Este reportaje de La Jornada contiene las primeras reacciones por parte del represaliado político mexicano Lorenzo Llona Olalde tras ser liberado una vez que la Secretaría de Relaciones Exteriores de México revelase su negativa a proceder con su extradición.
Adelante con la lectura:
Llona quedó libre; se hizo un poquito de justicia, dice
Defender a los ciudadanos mexicanos, pide al presidente Vicente Fox
Alfredo Méndez OrtízDespués de cuatro meses y medio de permanecer detenido en el Reclusorio Sur con fines de extradición a España por sus presuntos vínculos con la organización vasca ETA, y su supuesta participación en un atentado ocurrido el 24 de junio de 1981, en el pueblo guipuzcoano de Tolosa, ayer Lorenzo Llona Olalde recuperó su libertad luego de que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) negó su entrega al país ibérico.
Acompañado por sus familiares y abogados, el ciudadano mexicano de origen vasco, con 10 kilos menos de peso a causa de los 21 días que pasó en huelga de hambre, abandonó la cárcel a las 16 horas con la convicción de que en su caso el gobierno federal finalmente hizo ''un poquito de justicia''.
Visiblemente cansado y ''aturdido por el hambre'', Llona aprovechó el encuentro con los reporteros para enviar un mensaje al presidente Vicente Fox Quesada: ''Sin rencor le digo que antes de creer en las opiniones o peticiones que cualquier gobierno le pueda presentar, primero está la defensa de un ciudadano mexicano. El Presidente no debe permitir que se cometan más injusticias, como lo fue en mi caso. Le pido que no anteponga los intereses económicos de empresarios de otros países a los derechos y dignidad de los mexicanos''.
Solidaridad con vascos
Asimismo pidió al mandatario ''que se dé cuenta de todas las injusticias que está cometiendo (el país ibérico) con mis compañeros de origen vasco que están en España. Entiendo que el gobierno español le tiene un enorme coraje a los ciudadanos de origen vasco, pero Fox no debe permitir que ese coraje se transmita a México, que siempre ha sido un país solidario con las causas justas''.
Desde el pasado 27 de abril, Llona Olalde permanecía en el Reclusorio Sur en espera de que concluyera su proceso de extradición a España, país que le imputa haber participado en un atentado de la ETA ocurrido el 24 de junio de 1981, en el pueblo guipuzcoano de Tolosa, que dejó tres personas muertas.
Su abogada, Bárbara Zamora, presentó en tiempo y forma varias pruebas de descargo, entre las que destaca el que su cliente se encontraba en México el día en que ocurrió el triple homicidio que España le atribuye. Sin embargo, el juez 15 de distrito en materia penal, Ranulfo Castillo Mendoza, opinó en su momento que sí procedía la extradición, porque supuestamente el país ibérico cumplió con todos los requisitos del tratado en la materia firmado entre ambas naciones.
Al salir del reclusorio, Llona Olalde también tuvo una opinión respecto al proceder del juzgador: ''Aunque al final se hizo un poquito de justicia conmigo, tengo que decir que empecé a sentir desconfianza de las autoridades mexicanas desde el momento en que descubrí las hipocresías del juez, quien primero me dijo que haría justicia, y luego (el 27 de agosto) me notificaron que había aceptado mi extradición. Tres días antes de que emitiera su opinión jurídica, mi esposa fue a platicar con él y (el juzgador) le dio ánimos y se solidarizó con ella, todo para que al final, de la manera más arbitraria, determinara que sí procedía mi extradición''.
Un día después de que Llona se enteró que el juez notificó a la SRE que era legal su extradición, el mexicano inició una huelga de hambre en protesta por ''tanta injusticia en mi contra''. Ayer, al recuperar su libertad, Llona destacó el apoyo que le dieron varios sectores de la sociedad y algunos medios de comunicación. ''Cuando notas que la injusticia existe, que te sientes solo, aunque también notas el apoyo de la gente, te queda hacer algo para sumarte a ese esfuerzo y no quedarte esperando en una celda sin hacer nada''.
