¿Recuerdan cuando el PNV intentó eliminar las referencias a Nafarroa e Iparralde del seleccionado vasco allá en 2008?
¿La digna forma en que los jugadores descarrilaron el burdo intento jeltzale de reduccionismo colaboracionista?
Siete años después las cosas han cambiado en Euskal Herria... y en Catalunya.
Así que realmente no hay necesidad de rescatar la identidad nabarra como en el 2008.
Lean esta nota publicada en El Mundo que nos recuerda aquel episodio:
Los carteles los carga el diablo
Cataluña "resucita" el nombre de Euskadi, que provocó un motín en 2008
Jon Rivas
El cartel del partido de esta noche puede herir la sensibilidad de los futbolistas. No es para menos. La Federación Catalana de Fútbol, organizadora del evento entre la selección catalana y la vasca, ha elaborado un llamativo póster titulado L' hora de guanyar, en el que los bustos de Gerard Piqué y Aritz Aduriz se enfrentan cara a cara, rodeados, cada uno, de las respectivas banderas de Cataluña y Euskadi. Sobreimpresionadas, en el cabello de los jugadores, las gradas del Camp Nou, escenario del choque. Hasta ahí, nada que objetar.
Sin embargo, la cabecera del cartel es llamativa: «Catalunya-Euskadi», y ahí está la madre del cordero.
Hace siete años, los futbolistas vascos montaron una rebelión. Estaba previsto que la selección jugara un partido amistoso el día 23 de diciembre de 2008 frente a la selección de Irán. Sin embargo, el choque tuvo que ser suspendido. 165 jugadores firmaron un manifiesto contra el nombre de «Euskadi».
Reivindicaban que la denominación del equipo fuera selección de Euskal Herria. Entre los firmantes aparecía, por ejemplo, Fernando Llorente, que minutos después de sentarse junto al portavoz, Joseba Etxeberria, para reivindicar el nombre y la oficialidad de la selección, posó con la camiseta de España, y dijo sentirse «feliz» tras haber sido convocado por primera vez por Vicente Del Bosque.
Los jugadores argumentaron que no se trataba de una reivindicación política, aunque los apoyos que encontraron en la izquierda abertzale parecía decir lo contrario. Todos los sectores radicales se felicitaron por la decisión de los futbolistas, algunos de los cuales reconocieron después no haber leído el comunicado y, simplemente, haber confiado en sus compañeros que habían pedido su firma en los diferentes vestuarios de los clubes vascos profesionales.
En aquellos momentos, Andoni Ortuzar, que era presidente del Bizkai Buru Batzar, pidió a los futbolistas que no cayeran, «en la trampa que les ha tenido la izquierda abertzale». El PNV se quedó solo frente a Eusko Alkartasuna, Ezker Batua y el Partido Comunista de las Tierras Vascas. El Partido Nacionalista Vasco defendía el nombre histórico de la selección creada en 1936, en plena Guerra Civil, y que en aquellos tiempos, y después, tras la transición democrática, jugó más de 30 partidos con la denominación original. Llegó incluso a participar en la Liga mexicana con el nombre de «Euzkadi».
El 18 de diciembre, después de varias reuniones entre las partes, en las que no se llegó a ningún acuerdo, el partido frente a Irán se suspendió y la Federación Vasca tuvo que correr con los gastos del contrato que se había firmado con la federación iraní, además de no poder contar con los ingresos del partido, ni los derechos de televisión.
Como explicó la FVF, «todos los beneficios obtenidos por la disputa de los partidos se han destinado en un 50%, aproximadamente, para sufragar los gastos de las doce selecciones inferiores organizados por esta Federación, y el otro 50% para ayudar a todos los clubes pertenecientes al fútbol vasco, subvención que ha sido tramitada, a través de las federaciones territoriales de Álava , Bizkaia y Gipuzkoa»
Al año siguiente, para evitar polémicas, y tras la preceptiva decisión de la asamblea de la Federación Vasca, se decidió llamar al equipo Euskal Selekzioa con lo que las aguas volvieron a su cauce. Si bajo la decisión de los futbolistas de no jugar existía algún condiocionante más, éste dejó de tener razón de ser. Nunca más se produjeron problemas con la denominación del equipo.
Ahora, desde Cataluña, y probablemente sin percatarse del asunto, la Federación Catalana de Fútbol ha resucitado viejos fantasmas y el nombre de la selección de Euskadi, a la que Aduriz pone la imagen, luce en los carteles. Pero también en la puerta del vestuario visitante del Camp Nou, en los murales que decoran la entrada del estadio y hasta en las escaleras del túnel de vestuarios por las que bajarán los futbolistas al césped.
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