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sábado, 23 de septiembre de 2017

Contra la Injusticia y el Desdén

Por conducto de inSurGente les compartimos este texto de Carlo Frabetti con respecto al referendum catalán convocado para el 1° de octubre. El mensaje es claro, el referéndum - el proces, la desconexión, el mambo - es una oportunidad que no debe ser desaprovechada:


Carlo Frabetti

La verdadera cuestión es, como nos advierte Hamlet, ser o no ser. Pero ¿qué es lo que hay que ser? Él mismo lo apunta más adelante en su atribulado monólogo: ¿Quién quiere sufrir del fuerte la injusticia, del soberbio el áspero desdén, las demoras de la ley… pudiendo de tanto mal librarse alzando una punta de acero? Hamlet habla de la muerte como liberación; pero sus palabras, dotadas de vida propia, sugieren una alternativa mejor (que él mismo terminará eligiendo): acabar con la tiranía. Ser o no ser libre, luchar o resignarse, esa es la cuestión.

El 1-O hay que votar SÍ como afirmación y ejercicio de libertad, como expresión incontenible del derecho de autodeterminación de un pueblo soberano; hay que votar SÍ precisamente porque el poder y sus lacayos quieren impedirlo a toda costa, y no podemos seguir tolerando la injusticia del fuerte, el desdén del soberbio y las demoras de la ley. Pero no nos engañemos: las papeletas no pueden remplazar a las puntas de acero. Se trata de emanciparse del Gobierno, no de someterse al Govern. Se trata de debilitar a la oligarquía española, no de fortalecer a la oligarquía catalana. No habrá verdadera independencia mientras haya una clase dominante, y una república solo es digna de ese nombre si es una república socialista.

En el seno de la seudodemocracia capitalista solo hay un tipo de urnas: las urnas funerarias en las que se entierra la ilusión de decidir; si en un momento dado podemos volverlas contra el poder, no desaprovechemos la ocasión; pero sin caer en la trampa del reformismo y las falsas alianzas interclasistas. Hoy más que nunca, hemos de tener claro que no debe haber guerra entre los pueblos ni paz entre las clases. Y ahí está para recordárnoslo, recorriendo las calles como un clamor incesante, el propio himno de Catalunya: Que tremoli l’enemic en veient la nostra ensenya: com fem caure espigues d’or, quan convé seguem cadenes.

Conviene cortar cadenas y el enemigo, que lo sabe, está temblando. Bon cop de falç!






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