Por su parte, su abogada, Bárbara Zamora, indicó que está analizando interponer una demanda ante instancias internacionales contra el gobierno de España.
-¿Cuándo la interpondrán y contra quién? -se le preguntó a la abogada.
-Todavía lo estamos analizando y sería contra el presidente José María Aznar y el juez español que ordenó la aprehensión y luego solicitó la extradición. Por los caprichos de esas autoridades Lorenzo Llona estuvo en prisión casi cinco meses sin ningún motivo, sin ninguna razón jurídica. Además, tenemos el aval de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que sí analizó las excepciones que en su momento no tomó en cuenta el juez Castillo Mendoza. Eso demuestra que nunca hubo motivos fundados para que Llona Olalde fuera privado de su libertad, y mucho menos extraditado a España; en ese sentido vamos a proceder jurídicamente.
Llona, quien tiene esposa e hijos mexicanos, refirió que hubo momentos dentro de la cárcel en los que se arrepintió de haber llegado al país, a principios de los 80, cuando el presidente López Portillo lo apoyó a él y a un centenar de vascos para que recibieran visas FM-2 y pudieran conseguir empleos en territorio nacional.
''Fue totalmente injusto que después de vivir en México durante 23 años, luego que me apoyó López Portillo para que viviera y trabajara aquí, y sentir ese orgullo de ser mexicano, me hayan tomado como si fuera un perro, sin darme derecho a nada y encarcelarme sólo porque el gobierno español dijo que yo era un delincuente. Por eso, estando encarcelado llegué a pensar que si salía me iría a Argentina, donde nació mi padre, porque uno se siente hundido luego de que ve que las autoridades mexicanas no toman en cuenta el tiempo que llevaba trabajando aquí sin interferir en temas políticos. Desde que llegué a México se me aconsejó que me mantuviera al margen de los asuntos políticos del país, y fue lo que hice. Y todo para que al final me paguen con la cárcel sólo por quedar bien con España, pues no se vale'', puntualizó.
Recordó que, desde febrero pasado, dos personas vestidas de civil y con acento español acudieron a su domicilio para proponerle que ''por las buenas colaborara con España'' para localizar a ciudadanos vascos integrantes de ETA, de lo contrario ''me iba a arrepentir porque ya tenía allá una orden de aprehensión''. A cambio le ofrecieron becas para sus hijos y apoyos económicos. Ante la negativa de Llona, después de la visita de los españoles ''sentía que alguien vigilaba mis pasos. Después, la policía mexicana me agarró de la forma más fea. Yo percibía (al personal de) la PGR como que eran mis enemigos naturales''. Sin embargo asegura que ''después de esta amarga experiencia'' seguirá viviendo en México, pues así lo decidió con sus familiares.
Sabe que no será fácil ''volver a empezar'' y dice que continuará luchando por mantener una familia integrada y feliz. ''Seguiré trabajando como siempre lo he hecho desde que llegué, hace más de 20 años''.
Terminó la pesadilla
Tomados de sus brazos, la esposa y uno de los tres hijos de Lorenzo Llona señalaron: ''Este es uno de los momentos más felices de nuestras vidas'', y añadieron que seguirán apoyando al padre de familia a quien calificaron de ''un gran ser humano con sólidos principios y virtudes''.
Guadalupe Orozco, esposa de Llona, aseguró no sentir rencor contra las autoridades mexicanas. ''Espero que a partir de la situación de mi esposo el gobierno de México no vuelva a hacerle caso a países como España respecto a casos de extradición, sobre todo sin recibir pruebas fundamentadas que comprueben la presunta culpabilidad de quien sea solicitado. La injusticia que se cometió con mi marido debe ser un antecedente bien fuerte para que el Presidente se dé cuenta de que antes que nada debe apoyar y querer a los mexicanos'', concluyó.
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