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lunes, 18 de septiembre de 2017

Proeza Futbolística Vasca

Aquí tenemos una más para la etiqueta Arzalluz Kurlansky.

En esta nota publicaca por el ABC, nos cuentan como una de las jugadas más vistosas del balompié tiene origen - no podía ser de otra manera - vasco (aunque el autor del mismo de pronto se despacha con una manida españolización).

Aquí está:


Ramón Unzaga, un bilbaíno emigrante a Chile, fue el inventor de este remate acrobático a principios del siglo XX

Adrián Mateos

No existe en el fútbol remate más explosivo que la chilena. Un arriesgado y complejo recurso íntimamente ligado al nombre de Hugo Sánchez, el hombre que hizo de esa acrobacia su enseña en la década de los 80. El paso del tiempo no ha mermado el atractivo de la «tijereta», anhelo de delanteros pero también de defensas, tal y como se pudo apreciar el pasado miércoles en el Bernabéu, que volvió a vibrar con el gol de Sergio Ramos al APOEL. De hecho, la primera persona que la realizó fue también zaguero, aunque su objetivo no era el de anotar tantos, sino el de evitarlos. Se trata de Ramón Unzaga, que desembarcó en Sudamérica con apenas 12 años procedente de Bilbao.

En efecto, y pese a que el nombre con el que se la conoce puede llevar a equívocos, el origen de la chilena no es chileno, sino español. Su autor nació en el barrio de Deusto entre 1892 y 1894, aunque no daría a conocer al mundo su particular despeje hasta dos décadas después. La primera vez que la realizó fue en el campo de fútbol de El Morro, en Talcahuano, y los medios locales la denominaron «travesada» o «chorera», en honor al club que defendía, el Escuela Chorera. Tal fue la celebridad de la jugada que, en 2014, los gerentes del recinto levantaron una estatua en honor al futbolista vasco.

Por aquel entonces, Unzaga ya había obtenido la nacionalidad chilena, por lo que no tuvo problemas para jugar en su selección. Con la «Roja» disputó dos campeonatos sudamericanos, en los que consiguió disimular las carencias futbolísticas del equipo con sus llamativas piruetas. «Con el cuerpo en el aire, de espaldas al suelo, las piernas disparaban la pelota hacia atrás en un repentino vaivén de hojas de tijera», subrayó el escritor uruguayo Eduardo Galeano en su libro «El fútbol a sol y sombra».
Fuerte carácter

Otros documentos, sin embargo, sitúan la aparición de la chilena en 1918, concretamente el 29 de diciembre. Según relata el periodista Luis Osses en «100 años del fútbol chorero», la primera chilena de Unzaga tuvo lugar «en un clásico a muerte entre Concepción y Talcahuano» en el que el zaguero, «un vasco de genio terrible», tuvo sus más y sus menos con el colegiado: «¡Terminaron agarrándose a combos!», subraya el redactor.

Los detonantes de la trifulca fueron, de hecho, las dos chilenas que había realizado a lo largo del encuentro. El colegiado entendió que la maniobra no era limpia, pues ponía en riesgo a los jugadores rivales. El propio Unzaga matizó, en declaraciones posteriores al partido, que se vio «obligado a observarle al árbitro su error», lo cual le costó la expulsión: «Me negué a salir de la cancha para arreglar cuentas -alegó-. Lo hice, y fuera de ella tuve con él un cambio de bofetadas».

No fue la única polémica en la que se vio envuelto el bilbaíno, un apasionado del deporte con dotes para el atletismo y la natación. Tal y como relató su nieto -y tocayo- en una entrevista en el diario «La Tercera», Unzaga «era un vasco con todos los defectos de los vascos, como el mal genio». Una vez, explicó, llegó a sacar una pistola al terreno de juego tras una expulsión. Los dos disparos al aire que realizó pusieron punto y final al partido.






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