es una de los pueblos vascos más extensos e importantes. La última mención histórica de este nombre es del Cronógrafo del año 354. Estrabón llama a estas gentes "al(l)otrigues" y Floro "Autrigonas".
Caristios o Carietes: El pueblo vasco llamado por los romanos como Karistio o Karieta dominaba toda la comarca de habla bizkaína actual: desde el río Nervión hasta el río Deba en Gipuzkoa y el norte de Alaba hasta Trebiño, con ciudades como Veleia (Iruña de Alaba), Zuazo y Armentia (Suesation), además de otras en la costa.
Las recientes excavaciones en Busturia (en la costa bizkaína), demuestran que ya en el solutrense (hace 19.000 años), los habitantes de esas tierras se desplazaban en verano hasta Trebiño a acechar las manadas de herbívoros que se reunían en aquellos verdes prados, ya que se han encontrado piezas de silex de Trebiño en esas excavaciones de Busturia.
Dice Julio Caro Baroja “la clara distintión dialectal del alavés con relación al navarro o al guipuzkoano, es decir que el alavés (…) era un habla que se parecía más al vizcaíno”. Pero no así en su parte Oriental. Lo mismo hacían los caristios de Labeko koba en Arrasate-Mondragón (Gipuzkoa, Alto Deba). Algunos iban hasta Orduña (actualmente enclave bizkaino en Alaba).
Hay quien cree indoeuropeos prerromanos los nombres de los ríos Deba o Nervión. En realidad Ptolomeo escribe “Nerua” o “Nerva”, emperador romano del s.I que construyó el foro a la diosa romana de la sabiduría y de la guerra, “Minerva”, en Roma. Es más creíble que sean nombres traídos por los romanos, pues no se ha encontrado resto alguno de asentamiento indoeuropeo a cientos de kilómetros a la redonda (habría que irse hasta el Ebro), ni existen restos de luchas que desplacen a la población autóctona que lo justifiquen hasta los asentamientos romanos en la costa y desembocaduras de ríos.
Del mismo modo, nombres como Lezama, Beizama, Zegama, Aldama, Ulzama etc., tendrían que ser revisados (se consideran también indoeuropeos), ya que son topónimos totalmente aislados frente a los masivos vascos que los rodean. Algunos podrían ser una forma de dar nombres de lugar a un “fundi” mediante un término vasco con un sufijo equivalente al latín ”-anus” (mencionado por Julio Baroja), trasformando “-ana” en “-ama”, pues existen sus equivalentes Lezana, Bezana o Aldana entre los pueblos vascos occidentales. Pero puede que sean simplemente topónimos vascos: “Leza=vallado” “ama”=principal o “inicio” (J.Dueso) y así cabe una traducción vasca en todos ellos: Ulzama=presa en el desfiladero, Beizama=prado de vacas, Aldama=ladera pedregosa etc. (N.Nabarte Iraola “Diccionario de apellidos vascos”).
La falta de asentimientos o restos no autóctonos en todo Bizkaia, Gipuzkoa y Lapurdi, pese a todas las catas arqueológicas, no se puede obviar en cualquier teoría prehistórica, pues los restos arqueológicos son datos irrefutables, tanto como la falta de ellos.
Várdulos o bardulos o bardieta (bardyeta): zona de habla gipuzkoana actual, del río Deba al Oria y el valle de Leitzaran, tal y como aparece en los mapas de la época, con un alargamiento por la actual Alaba hasta Trebiño con ciudades como Alegría-Dulantzi (Tulonia) o Alba (Albeniz? Cerca de Salvatierra). Algunos autores romanos hablan de “Varduli” (Mella) y de “Vardulli” (Plinio). En ella Caro Baroja observa la palabra vasca “uri” o “uli” con sus variantes (ciudad).
La última vez que aparecen escritos es en el 456 nombrados por Idacio (después todos serán baskos o baskones). La frontera con los baskones sería el río Urederra y el río Ega a su paso por Lizarra (luego Estella, ya en la Baja Edad Media). Donde Araceli era baskona.
La Burunda y la Tierra de Aranatz, el valle de Lana y el alto valle Ega (Marañón y Aguilar de Codés) serían también bardulas (hoy Alta Navarra). Su primera diócesis fue la de Auca del siglo III, conquistada después por los musulmanes.
Berones: La Rioja centro y oriental, parte de Alaba al sur y norte de Soria, éstos vascos tendrían al parecer influencia celta, pero hoy están desmotadas estas teorías que hay que situarlas en su justa medida: los celtas se asentaron en todo lo que sería después el “Ager Vasconum” pero su huella no es tan profunda como se quiere hacer pensar.
