Desde las páginas de La Jornada traemos a ustedes esta semblanza de uno de los seis vascos detenidos en México como consecuencia de la Operación Donosti ordenada por Baltasar Garzón y ejecutada con el contubernio de Vicente Fox y Rafael Macedo.
Adelante con la lectura:
Radicado en Cancún desde 1991, el vasco José María Urquijo era "tranquilo y callado"
Nunca tuvo un problema con nadie, según testimonios de vecinos y conocidos
David Sosa Flores | Corresponsal
José María Urquijo Borde, Kinito o Luis Castañeda Vallejo, detenido en este destino vacacional el pasado viernes 18 de julio por sus presuntos vínculos con la organización vasca ETA, radicaba en Cancún cuando menos desde 1991, año en que llegó junto con un grupo de pelotaris contratados para actuar en el recién inaugurado frontón, propiedad del empresario de origen yucateco Enrique Molina Sobrino, que, por cierto, no funcionó mucho tiempo.
Urquijo Borde fue detenido junto con otros cinco presuntos militantes de la organización separatista y tres mexicanos que, según la Procuraduría General de la República, los ayudaban en las transacciones financieras para que ETA realizará diversas actividades en el país.
Kinito trabajaba desde hace dos años en una agencia distribuidora de periódicos, además de que vivía de un negocio de venta de gorras instalado en una plaza comercial de la zona de playas. Se nacionalizo mexicano en 1997. Fue funcionario de casilla en las elecciones locales de 1999.
En Cancún viven unas 2 mil personas de origen español, pero sólo tres provienen del País Vasco, dijo Luis Castillo Rebollo, propietario de la empresa de distribución de periódicos Anaka, en la que trabajaba Urquijo Borde. Castillo vive desde hace más de 20 años en la entidad, primero en la capital, Chetumal, y luego en Cancún. Durante varios años fue corresponsal del diario Excélsior y en el transcurso de la administración de Mario Vilanueva fue representante de su gobierno en Cuba.
"Como el sospechoso (Urquijo Borde) trabajó conmigo, las autoridades me requirieron los días siguientes para declarar como testigo, pero no me han vuelto a buscar ni mucho menos a molestar", indico. También señaló que nunca se percató si tenía nexos con ETA.
Agregó que por el gran dominio del inglés Urquijo Borde le ayudaba en las relaciones con representantes de los periódicos extranjeros. Laboraba dos horas diarias, de doce a dos de la tarde en Anaka y recibía un sueldo mensual de 6 mil pesos.
Sus ingresos fuertes provenían de una empresa de bordado de camisetas y otros artículos, como gorras, que tenía en asociación con un amigo no identificado en una isleta del centro comercial Plaza Kukulcán.
Urquijo era el encargado de bajar del satélite la señal de los periódicos extranjeros suministrada por NewspaperDirect, que son impresos por encargo para una clientela muy diversa en este centro vacacional. Laboraba en unas oficinas de la calle 10, supermanzana 62 de Cancún, hasta donde la noche del 19 de julio -según vecinos y ex compañeros de trabajo- llegó un comando de elementos de la Agencia Federal de Investigaciones para catear el inmueble. "Los policías rodearon el perímetro , subieron azoteas, saltaron verjas y finalmente irrumpieron en el inmueble ante el asombro de cinco trabajadores", dijeron vecinos del área. Indicaron que también vieron a elementos policíacos y al parecer a personal del Instituto Nacional de Migración.
"Fue de película... carros blindados, hombres encapuchados, ametralladoras, armas de alto calibre... ", dijo un vecino de la poblada y céntrica zona de Cancún. Los testigos presenciales precisaron que también se encontraba el propietario de la empresa, Luis Castillo Rebollo, también español, sobre quien no pesan cargos. Castillo Rebollo es esposo de la diputada local del PRD María Eugenia Córdoba Soler.
Según la PGR, Kinito fue miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna y es acusado de haber participado, a finales de los ochenta, en actividades de cobertura de miembros de ETA liberados.
"Sé que tenía una tienda de gorras en Plaza Kukulcán, en la zona hotelera. No se veía que tuviera mucho dinero. A mí me daba inclusive la impresión de que pasaba apuros económicos, pero uno nunca sabe", dijo un compañero de trabajo del detenido. Si tenía o no familia aquí, por lo pronto nadie supo nada.
Quienes le conocieron coincidieron en que era "muy tranquilo y callado. Casi no hablaba con nadie", dice Juanito, empleado de Anaka, la distribuidora de periódicos donde tuvo su último empleo en México Luis Castañeda o José María Urquijo Borde."
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