La reciente visita de Jonathan Powell a Euskal Herria ha generado una cascada de declaraciones de parte de los dirigentes de las formaciones políticas vascas (o filiales de las españolas en Euskal Herria). Van desde los prepotentes exabruptos de Antonio Basagoiti hasta los taimados alegatos de Iñigo Urkullu, pasando claro, por el cinismo de Ares, que pertenece al partido político que creó y financió a los GAL pero que se rasga las vestiduras exigiendo mea culpas.
Aquí tienen un condensado en la nota publicada por El Correo Vasco:
El exasesor de Blair abandona Euskadi para regresar el próximo martes y celebrar un gran cónclave con los firmantes de la Declaración de Aiete
A. Santos
Jonathan Powell abandonó ayer Euskadi, de vuelta a Reino Unido, donde pasará el fin de semana para descansar antes de regresar a San Sebastián y celebrar el próximo martes un gran acto con los partidos y agentes sociales que participaron en la Conferencia Internacional de Paz en octubre de 2011. El exjefe de gabinete de Tony Blair y uno de los firmantes de aquella Declaración de Aiete ha aprovechado los dos últimos días para reunirse con partidos políticos y analizar la situación en el País Vasco trece meses después de que ETA decretara el «cese definitivo» de su actividad armada. A esos encuentros han asistido, entre otros, dirigentes como el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, el exconsejero de Interior y miembro de la ejecutiva del PSE, Rodolfo Ares, y el líder de la izquierda abertzale Rufi Etxeberria.
Fuentes conocedoras de esos contactos aseguran que Powell les ha transmitido su convicción de que son «los partidos vascos» los que tienen que liderar el nuevo tiempo abierto en Euskadi, aunque cree que mediadores como el Grupo Internacional de Contacto de Brian Currin, la Comisión de Verificación de Ram Manikkalingam o los propios promotores de Aiete pueden ayudar a generar un clima de confianza que favorezca el diálogo entre partidos.
El punto de vista de Powell responde a la intención de Iñigo Urkullu de rebajar el papel que estos interlocutores extranjeros han tenido en los últimos años en el proceso de paz. El presidente del EBB y, a priori, próximo lehendakari quiere que esa función resida ahora en el Parlamento de Vitoria, una vez que la izquierda abertzale figura representada en la Cámara a través de EH Bildu. Cuestiones como los presos, la disolución de ETA y el reconocimiento de todas las víctimas deberían abordarse, entienden los jeltzales, en la Ponencia de Paz y Convivencia constituida en la recta final de la pasada legislatura.
El presidente del EBB confirmaba ayer la información que publicaba este periódico y, entrevistado en la televisión pública, insistía en que debe ser la Cámara de Vitoria la que se convierta durante esta legislatura en «un foro de diálogo sin exclusiones». Urkullu criticó también a Powell y al resto de convocantes del acto de Aiete -entre los que figuran el ex secretario general de la ONU Kofi Anann, el expresidente de Irlanda Bertie Ahern o el líder del Sinn Féin Gerry Adams- y les pidió que no caigan «en las estrategias de comunicación de otras formaciones políticas».
Decepción del PSE
El burukide considera que volver a celebrar una segunda vuelta de la Conferencia de Aiete sólo sirve para favorecer a la antigua Batasuna. El líder del PNV ya se negó a que el mismo acto previsto ahora para el martes se celebrara a comienzos de julio. Entonces lo rechazó por el ambiente de precampaña electoral que se respiraba en Euskadi. Los jeltzales entienden que este tipo de convocatorias distraen del verdadero camino que ha de seguir la izquierda abertzale y que debe llevar, en su opinión, a la formación independentista a asumir el daño causado por su respaldo a las acciones de ETA durante treinta años de democracia.
Una postura que también ha transmitido a Powell el PSE, que sostiene que deben ser los partidos vascos los que aborden el proceso de normalización. Los socialistas llevan años exigiendo a la antigua Batasuna que reconozca su papel en los crímenes de la banda terrorista y que pidan perdón por el dolor causado, algo que, según diferentes fuentes, ya habrían transmitido a Powell.
La delegación encabezada por Rodolfo Ares reconoció en círculos cercanos que el mensaje que les ha transmitido el exasesor de Blair «no tiene nada de novedoso» y no han aclarado si tomarán parte en la reunión del martes, un cónclave al que el PP de Antonio Basagoiti ya ha anunciado que no acudirá porque, entiende, sólo pretende «camuflar el dolor y la trayectoria del terrorismo».
El problema pues estimado Powell es que hay dos partidos políticos, los españolistas, que prefieren la violencia, y otro, el PNV, que está muy cómodo en el inmobilismo. Esos nunca van a liderar nada humano, demócrata, inclusivo.
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