Como hipótesis, pudiera ser que “Berona” fuera una palabra deformada de “Barona”, donde nos encontrarnos con la voz “Barona” o “comarca fronteriza” (“bar” es “fronterizo” en los topónimos vascos y gascones y “-ona” comarca).
Eduardo Aznar Martínez, sin embargo, propone estas interpretaciones: “Y es que dentro del vocabulario vasco existe un término con las variantes «Beruña / Beroin /Beruin», que literalmente significa “vendimia”, y por extensión “mosto, vino”. Como esta palabra no parece tener en principio ninguna etimología posible a través de las raíces de la lengua, es muy razonable pensar que tal vez no sea otra cosa que la derivación de un viejo término latino *Beronia (e incluso tal vez *Berunia, por el conocido paso fonético O > U que se produce desde antiguo), aplicado al antiguo país de los «berones» -tribu que habitó la mayor parte de La Rioja-. Tiempo después, las gentes de habla vasca habrían ido asociando esta palabra con la cultura del vino riojano, hasta el punto de olvidarse completamente de su significado original.
Sin duda a partir de expresiones creadas por jornaleros que se trasladaban a vendimiar a La Rioja, como por ejemplo *Beruñara noa = “me voy a Beronia”, se asociaron como conceptos indisociables el de “país berón” y el de “vino” y “vendimia”, hasta el punto de perderse definitivamente el sentido geográfico original, para adquirir uno de actividad laboral: la expresión *Beruñara noa se interpretó como “me voy a la vendimia”. Todo un ejemplo de la profunda ligazón que siempre ha existido entre el euskera y la historia de La Rioja.
De hecho parece también muy posible que el nombre tribal «berones» no sea otra cosa que un antiguo gentilicio utilizado en principio para denominar a personas que vivían en la desembocadura del Iregua, dentro del territorio del actual Logroño.
En efecto, en documentos medievales se le suele denominar «Bero» al río Iregua, y posiblemente fuera éste su primer nombre, derivado tal vez del término euskérico «bero» = “caliente”. De tal manera, «berones» querría decir simplemente “los del río Bero”.
Govantes en su Diccionario Geográfico Histórico de La Rioja, cita "Briones conserva el
nombre de los antiguos Berones, pueblo celta que poseía este país cuando los Romanos conquistaron España". Pero tuvo pobladores más antiguos según restos de la Edad de Bronce, encontrados por la ermita de los Mártires.
El poblado de La Hoya, cerca de Laguardia (Rioja alabesa), se han encontrado asentamientos desde el megalítico que no pueden ser más que de vascos y posteriores con influencia celtíbera, nos podemos hallar, quizás, ante los mencionados berones o familiares cercanos.
La onomástica estudiada descarta que la celtización de la Rioja fuera total y confirma la pervivencia de elementos preindoeuropeos (vascos), tanto en su parte Oriental, central y qué decir de la Occidental de la Sierra de la Demanda o de Arandio, Tierra de Cameros, Ojacastro o comarca de Valdezcaray (todas al sur del Camino francés de Santiago), contrariamente a lo que han venido manteniendo muchos autores que han extrapolado el testimonio de Estrabón sin más pruebas, cuando es sabido errores o excesos de apreciación en otros muchos casos”.
Pudieran ser, con mucha probabilidad, vascos mezclados con celtíberos o vascos con influencia celtíbera, al menos en algunas ciudades, no así en el campo que serían completamente vascos. Se sabe por las crónicas romanas que estuvieron luchando con Pompeyo con los baskones y luego con César Casio Longino en el 48 a.C. La actual Logroño, La Guardia (de Navarra poblado de la Hoya), Biana (Alta Navarra, quizás Vareia/Varea, excavaciones de La Custodia las más importantes de la zona) o Tricio (Tritium Magallum) serían Beronas, estando la frontera en la cuenca del Ega, donde Dulantzi-Los Arcos sería ya baskón y fronterizo.
Baskones: el pueblo vasco más poderoso a este lado de los Pirineos y que terminará dando nombre a todos ellos, ya en la Alta Edad Media. Van de los ríos Oria al Bidasoa en Gipuzkoa hacia el norte por los Pirineos todo Lapurdi hasta Baiona cuando menos y la provincia de Navarra actual ampliada por los extremos hacía Aragón, incluyendo los suesetanos de las “Cinco Villas” (Ejea de los Caballeros, Uncastillo, Sos, Tauste y Sádaba, en la comarca también está Navardún, cuya etimología denota su pasado navarro), llegando hasta la misma Zaragoza, entonces llamada con el nombre vasco de Salduba hasta Alagón; por el Oeste, ciudades como la riojana Calahorra (antigua “Ilurcis”) se consideran baskonas al igual que Cascante y otras al sur del Ebro. La hoy Rioja alabesa según Caro Baroja pudiera ser también Baskonia y Rioja Baja. Los baskones bajan por el río Gallego, el río Aragón y Arba hasta los montes de Castejón, por el noreste, todo el Canal del Berdún, hasta Jaca.
