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domingo, 15 de noviembre de 2020

Odisea en Altamar

Una más para la etiqueta Kurlansky, tiene que ver con la diáspora vasca y se las compartimos sin mayores preámbulos, trayéndola a ustedes desde las páginas de Noticias de Navarra:


Los vascos de la epopeya del 'Alsina' y 'Quanza'

La escritora Arantzazu Ametzaga publicará en 2021 una novela histórica sobre la odisea de aquellos barcos que llevaron a sus padres y a diversas personalidades de Euskadi a la paz de América Latina

Iban Gorriti

El 15 de enero de 2021 se cumplirán 80 años de una travesía por mar que quedó grabada en 20 cintas de casete con la voz de la madre de Arantzazu Ametzaga Iribarren. Esta escritora navarra avanza a DIARIO DE NOTICIAS que el año que viene publicará una novela histórica en la que por segunda vez vuelve a abundar en aquella odisea de la que "no sé cómo salieron vivos".

La epopeya fue posible en dos navíos: de Marsella a Casablanca tras pasar por Dakar (Senegal) en el transatlántico Alsina con bandera francesa y de aquel enclave marroquí a países de América latina en el vapor lisboeta Quanza. Fueron un total de 411 días de supervivencia.

"Es un hecho de por si extraordinario. A veces me pregunto cómo pudieron sobrevivir con semejante dignidad ante tanta adversidad como la que padecieron. Pero aquellos pasajeros de la libertad fueron el símbolo, dentro de su absoluta indefensión, de la entereza vasca de resistir para sobrevivir", enfatiza la literata de nacimiento bonaerense.

En el viaje, hubo tres grupos diferenciados: la comunidad vasca, un grupo de españoles y un tercero de judíos procedentes según Ametzaga de Bélgica, Holanda, Francia, Alemania y Checoslovaquia que huían del avance de Hitler. Los vascos ocupaban la "tercerola" del barco, define la de Alzuza haciendo referencia a las bodegas del navío. De hecho, al llegar a destino acabarían desparasitándoles en una isla antes de entrar a Argentina.

En el Alsina tomaron acomodo, en busca de tierras en paz, personas históricas como la hermana del lehendakari Aguirre, María Teresa, el a la postre artista Néstor Basterretxea, el consejero Telesforo Monzón y su esposa, o los escritores José Olivares Larrondo Tellagorri o Bingen Amezaga, padre de nuestra interlocutora. También formaban parte del grupo vasco, entre otros, el médico Luis Bilbao o el actor Lucio Aretxabaleta. "Excepto Tellagorri, afiliado a ANV, el grupo pertenecía al PNV y habían ejercido funciones importantes representativas para el mismo. O lo harían en el futuro", apostilla.

El grupo de republicanos españoles contaba con la presencia del "anciano, viudo y enfermo expresidente de la Segunda República, Niceto Alcalá-Zamora y sus hijos, quien decidió la expatriación amparado por una autorización expresa del Gobierno francés". El político escribió en un libro que el periplo fue de "441 días de un viaje azaroso" de Francia a la Argentina. "El 7 de abril de 1936 dije que personalmente recobraba mi paz, pero la República constitucional, democrática, de derecho, había caído conmigo", amplificó Alcalá-Zamora.

Palos en las ruedas

El trayecto fue un efecto dominó de barricadas, pero que se fueron superando. La primera fue la propia partida del Alsina de Marsella. De hecho, el inspector español, jefe de operación de la represión organizada por Franco, Pedro Urraca, trató de imposibilitarla en primera persona, pero gracias a una nevada no llegó a tiempo. El navío había partido ya con los judíos en primera, los españoles en segunda y los vascos en "tercerola". "Sin embargo, los vascos fueron los más organizados".

El sueño se complicó en Dakar. "No se les reconoce el paso a aguas británicas y les retienen cuatro meses dentro del Alsina, hasta que se habilita el Quanza, de bandera portuguesa. Cuatro meses, que ahora nos quejamos por estar unas semanas confinados en nuestras casas", compara. "Mi madre se quedó en 40 kilos del hambre que pasaron. Basterretxea a sus 18 años se escapaba y conseguía limones y fruta", para hacer frente a enfermedades como el escorbuto.

Arantzazu evoca tertulias que ella hacía con el escultor Jorge Oteiza y Basterretxea. "Néstor siempre hablaba cuando nos juntábamos los tres del Alsina, y Oteiza le volvía a decir que recordara que yo había nacido después, en Argentina", sonríe.

La escritora y bibliotecaria ya escribió en 1981 un libro sobre esta odisea. "El 14 de abril, los españoles celebraron el Día de la República y los vascos no fueron a tal acto. Enviaron únicamente a Monzón como representante de Euskadi", aporta. Asimismo, la comunidad que estaba separada en grupo de mujeres y grupo de hombres creó un batzoki en el transatlántico, así como un coro y grupo de dantzas. "La Cruz Roja posibilitó que llegaran las cartas que escribían a sus familias sin pasar ninguna censura. Lo hacían a través de correo interior contrabandista", añade.

La tripulación llegaría con un viajero más, porque una mujer dio a luz en el Quanza, a México, Argentina, Venezuela y Cuba. Ya en sus países de refugio, y como paradoja final, el Alsina acabó siendo bombardeado por un ataque aéreo y hundido en la bahía gaditana de Algeciras tan solo un año después, en 1942.




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