La gusanada está tratando de obtener réditos de la pandemia del SARS CoV-2 para apuntalar su campaña mediática en contra de Cuba.
De eso nos da cuenta este reportaje de Cubainformación:
José Manzaneda | Coordinador de CubainformaciónDinero público de agencias de EEUU como la NED, la USAID y la CIA sostiene a decenas de medios digitales con “temática cubana”. Que actúan no solo como altavoz de mentiras y rumores generados en las redes sociales sino –lo que es más grave- como fuente informativa y de análisis para no pocos medios convencionales.Repasemos algunos hitos de las últimas semanas, en el marco de la crisis por el coronavirus.Hace unos días, leíamos notas sobre dos supuestos cadáveres abandonados en Cuba, que trataban de trasladar a la Isla el escenario de caos vivido en países como Ecuador, con centenares de cuerpos de fallecidos por Covid-19 en sus calles. Los “sucesos” de Cuba fueron realmente fake new: el primero, una muerte por hipoglucemia sin relación alguna con el coronavirus; el segundo, un puro montaje sin siquiera cadáver. La persona que –supuestamente- yacía muerta en una calle, tras prestarse a la sesión de fotos, resucitó y desapareció del lugar.En EEUU –con medidas tibias y tardías de contención de la pandemia- se da la mayor cifra de muertes del mundo. En Cuba, con políticas preventivas y de decidida acción pública sanitaria, el número de personas fallecidas es mil veces menor. Pero ¿qué sistema sanitario creen que “está en crisis”?Nos lo aclaraba CNN: es en Cuba donde “el sistema de salud está colapsado” y donde su personal “no tiene medidas de protección”. Lo explicaba -¿quién mejor?- Luz Escobar, de 14ymedio, uno de los sitios web apadrinados desde EEUU. El diario español ABC hablaba de “un sistema de salud (el cubano) sostenido más sobre el discurso político del régimen que en la eficacia de sus estructuras”. ¿Quién lo escribía? Jorge Enrique Rodríguez, del equipo de “Diario de Cuba”, un medio digital que recibe 300 mil dólares anuales de la Casa Blanca.Otra línea de guerra psicológica es la de sembrar dudas sobre los medicamentos patentados o empleados en Cuba. Dos titulares como muestra: “Advierten sobre el peligro del interferón (antiviral cubano exportado a 45 países) al tratar el coronavirus”; “El régimen cubano anuncia vacunas dudosas contra el coronavirus”.Pero si hay un mensaje alineado al cien por cien con la estrategia de la Casa Blanca es el que trata de destruir la imagen de la cooperación médica cubana en el mundo. El envío ya de 21 brigadas y 1200 profesionales que apoyan la lucha contra la pandemia ha recibido todo tipo de elogios desde Naciones Unidas y gobiernos de todo signo político.Pero los medios digitales aliados a Washington tratan, día tras día, de manchar el ejemplo cubano. “Cuba no tiene cómo enfrentar la pandemia –leíamos- pero envía médicos a Italia” o “El régimen comunista exporta a sus médicos y deja a las zonas rurales sin doctores”.También hemos leído que estudiantes de Medicina, en Cuba, son “obligados a realizar pesquisas de coronavirus”, o que “presas políticas” son empleadas en los hospitales como “mano de obra forzada”. Son tantos los disparates, las mentiras, las patrañas y los agravios que es difícil hacer una selección.No hace falta simpatizar con el gobierno de La Habana para reconocer la eficacia de su sistema de salud y el humanismo de su cooperación médica. O para reconocer el ejercicio de transparencia pública que realiza, cada día, al informar de la evolución de la epidemia. Pero para reconocer algo de esto es imprescindible ser independiente. Y depender de los fondos y las indicaciones de un poderoso gobierno extranjero lo impide completamente.Edición: Esther Jávega.
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