Desde Aiete han desnudado la inmovilidad de parte de Madrid y París para encontrar una resolución al conflicto político que los enfrenta al pueblo vasco.
Al desnudo también ha quedado la hipocresía de estados que se dicen democráticos y que prefieren apostar por la violencia y la confrontación estéril.
Es por eso que les compartimos este texto publicado en Gara:
Jonathan Powell recoge las muestras de malestar y preocupación de partidos y sindicatos vascos en una jornada que confirma la implicación creciente de las formaciones de Ipar Euskal Herria
Ramón Sola
Jonathan Powell, ex jefe de gabinete de Tony Blair y figura clave en el proceso de paz irlandés, toma la iniciativa de proponer un nuevo paso en el desarrollo de la hoja de ruta definida hace un año en Aiete. Ante el evidente bloqueo producido por los estados en puntos como el segundo, que instaba a abrir conversaciones sobre las consecuencias del conflicto tras un cese definitivo de la lucha armada de ETA, Powell propondrá materializar el punto quinto, en el que los líderes internacionales se mostraban «dispuestos a organizar un comité de seguimiento de estas recomendaciones».
La decisión tiene varias implicaciones. Por un lado, confirma la vigencia de la hoja de ruta de Aiete, despreciada por Madrid y París pero que sigue siendo la única sostenida por estos representantes internacionales. En paralelo, supone una constatación de que el proceso se encuentra trabado más allá del punto primero, que es el que interpelaba a ETA y fue cumplido por esta organización en apenas tres días, el 20 de octubre de 2011. En cierta medida, por tanto, su creación conlleva ya una apelación implícita a Madrid y París para que actúen. Junto a ello, la reunión de ayer sirvió para confirmar que casi todos los partidos y sindicatos vascos siguen teniendo esa declaración como guía para llevar a término un proceso de resolución, aunque el PSE secundara ayer al PP y optara por no acudir a Aiete.
Por contra, la cita quedó algo distorsionada por las filtraciones previas, que hicieron que algunos medios la presentaran prácticamente como un «Aiete II» cuando se trataba de un mero paso más dentro de ese proceso, más técnico que otra cosa. Dado el revuelo creado en algunos medios, la intención inicial de desarrollar la reunión en privado saltó por los aires y finalmente se decidió que las cámaras captaran la llegada de las delegaciones y que Powell hiciera una breve exposición de resumen, tan escueta que no pasó de dos minutos sumando el inglés y la traducción al castellano.
Un seguimiento necesario
En cuanto al comité de seguimiento, su composición no está definida. Podría estar integrado por miembros del grupo de Aiete y por otras personas, en un número que sería reducido por cuestiones de operatividad.
Powell, Annan y el resto de líderes de esta iniciativa sí tenían claro que la formación de esta comisión debía contar con el visto bueno del pleno que conforman los partidos y sindicatos vascos, y eso fue lo que hizo ayer Jonathan Powell: constatar que efectivamente se trata de una necesidad y que cuenta con apoyo pleno.
Pese a que el guión previo de la reunión de ayer apuntaba a que Powell tomaría la palabra y haría un balance del periodo transcurrido desde octubre de 2011, al final ocurrió lo contrario. El ex jefe de gabinete de Blair decidió que era más conveniente escuchar lo que tenían que decir los diferentes partidos y sindicatos. Durante algo menos de dos horas, prácticamente todos tomaron la palabra, y en general incidieron en lo que Paul Ríos -de Lokarri, promotor del encuentro- definió como «déficits» en el cumplimiento de la declaración.
«Lo ocurrido y lo que no»
«He venido aquí un año después de la Declaración de Aiete para escuchar a los asistentes, lo que tenían que decir sobre este intervalo -explicó Powell de modo escueto al salir-. He escuchado atentamente lo que han dicho sobre lo que ha ocurrido y sobre lo que no ha ocurrido», detalló.
Este último aspecto, el de las carencias, centró la mayor parte de las intervenciones, con especial intensidad en los discursos de los representantes políticos de Ipar Euskal Herria, entre quienes se palpa un claro malestar por la falta de implicación de los dos gobiernos.
Powell tomó nota de todo ello y se comprometió a transmitirlo a «mis colegas», en alusión a Kofi Annan, Bertie Ahern, Gerry Adam, Gro Harlem Brutland y Pierre Joxe.
No obstante, ante los medios Powell quiso también dejar caer un mensaje positivo al recordar que en este año también se han producido avances. «Todos han coincidido en que hemos visto el final definitivo de la violencia y ahora estamos en una nueva etapa, y eso anima mucho».
En el interior de la sala, el diplomático británico no aportó mucho más. Su respaldo al proceso y el énfasis en la necesidad de implicar a los estados ya quedó claro en la intervención realizada en marzo en un foro en el Parlamento Europeo, en Bruselas. Y también en los múltiples contactos bilaterales hechos estos días en Euskal Herria, adonde Powell llegó el jueves, y que sí han incluido al PSE.
Con todo ello, el grupo de Aiete dispone de información muy amplia y de primera mano sobre cómo han transcurrido las cosas en estos trece meses. En realidad, su visita se esperaba hace algún tiempo, pero el calendario electoral en la CAV ha impuesto retrasos.
En diciembre, la hoja de ruta de Aiete volverá a tomar fuerza con el foro de expertos convocado en Baiona para el sábado 15, que a su vez será el punto de partida de una reflexión que se prolongará durante un año. Paul Ríos fue preguntado por si se contempla alguna otra iniciativa similar más equiparable a lo que fue la Conferencia Internacional de octubre de 2011 y respondió que no «de momento».
