Tal como lo había hecho HWR con respecto al proceso de paz en Colombia, Amnistía Internacional ha terminado por posicionarse abiertamente del lado de las potencias económico-militares que desde hace cuatro años han promovido e implementado un golpe de estado en contra del presidente Bashar al Assad de Siria.
Aministía Internacional, que ha tenido cuidado de no apuntar su flamígero dedo ni en contra de los Estados Unidos ni en contra de Francia, países que supuestamente están bombardeando posiciones del Estado Obámico en Siria e Irak, sí que ha mostrado prisa en señalar que los bombardeos de Rusia sí que representan una amenaza para los derechos humanos.
O sea, que al ver fracasar sus planes para descarrilar el esfuerzo bélico ruso en la región, recurriendo al derribo del Airbus A-321 y posteriormente al del Su-24, Washington y sus aliados de la OTAN ahora están recurriendo a sus lobos en piel de cordero, las ONGs de derechos humanos.
Pero Moscú sigue sin amilanarse, lean esta nota publicada en RBTH:
Rusia responde con dureza a informe de Amnistía Internacional sobre Siria
Ekaterina Sinélschikova
El Ministerio de Defensa opina que el informe de Amnistía Internacional sobre los ataques aéreos de Rusia en Siria no presenta datos concretos, está fundado en suposiciones y se basa en información falsa.
El Ministerio de Defensa de Rusia considera que el informe de Amnistía Internacional (AI), titulado “Las instalaciones civiles no han resultado dañadas: declaraciones de Rusia sobre sus ataques en Siria” es una falsificación.
El informe se publicó el miércoles 23 de diciembre y trata sobre los ataques aéreos de Rusia en las provincias sirias de Alepo, Idlib y Homs. En total, la ONG analiza 25 ataques y asegura que debido a ellos han fallecido un mínimo de 200 habitantes civiles y cerca de diez militares. Según declara AI, existe “información exhaustiva sobre seis de los ataques”, otros “al parecer, estaban dirigidos contra ciudadanos o instalaciones civiles, ya que se llevaron a cabo contra barrios de viviendas sin claros motivos militares e incluso contra instituciones protectoras de la seguridad”.
Todos estos ataques podrían constituir crímenes de guerra, según los autores del informe.
“No se ha publicado nada concreto ni nuevo”, declaraba un representante oficial del Ministerio de Defensa, Ígor Konashenkov. Este señala que en el informe se utilizan todo el tiempo expresiones como “al parecer, los ataques aéreos rusos”, “posibles violaciones del derecho internacional”. “Se trata de supuestos sin ningún tipo de pruebas”, resumía Konashenkov. Según este, AI no puede saber, ni está en condiciones de comprobar, dónde se encuentran los objetivos militares ni los guerrilleros.
“Se sabe que los yihadistas en Siria operan en grandes subdivisiones móviles que utilizan los, ya tristemente conocidos pickups Toyota con armas de gran calibre instaladas en ellos”. El Ministerio añadía que, según la clasificación del ejército de EE UU, cada uno de estos vehículos es una unidad táctica y constituye un objetivo militar.
Los autores de AI aseguran que han contrastado los datos de cada ataque con las declaraciones del Ministerio de Defensa de Rusia y con relatos de testigos. En total, han entrevistado a 16 personas. Además, ofrecen fotografías y videos desde los lugares de los ataques.
El pasado mes de noviembre, el Ministerio de Defensa ya desmintió una información sobre ataques aéreos contra un hospital en la ciudad siria de Sarmin. El ministerio publicó unas fotografías en las que el hospital y los edificios colindantes aparecen intactos.
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