Les presentamos esta entrevista que nos comparten en el Diario Vasco:
«Nuestra música es muy parecida a la que nos rodea, por ello no podemos decir que sea única»
El disco 'Euskel Antiqua' se sumerge en la música vasca antigua y nos muestra el legado musical del País Vasco de los siglos XV y XVI
Elene Arandia
Partiendo de la idea de que antiguamente en todas las culturas europeas, y especialmente en la vasca, la música culta y la popular convivieron estrechamente, los músicos Enrike Solinís (Bilbao, 1975) vecino de Tolosa desde hace varios años, junto a su mujer, la violinista tolosarra Miren Zeberio, y su grupo Euskal Barrokensemble que dirige el propio Solinís, han publicado 'Euskel Antiqua', un disco basado en uno de los tesoros más importantes de la cultura vasca, la música popular, que desvela el legado musical del País Vasco de los siglos XV y XVI. El guitarrista afirma que esta música está llena de diversidad y de colores, fruto de la fusión de diversas corrientes culturales, y que el vasco ha sido un ciudadano del mundo a lo largo de la historia. Tal y como refleja el manuscrito del siglo XVI de Juan Pérez de Lazarraga, el disco reivindica la tradición de una Euskal Herria cosmopolita y abierta al mundo, con influencias mozárabe, judía, andaluza y hasta persa, y la mezcla de la música antigua con el txistu, la alboka o la txalaparta data de contemporaneidad al sonido de siglos pasados, consiguiendo engañar nuestro oído.
¿Cómo se adapta la música antigua a los nuevos tiempos?
Lo que realmente queremos es recuperar el presente con las piezas del pasado. Y es que las partituras antiguas del Renacimiento y el Barroco no son como las partituras que conocemos en la música clásica. En ellas hay unos datos, pero para reconstruirlas y darles vida es necesario llenar los huecos y espacios que existen con tu propia creatividad, y en ese proceso es donde se les da ese aire y sentido actual que posteriormente se ha denominado como música actual. Es por ello que para la mayoría de la gente esta música resulta amena y cercana, por el lenguaje utilizado en su adaptación.
Afirma, incluso, que la gente se sorprende al escuchar que la música antigua es tan moderna.
El ritmo tiene mucho que ver en este proceso, y es importante hablar de ello. En la época del clasicismo, periodo que se enmarca entre el Barroco y el Romanticismo, la música se aburguesó y se componía solo para unos pocos, por lo que ese tipo de música resultaba rara para gran parte de la sociedad. El ritmo fue considerado ordinario y vulgar, y se escondía en las partituras; no hubo espacio para la música del baile. Gracias a este elemento, la música antigua no resulta extraña.
Dice que tanto en el Barroco como en el Renacimiento predominó la música popular en Euskal Herria. ¿Cómo era esa música?
Pues más rica y variada de lo que pensamos. Necesitábamos un instrumento potente con el que acudir a las plazas y la trikitixa, que vino desde fuera, se convirtió en el sonido caracterizador de nuestro pueblo. En un principio, los instrumentos más comunes fueron el violín, la guitarra y la flauta, pero éstos eran los mismos aquí y en Francia, Alemania y en muchos otros lugares del mundo. En todos los territorios, la música más importante era la popular. Aunque a lo largo de la historia las minorías cultas hayan sido quienes han escrito los libros de historia y demás, la verdadera música es otra. Musicalmente, Euskal Herria ha contado con una fuerte y consolidada tradición para el canto, por ejemplo.
¿Cuáles son sus cualidades?
'Maitia nun zira', importante en el cancionero vasco, se basa en una melodía judía muy popular y típica en su música que la encontramos en la sinagoga de Baiona y que se puede escuchar en el disco como 'Acuerdo de Judimendi'. Este tipo de melodías resultan un tanto extrañas en nuestra cultura porque melódicamente son bastantes modernas. Sin embargo, no deja de ser fruto de la mezcla y fusión de las culturas y religiones a lo largo de la historia, lo que llega a demostrar que la mayoría de la música popular tiene sus raíces en otras culturas y religiones; muchas canciones religiosas pasaron a ser canciones populares, y que además, los judíos, gitanos... también fueron vascos, pese a su origen.
Entonces, no podemos hablar de autenticidad.
Nuestra música es muy parecida a la música que nos rodea, por ello, no podemos decir que sea única e incomparable, como algunas veces se nos ha hecho entender, es especial en tanto cuanto es nuestra, y así la debemos reivindicar. Pero sí, está plagada de infinitas influencias que a muchos les podría sorprender. La relación entre la ezpatadantza y la bulería es inevitable, la base rítmica es la misma. Pero este aspecto no se trabaja en las escuelas y conservatorios de música actuales, donde existe una gran contradicción, ya que se centran a trabajar la música de vanguardia a partir del clasicismo, que está muy bien, pero se impulsa la música clásica con un repertorio de Centroeuropa, cuando la más importante aquí ha sido y es la popular. Es cuestión de educación, pienso que el sistema educativo debe ría cambiar. La música es una cosa, y la música clásica otra.
¿Y qué es lo que lo diferencia del resto?
Sin duda, la palabra. El tener un idioma tan singular la hace tan especial en muchos aspectos y es su seña de identidad. Si a la música vasca le quitáramos la palabra, podría ser perfectamente de otro lugar. Lo mismo ocurre con los instrumentos que conocemos. Lo que aquí denominamos 'txirula', en Baigorri se llama 'flauta de Benavarra' o 'flauta de Baigorri', el nombre de 'alboka' es musulmán... Y es importante subrayarlo. A través de ella tienes el contacto directo con el mundo; la música es un lenguaje con el que puedes llegar a entenderte con el resto. No entiendo por qué se ha vendido ese punto de vista tan endogámico, cuando la realidad es totalmente distinta y diversa.
Cada canción tiene su historia e influencias. El disco es un extenso trabajo de investigación.
Así es. Hemos hecho lo que hemos podido con nuestros medios. Aquí no hay tradición de trabajar estos aspectos, tampoco percibimos apoyo institucional, pero fuera de aquí la realidad es completamente distinta. Aún así, hemos tenido la suerte de que Jordi Savall, prestigioso director de orquesta y musicólogo especializado en música antigua, nos haya publicado el disco. Y estamos encantados con el resultado.
'Euskel Antiqua'. Antigua, y a su vez moderna...
El nombre hace referencia al periodo histórico al que pertenece, pero no quiere decir que la música 'antigua' sea antigua. Al igual que el pan, la música no entra en el concepto de paso de moda. El pan es también un alimento antiguo y lo seguimos comiendo todos los días. Lo mismo ocurre con la antigua.
Para muestra, un botón. Con ustedes Urruska Porrue:
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