Continúa el trabajo memorialista en Euskal Herria y desde Naiz traemos este artículo que informa acerca de los pasos a seguir por la fundación Egiari Zor:
En el Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con las Violaciones Graves de los Derechos Humanos y la Dignidad de las Víctimas, integrantes de la fundación Egiari Zor han comparecido en Bilbo para exigir que todas las víctimas que han sufrido la violencia del Estado sean reconocidas y se acabe la discriminación. Han anunciado que van a crear comisiones de investigación locales para esclarecer muchos de los casos.Agustín GoikoetxeaPersonas que han sufrido la violencia de los estados se han reunido hoy en Bilbo para reivindicar su protagonismo. «Son plurales las violencias que han convivido en nuestra geografía y que han generado enorme sufrimiento», han destacado Ane Muguruza e Ixone Fernández, advirtiendo de que algunas víctimas han logrado ser reconocidas pero otras no.«Nosotras somos víctimas de violencias muy diversas, que tienen un mismo origen. Desconocidas, en la gran mayoría de los casos. Porque nos han negado. Porque nos han tachado de mentirosas. Porque el Estado español y su sistema judicial han hecho que fueran posibles las vulneraciones de derechos y los crímenes que hemos sufrido», han denunciado. Han saludado los pronunciamientos de los parlamentos de Gasteiz e Iruñea a favor de su reconocimiento, pero han añadido que «el camino hasta superar la situación de discriminación que vivimos es aún muy largo».«Hemos de lograr conocer, dar a conocer y reconocer todo el sufrimiento que el Estado ha generado. Determinar quiénes fueron los responsables de esos sufrimientos y conocer los por qués. Debemos sacar toda la verdad a la luz. Y, en ese cometido, nosotras tenemos mucho que hacer», han defendido desde Egiari Zor.Han dicho que se niegan a permanecer a la espera. «Nosotras proponemos tomar como referencia un nuevo punto de vista, y poner en el centro las necesidades de las víctimas», han expuesto Muguruza y Fernández. En ese sentido, han subrayado que lo que verdaderamente les ayuda es conocer la verdad.«La verdad cierra heridas»«La verdad cierra heridas. Hace posible que la tragedia que hemos sufrido no vuelva a repetirse. Es de gran utilidad para reconocer el dolor que cientos y cientos de personas hemos sufrido. Y es la vía para reparar y dignificar a las víctimas», han explicado.Han anunciado que lo van a hacer a través de las herramientas que tienen a mano, «poniendo a prueba nuevos mecanismos, aportando los testimonios de nuestras vivencias y tratando de aglutinar el compromiso más amplio posible de sectores sociales e institucionales». «Para sacar a la luz –han argumentado– todas las verdades y para que estas tengan su lugar en el relato que narre absolutamente todo lo que ha ocurrido».Lo harán a nivel local, al entender que son «ámbitos excelentes desde donde trabajar, en especial para dejar en evidencia las dudas que aún plantean aquellos casos que fueron ocultados mediante versiones oficiales, o para dar luz a los sucesos que quedaron sin esclarecer del todo».Es por ello que van a poner en marcha comisiones de investigación locales, para que una representación de la comunidad local pueda investigar las evidencias de los casos, recoger los testimonios de las y los testigos, sacar a la luz toda la información disponible y extraer conclusiones de todo ello, «y hacer así posible que en un futuro la verdad de cada caso sea conocida y la víctima reconocida».Video con testimoniosEn ese contexto, han informado de que han elaborado un video en el que dan la palabra a cinco víctimas que aún no han recibido reconocimiento ninguno, para así conocer de primera mano lo que esto supone para ellas y reivindicar que sus testimonios han de ser escuchados. Se trata de Bego Martínez de Murgia, hermana de Mikel Martínez de Murgia, muerto a tiros por la Guardia Civil en Lekeitio en 1972, junto con Jose Benito Mujika “Xenki”; Peru del Hoyo, hijo del preso Kepa del Hoyo, muerto en 2017 en la cárcel de Badajoz debido a un ataque al corazón; y Maitane Valcárcel: sobrina de Alfredo Valcárcel, a quien la Policía Armada detuvo y torturó en 1972, y luego falleció.También se incluye el testimonio de Patxi Arratibel, arrestado por la Guardia Civil en 2011, que sufrió torturas cuando se encontraba incomunicado y por cuyo caso el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó al Estado español por no haber investigado lo suficiente sus denuncias de tortura. Asimismo se recoge lo vivido por Irantzu Benito, herida de gravedad en un siniestro en 2001, cuando se dirigía a visitar a una amiga encarcelada en la prisión de Ávila debido a la política de dispersión. Iñaki Saez y Asier Heriz, que la acompañaban en el viaje, perdieron la vida.Desde la fundación les han agradecido su aportación en el camino de acabar con la discriminación. «Es hora de reconocer debidamente a todas las víctimas de las violencias practicadas por el Estado», han subrayado.
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