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jueves, 24 de julio de 2003

Reclamo a Vicente Fox Quesada

Siguiendo con la línea expresada por el defensor de derechos humanos Rafael Álvarez Díaz con respecto al peligro al que somete el gobierno de Vicente Fox a los perseguidos vascos a los que entrega al criminal de guerra José María Aznar dada la práctica sistemática por parte de los cuerpos policíacos españoles de vascos vinculados al independentismo, traemos a ustedes esta misiva publicada en la sección El Correo Ilustrado de La Jornada:


Reclama a Fox que envíe a la tortura a ciudadanos vascos

Luis Miguel Ipiña Doña | Refugiado político vasco

Señora directora: Solicito la publicación de la siguiente carta abierta dirigida al presidente de la República Vicente Fox Quesada.

¿Por qué nos condena, señor Fox?

Señor Presidente: Hace 23 años llegué a México huyendo de la persecución del gobierno invasor español. Pocos años después, en 1987, me naturalicé mexicano. Esto me trajo una doble satisfacción, por un lado dejar de ser español y pertenecer por la fuerza al país que tanto daño nos hace a los vascos y por otro, ser adoptado como nacional por el país que me había dado la libertad.

Al igual que yo, llegaron otros compañeros, todos acusados de pertenecer al ejército de liberación nacional vasco, conocido como ETA, que significa Patria Vasca y Libertad.

Durante años, vivimos tranquilos, siendo tratados por los diferentes gobiernos como lo que éramos, ciudadanos vascos que vivíamos honradamente en México como cualquier otra persona extranjera. Pero llegó Ernesto Zedillo a la Presidencia y España encontró un gran aliado y comenzaron los ataques contra nosotros. Grandes calumnias, falsedades y mentiras eran distribuidas casi a diario por unos medios de comunicación vendidos e indignos al servicio del gobierno invasor español, mientras que a nosotros se nos aplicaba la ley mordaza, y es que la verdad es demasiado poderosa y por ello lo mejor es silenciarla.

Comenzaron las extradiciones, llamadas hipócritamente expulsiones, pues en una expulsión se expulsa del país sin que sea llevado a España, mientras que una extradición es entregar a un perseguido al país que lo persigue.

Las extradiciones se justificaban por estar el extraditado ilegalmente en México. ¿Y cómo querían que estuviera legal si no tenía oportunidad de obtener los documentos legales? Puede tener la seguridad de que todos al llegar a México lo primero que deseamos es obtener documentos legales.

Pero con las detenciones se les empezó a caer el teatrito, pues resulta que todos los detenidos vivían de su trabajo y es gente decente que jamás había ocasionado el más mínimo problema en México, es decir, el gobierno español mentía. Ni éramos los fieros terroristas, ni delincuentes, ni narcotraficantes, ni asesinos, ni estábamos secuestrando gente, ni extorsionado a nadie, ni atracado bancos, ni vivíamos de la organización, ni nada de nada. Eramos gente normal, integrados por completo en la sociedad mexicana y apreciados por mucha gente que nos conoce. Eso es malo, cuando un gobierno miente es que no tiene razón y usted ya debería saber eso de sobra.

Se acabó el gobierno de Zedillo y para nuestra desgracia llegó usted al poder. Usted era el hombre del cambio, el ya, ya, ya. Un hombre justo que iba a respetar las leyes y permitir la defensa de todo el mundo y traer bienestar a los mexicanos y... YA, YA, YA. Pues con el derecho que me da la libertad de expresión y el ser mexicano, permítame decirle que dudo de todo o, más bien, no le creo nada.

Pronto tomó cartas en el asunto y, mostrando una tremenda ignorancia en el tema, que le llevó a confundir un partido con ayuntamientos, se puso del lado del invasor español y a las órdenes (olvidándose que es el presidente de México) del fascista Aznar.

Usted se manifiesta contra la tortura y no duda en enviar vascos a la tortura, como el caso de Sagrario o de José Miguel Etxeandia, de quien en el domingo 20 de julio, en la sección El Correo Ilustrado del diario La Jornada, se publica una carta que le aconsejo lea.

Habla de justicia y se dice que hasta el mayor criminal tiene derecho a la defensa, sin embargo, aquí el único que ataca y dice lo que le conviene es precisamente el único criminal de esta historia, que es el gobierno invasor español, mientras que nosotros no tenemos la más mínima oportunidad de defensa.

Usted dice que va a perseguir y combatir a los terroristas, pero no le veo que persiga ni combata a Aznar. Terrorista es el que aterroriza al pueblo, y al pueblo vasco el único que le aterroriza es el gobierno invasor español. Los que usted considera terroristas, son luchadores que luchan por la libertad de su patria, al igual que Hidalgo, Morelos, etc. Lucharon por la libertad de México.

