Ya tenemos tiempo en eso de denunciar al cosmopaleto catalán Joan Manuel Serrat y a su compinche Joaquín Serrat por andar por el mundo actuando como valedores del régimen sionista, amén del servicio que prestan al franquismo borbónico.
De hecho, nos ha causado extrañeza que ninguno de los dos estuviese presente en el concierto escuálido escenificado hace unos días en la localidad colombiana de Cúcuta, siendo que ahí estaba su compañero de correrías Miguel Bosé.
Pues bien, resulta que Serrat, sí, Serrat, ha tildado de acto político todo el asunto.
Miren lo que dicen al respecto en inSurGente:
Al cantante “progre” Joan Manuel Serrat le ha dado ahora por criticarse a sí mismo (de manera involuntaria, por supuesto) criticando a otras personas. Me explico.En el concierto de Cúcuta, Diego Torres cantó la canción “Color esperanza”. Pero resulta que ésta canción no era de él, sino del argentino Coti, quien ajeno al evento salió a rechazar la utilización del tema en la ciudad colombiana diciendo: “Como autor de “Color Esperanza” les digo que es una canción que sólo está a disposición de la gente, no de políticos”.Sucedió que el Alejandro Sanz salió a defender a Torres, respondiendo: “La política es la piedra en el camino. La gente es la suela del zapato del que camina. Aquí nadie habló de política, hermano. La política hace tiempo que dejó de tener importancia. Si no queremos hablar de política, no hablemos de ella”.Ante las palabras de Sanz, Coti respondió: “¿Qué bien nacido podría no estar de acuerdo con verdadera ayuda humanitaria? ¿En cada rincón donde se necesite? Esperemos que en este caso los camiones no vengan con tanques detrás y dejen una estela de más hambre, más muertos, más violencia y más desesperación como otras veces sí ha ocurrido. Esa es mi esperanza”.En ese contesto fue que Joan Manuel Serrat metió su cuña “solidaria y Progre”. Lo hizo escribiéndole a Sanz en su instagram: “El concierto fue un acto político. Eso es de obvio conocimiento y natural intuición. Todos esperamos que detrás de ello no venga muerte y miseria, porque entonces muchos serían los inadvertidos cómplices”.Saludo las palabras de Serrat, pero ¿es acaso el más indicado para expresarlas? Mucho me temo que no.Por supuesto que los casos son diferentes, aunque es evidente que en lo esencial guardan mucha similitud. Vuelvo a explicarme: El 22 de junio de 2012, Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina cantaron en Tel Aviv, en un concierto lleno de guiños a Israel en el que no hicieron mención alguna al conflicto con los palestinos y que tuvo lugar tras rechazar ambos las presiones de ONGs y activistas para cancelarlo.Desde las gradas del estadio donde actuaron, en una pancarta se leía “Gracias por venir”, en clara alusión al boicot cultural a Israel promovido por grupos pro-palestinos que la pareja decidió ignorar.Sin duda, dicho concierto fue organizado también por motivos políticos. Al igual que con otros eventos, el régimen israelí trataba de blanquear sus usurpaciones y genocidio al pueblo de Palestina; conocedores del motivo de su contratación, Serrat y Sabina se prestaron a ello, y se convirtieron en (en éste caso) advertidos cómplices de las atrocidades que prácticamente a diario comete el régimen israelí contra el pueblo palestino.Cierto señor Serrat, “el concierto de Colombia fue un acto político”, el suyo y el de tu compañero en Tel Aviv también.
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