Satisfacción
Algunas formaciones presentes en la reunión reconocieron su satisfacción en notas de prensa posteriores. La izquierda abertzale ratificó su «total compromiso con los cinco puntos» de Aiete y destacó que el nuevo escenario «nos ha retratado a todos. El PP como principal enemigo de la paz, y el PSE, al igual que hace un año, a miles de kilómetros de la realidad». Además, añadió que «esa ola imparable no se puede limitar geográficamente ni acotar entre las cuatro paredes de ninguna institución». Era una respuesta al PNV, que en los días previos abogó por residenciar este proceso en la Cámara de Gasteiz. Por contra, en la reunión con Powell sus representantes hicieron una lectura más positiva de lo que ha supuesto Aiete, aunque ubicándolo más en el pasado.
Aralar destacó que la cita de ayer «ratifica el compromiso con la paz» y revela la falta de implicación de Madrid y París, mientras que EA acusó a PSE y PP de «autoexcluirse».
Partidos y sindicatos en la Casa de la Paz
La cita de la Casa de la Paz de Aiete tuvo como protagonista a Powell y como anfitrión al alcalde donostiarra, Juan Karlos Izagirre, que recibió a las delegaciones en la entrada junto a Paul Ríos. Partidos y sindicatos fueron llegando en grupos diversos, que iban de una a cuatro personas. Así, por el ámbito político el PNV estuvo representado por Joseba Aurrekoetxea y Txaro Goikolea; la izquierda abertzale acudió con Rufi Etxeberria, Pernando Barrena y Anita Lopepe, a quienes acompañaba Juan Joxe Petrikorena; EA envió a Ikerne Badiola y Mariano Álava; Aralar, a Patxi Zabaleta y Jon Iñarritu; Geroa Bai, a Uxue Barkos e Iñaki Cabasés; Alternatiba, a Xabier Soto; Ezker Anitza, a Mikel Arana e Isabel Salud; IU-EB, a José Navas; I-E también estuvo presente; UMP estuvo representado por Max Brisson; AB, por Jakes Borthairu; MoDem, por Jean-René Etchegarai; Los Verdes, por Jean Lissar; y por parte del PS estuvieron su nueva portavoz estatal, Frédérique Espagnac, y Kotte Ezenarro, aunque ambos matizaran que era a título personal.
En cuanto a los sindicatos, ELA estuvo representado por Xabi Anza; LAB, por Ainhoa Etxaide e Igor Urrutikoetxea; y también acudieron dirigentes de UGT, CCOO y CFDT.
Alta representación de PS y UMP frente a la ausencia de PSE y PP y la apatía del PNV
La entidad de las delegaciones de cada formación en la cita de ayer refleja la importancia que cada partido otorga a esta hoja de ruta de Aiete en este momento. Así, resultó muy llamativo el contraste entre las altas representaciones de los dos principales partidos franceses, pese a la posición de sus cúpulas en París, y la ausencia total de sus homólogos al sur de la muga. Como habían anunciado, ni PSE ni PP acudieron a hablar con Powell. Por contra, en Donostia sí estuvo la nueva portavoz del PS, Frédérique Espagnac, y el secretario general de UMP de los Pirineos Atlánticos, Max Brisson, acompañado de Marc Oxibar, el segundo de a bordo del partido. Asimismo, desde Ipar Euskal Herria se desplazaron el vicepresidente del Consejo General Kotte Ezenarro (PS), el concejal de Baiona Jean-René Etchegaray (MoDem), el secretario general de la CFDT Michel Larralde y su compañero de sindicato Jean-Pierre Etcheberry, el miembro de AB Jakes Borthairu y, aunque no estuvieron presentes en la Conferencia, esta vez también acudieron Los Verdes, en la figura de Jean Lissar.
También destacó la presencia de la dirigente del Ipar Buru Batzar Txaro Goikolea como representante del PNV, que optó por una delegación de perfil bajo, completada por Joseba Aurrekoetxea, miembro del EBB. El resto de formaciones enviaron comisiones bastante más potentes, incluida su aliada Geroa Bai. Por lo que respecta a la parte sindical, la representación resultó bastante desigual, siendo LAB quien sí envió a su máxima dirigente, la secretaria general Ainhoa Etxaide.
La mayoría de los asistentes a la reunión declinaron hacer declaraciones in situ. Incluso hubo quien, como la senadora Espagnac, optó por evitar la salida principal del Palacio de Aiete, con lo que no fue captada por las cámaras. Solo los representantes de Ipar Euskal Herria ofrecieron alguna impresión, pero insistiendo mucho en la «discreción que requieren» este tipo de encuentros. Y destacó que posaron juntos, al margen de siglas.
Kotte Ezenarro explicó que la reunión sirvió para «positivizar la situación», subrayando como «punto fuerte» el hecho de que ETA haya dado por concluida la lucha armada y «la importante movilización de la sociedad civil que legitima la vía abierta hace un año». En la misma línea, Jean Lissar remarcó que «a pesar de las ausencias», el tono de los asistentes fue «positivo».
Max Brisson, por su parte, incidió en la atenta escucha de Powell al diagnóstico de la situación en Ipar Euskal Herria e insistió en la validez del «espíritu de Aiete para hacer evolucionar las cosas».
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