La cabeza actual del régimen borbónico franquista ha aprovechado la desescalada de la contigencia causada por la pandemia del SARS CoV-2 para hacer un recorrido por la geografía del estado que el genocida Francisco Franco entregase a su padre, el serenísimo y corruptísimo Juan Carlos.
Y como era de esperarse, ni tardo ni perezoso, se apersonó en las provincias insurrectas del norte escoltado por su fiel Sancho, Don Iñigo Urkullu el Reelecto.
Poco importó que los exiguos votantes del PSOE/PP/(C's/Vox se acercaran a vitorearlo, fueron más los que le hicieron ver que su presencia es non grata.
Aquí lo que publicó El Diario de la malhadada visita:
El jefe del Estado ha estado este viernes en Bilbao y en Vitoria rodeado de fortísimas medidas de seguridad
Iker Rioja Andueza / Maialen Ferreira
El jefe del Estado, el rey Felipe VI, y su esposa, Letizia Ortiz, han completado este viernes una fugaz visita a Euskadi con parada en Bilbao y Vitoria, un viaje que se enmarca en la ronda por España emprendida para pulsar la situación generada por la pandemia. La vasca ha sido la décima comunidad autónoma de su gira. En su estancia en tierras vascas, rodeada en todo momento de fortísimas medidas de seguridad y en la que le ha acompañado la ministra de Asuntos Exteriores, la guipuzcoana Arancha González Laya, el monarca se ha encontrado con el lehendakari, Iñigo Urkullu, con los alcades de Vitoria y Bilbao, Gorka Urtaran y Juan María Aburto, y con otras autoridades, en su mayoría nacionalistas. En las calles, Felipe VI ha escuchado algunos vítores pero también abucheos y críticas tanto de independentistas como de republicanos por los escándalos de corrupción de su padre, el anterior jefe del Estado, Juan Carlos I, sobre los que ha eludido hacer comentarios.
Por la mañana, Felipe VI y su esposa han iniciado su periplo por Euskadi en Bilbao. Se han encontrado en el museo Guggenheim con el lehendakari, ahora en funciones pero que será reelegido en las próximas semanas. Hasta la explanada del museo, el jefe del Estado y sus acompañantes han llegado en coche oficial. Urkullu se ha acercado hasta ellos y les ha conducido hasta la entrada de la pinacoteca, donde también aguardaban el delegado del Gobierno de España, Denis Itxaso, el alcalde de Bilbao, y la diputada vizcaína de Cultura, Lorea Bilbao. Un 'dantzari' ha dado la bienvenida a los visitantes. Jefe del Estado y lehendakari apenas han compartido una breve conversación en la que Felipe VI ha felicitado a Urkullu por su reciente victoria electoral.
En la puerta, una veintena de simpatizantes que portaban banderas de España han vitoreado al rey. Mientras, a unos 900 metros de allí, en la plaza Euskadi, un grupo de manifestantes mostraban su desacuerdo con la Corona entre gritos de “¡República!”, “¡Abajo la monarquía!” y “Alde hemendik!” ('fuera de aquí', en euskara). Entre los convocantes se hallaba la coalición EH Bildu. Se ha instalado una pancarta con los retratos boca abajo del dictador Francisco Franco, del rey emérito y del propio Felipe VI y un cartel gigante en el que se leía “Kanpora!" ('fuera'). Los manifestantes han mostrado ikurriñas y carteles independentistas, mientras sonaba el himno de España entre pitidos y abucheos. Desde el Guggenheim han acudido al Bellas Artes, donde han mantenido un encuentro con representación de grandes empresarios del País Vasco a instancias del presidente de la patronal CEOE, el vasco Antonio Garamendi. Se han sentado con el jefe del Estado Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), Xabier Iturbe (Euskaltel), Antón Pradera (CIE Automotive), Carlos Torres (BBVA), Gregorio Villalabeitia (Kutxabank), Emiliano López Atxurra (Petronor), Iñigo Ucín (MCC), Ignacio Ybarra (Vocento), Ignacio López Gandásegui (Aernnova), Javier Ormazabal (Velatia) o el líder de Confebask, Eduardo Zubiaurre.
Después de los encuentros de Bilbao, el séquito se ha desplazado a la capital vasca, a Vitoria. A las 16.30 horas, Felipe VI había concertado una cita en la Fundación Laboral San Prudencio, que le ha explicado sus acciones sociales durante la pandemia. Allí ha estado acompañado por el alcalde de Vitoria y por otros dos cargos institucionales del PNV, el diputado general de Álava, Ramiro González, y el presidente de las Juntas Generales, Pedro Elosegi, además de por la ministra de Exteriores y por el delegado del Gobierno.
La Ertzaintza había preparado un perímetro de seguridad en el final de la calle de Eduardo Dato, donde está la fundación. Se han eliminado aparcamientos, retirado contenedores y, en los minutos previos a la llegada de la comitiva real, se han cortado las calles. La Policía vasca ha movilizado patrullas, furgonetas de la Brigada Móvil (antidisturbios), equipos de Intervención y agentes de paisano, así como un helicóptero. La propia comisaria de Vitoria, Victoria Landa, ha dirigido el operativo sobre el terreno. Agentes de la Guardia Civil y de la seguridad de la Casa Real han completado el despliegue.Antes de la llegada del jefe del Estado, un centenar de personas se han arremolinado en las inmediaciones de la Fundación, sin que en ningún momento se hayan guardado las distancias exigidas por las normas sanitarias. Había una proporción similar de monárquicos y republicanos. Al exhibir los segundos banderas españolas de la II República, muchos de los primeros se han enervado hasta el punto de insultarles y proferir gritos como "sufragistas". Agentes de la Ertzaintza se han llevado a la mayoría de los republicanos a varios cientos de metros, donde han tenido que gritar más alto contra la monarquía y a favor de la III República y también contra la corrupción en la Corona española, con continuas referencias a la amante de Juan Carlos I, Corina Larsen. Justo coincidiendo con la llegada del rey, una representante de Elkarrekin Podemos-IU ha exhibido una bandera tricolor y agentes de paisano se la han quitado y la han apartado. Fuentes policiales justifican estas decisiones "por seguridad", para que no coincidan en el mismo espacio "dos corrientes contrarias".
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