Habla de respeto a leyes y permite que la policía española actúe en México y hasta los manda acompañados con policías mexicanos.

A Lorenzo Llona, mexicano igual que yo, lo visitaron unos policías españoles, siempre acompañados por mexicanos; le ofrecieron dinero y hasta un negocio si colaboraba con ellos. Llona se negó a la repugnante traición y la amenaza que recibió por ello, en dos meses se hizo realidad. Hoy está preso luchando por evitar la extradición. Lo más curioso es que lo acusaron de algo que no pudo hacer, pues cuando sucedió el hecho ya se encontraba en México. Pero nada importa, hay que condenarlo y YA.

Un empleado del Centro Vasco en México, mexicano de nacimiento, fue abordado por dos policías mexicanos y un español y, tras intimidarle con amenazas, le ofrecieron dinero si colaboraba con ellos y les daba información de cinco refugiados que frecuentan el lugar; el nombre de uno era el mío y otro el de uno de los detenidos el día domingo.

Yo mismo recibí hace años la oferta de ir a mi país, esto significaba ponerme contra ETA, los beneficios eran muchos: trabajo, el fin de la persecución, etc.; al igual que Llona me negué a ello, en aquel entonces por ser mexicano no fui apresado como mi compañero. Lo curioso es que si nos ponemos de parte del gobierno invasor español dejamos de ser terroristas y nos convertimos en honrados ciudadanos que hasta negocios nos merecemos. ¿No se le hace absurdo? Y al igual que Llona y yo, todos los compañeros han recibido estas vergonzosas propuestas.

Ante todo ello, y no consiguiendo el gobierno invasor español demostrar que somos delincuentes, sino todo lo contrario, viendo que las simpatías hacia nuestra causa van creciendo y cada vez más voces comienzan a alzarse para defender nuestros derechos, han tenido que montarse todo un circo.

El viernes pasado comenzaron las detenciones de compañeros queridos por todos. Tras la desaparición del primero, que nos mantuvo a todos con los nervios de punta, nos fuimos enterando de las demás detenciones. Como siempre, su policía los desaparecía sin dar explicaciones a nadie y manteniéndonos a todos con la angustia de que fuesen entregados al invasor español. Al fin todo salió a la luz y los medios de comunicación españoles repiten constantemente la gran noticia: "El entramado financiero de ETA en México ha sido desarticulado". Tal pareciera que ahora sí, se acabó con ETA.

Pero ahora viene la cruda realidad para los españoles. El tal entramado es una farsa más. Sí, hay cuentas bancarias. Hace ya como tres años, una compañera necesitaba una operación delicada de la espalda. La operación era muy cara y para poder pagarla se pidió la colaboración de numerosas personas. Se recaudó al parecer bastante dinero, mientras que la operación nunca se efectuó porque usted la entregó al gobierno invasor español. Todos pudimos ver por televisión el dolor de esta hermana cuando bajaba las escaleras del avión y se subía al carro de los invasores. Otras necesidades que tenemos son las de pagar abogados, pues evidentemente ni Garzón ni usted nos los pagan, o incluso ayudar a compañeros que de repente se quedan sin trabajo porque no tienen documentos y son perseguidos por el gobierno de usted. Y este es todo el entramado de ETA, es decir, ni ETA nos da nada ni nosotros le damos nada, cada quien a lo suyo. Y claro, como esto es así de simple, se inventan que uno de los detenidos preparaba armas químicas. ¡Por favor, señor! No traten de idiota al pueblo. La idea es tan absurda que sobran los comentarios.

Permítame aconsejarle que si quiere actuar con justicia, primero se informe sobre el tema. Los terroristas y delincuentes son los invasores españoles, que han torturado a miles de vascos por el simple hecho de serlo, han asesinado a numerosos vascos, más de 200 y sin meternos en la guerra civil, que el ser españoles a la fuerza nos costó más de 10 mil muertos, han violado y asesinado mujeres por el hecho de ser vascas, han introducido la droga en nuestro país y en la actualidad están demostrando su odio a todo lo vasco cerrando periódicos, ilegalizando un partido en su propio país, queriendo de nueva cuenta acabar con nuestra lengua y un sin fin de barbaridades que hace del gobierno de Aznar un digno sucesor de Franco.

Señor, ¿qué daño le hemos hecho los vascos? ¿Por qué nos condena sin conocernos? Sin duda que ganará más estando del lado español, pero no hable de justicia y cuando llegue el 16 de septiembre acuérdese de nosotros, cuando vaya a dar el Grito en el Zócalo acuérdese de lo que le he dicho.

Yo sé que usted es todopoderoso y que me puede mandar matar o detener cuando quiera, no se preocupe, soy un patriota vasco y estoy presto a morir por mi patria.

¡Viva Euskadi libre!

¡Viva México!

¡Presos políticos vascos libertad!




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