El dialecto vasco-ronkalés (probablemente también el salacenco y quizás el de Aezkoa), emparentado con los que se hablaban en Akitania, hace pensar que este valle no era baskón y sería su frontera por los Pirineos.
En Botarrita, la antigua Contrebia Belaisca, cerca de Zaragoza, se hallaba la frontera triple o trifinium entre los baskones, íberos sedetanos de Zaragoza o Salduba y los íberos de Botarrita donde se ha hallado un bronce con antropónimos vascos.
La palabra “baskón” es el plural de “vascus” según recoge Caro Baroja.
Vescetanos: provincias de Huesca y Zaragoza actuales. Capital Osca, Ptolomeo señala: "Oscensis Regionis Vescitanie". Los clásicos consideran también a los vescetanos emparentados con los baskones.
Los Jaccetanos: serían una subpueblo de Baskones alrededor de la ciudad de Jaca (Jacca, de donde tomarían el nombre).
Ilerdenses: Lleida, de ahí el gentilicio. A veces aparecen los vescetanos como ilerdenses.
Los ilerdenses son parte de los pueblos akitanos al sur pirenaico según algunos autores y basándose en la inscripción en lápidas comunes a ilerdenses y akitanos.
Cerretanos: al Este de los ilerdenses. Zona de Andorra, según Silio Itálico están emparentados con los baskones, valles de Sobrarbe, Ribagorza, Pallars, Urgel y la Cerdaña.
En los siglos VIII-IX, también seguían prestando servicios militares a los baskones, ya dentro del reino de Pamplona.
Julio Caro Baroja en su libro “Sobre la lengua vasca”, tras el estudio de distintas inscripciones en monedas, plomos y vasijas llega a la conclusión que: “aquitano, el vasco actual y el idioma de los antiguos ilergetes, cerretanos y hasta mediterráneos de más al sur parecen tener cierto parentesco que no se puede explicar por influencias célticas”, por tanto éstos también serían pueblos vascos a la llegada de los romanos, pero ya interiores..
Por otro lado no está claro el origen o la influencia de lo vasco entre:
Turmódigos o Turmogi: actual Burgos capital hasta el río Arlanza cuando menos y el norte de la hoy provincia de Soria (donde vivían los Pelendoneses, que también ocuparían el sur de la actual provincia de La Rioja) (según R. Menéndez Pidal). Aunque su origen podría ser celta según algún autor, de la actual Bélgica, mezclados quizás con vascos pues la toponimia vasca es muy clara.
Vacceos o Vaccaei: al Oeste de los anteriores, Tierra de Campos (según R. Menéndez Pidal). Los vacceos y turmogos fueron sometidos en una serie de campañas entre los años 73 y 56, algunas dirigidas por Pompeyo y Quinto Metelo.
Todavía en la época de las guerras civiles entre Pompeyo y César y después durante la guerra de los hijos de Pompeyo y Octavio, sigue habiendo conflictos con los vacceos, que no acaban definitivamente hasta la guerra del 29 contra los cántabros, astures, autrigones, vacceos y turmódigos, así que puede decirse que los vacceos fueron el pueblo que más tiempo resistió a la dominación romana, junto con los akitanos.
J.J. B. Merino Urrutia en su libro “El vascuence hablado en Rioja y Burgos”, señala: “el vascuence se habló tardíamente, por lo menos en toda la Rioja alta, la Bureba y cercanías de Burgos (Comarca de Juarros, nombre que proviene de la deformación de la palabra vasca “zugarro”, olmo, que marcaba la frontera entre Navarra y Castilla en Ibeas de Juarros), corriéndose también por la montaña de Valdelaguna, del partido judicial de Salas de los Infantes (…) como ya sostuvo el ilustre D. Ramón Menéndez Pidal en su conferencia del III Congreso de Estudios Vascos en el año 1923, quien aseguraba que también pasó hasta los Vacceos, de Tierra de Campos”.
Hay más pueblos periféricos, pero éstos parecen ser los pueblos vascos más importantes antes de la llegada de los invasores romanos.
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