Un blog desde la diáspora y para la diáspora

martes, 15 de mayo de 2012

Tergiversando lo Dicho

Los enemigos de Nabarra recurren a una serie de piruetas discursivas cada vez que les es imposible debatir palabras que como mazos derrumban los muros de mentiras y tergiversaciones que han construido alrededor del derecho de los vascos a su autodeterminación y la recuperación de su soberanía.

Tal es el caso de la entrevista publicada en Noticias de Navarra hace unos días:


El historiador navarro Santi Leoné ofrece hoy a las 11.30 una charla en la UPNA, organizada por la fundación Manu Robles y el sindicato ELA, en la que aportará su visión sobre el debate existente en torno a la conquista de 1512 y las distintas versiones que se defienden
Elena Urabayen
Santi Leoné considera que es necesario trabajar la historia para poder reflexionar sobre ella. Pero que no por eso hay que encorsetarse en el pasado. En este sentido, defiende que aunque Euskal Herria no haya existido como tal en el pasado, no es motivo para no trabajar por darle forma en el futuro y que, para ello, el primer paso es hacerlo "desde abajo" y crear nación desde el impulso de distintos aspectos como la cultura.
Han pasado 500 años desde la conquista, ¿podemos comparar los nacionalismos actuales con los de aquella época?
Yo creo que son totalmente distintas, al menos a mi modo de ver. Son distintas la sociedad del siglo XVI, dividida en bandos nobiliarios, con lealtades al rey, a los nobles... y la de ahora que está ligada a ideologías determinadas. Es muy fácil hacer el paralelismo entre agramonteses de aquella época y nacionalistas vascos de hoy, y beaumonteses y castellanos y navarristas de hoy pero creo que eso no tiene mucho sentido.
¿Qué le parece la versión que está manteniendo el Gobierno foral sobre 1512 y el hecho de que se celebre el aniversario junto con el de las Navas de Tolosa?
Me parece ridículo y absurdo que se celebre que te han conquistado, se ve una mentalidad de colonizado que piensa, "qué bien que nos han conquistado y todo lo que nos han traído". La versión oficial además es muy light y trata de ocultar elementos esenciales. Luego lo de ligarlo con 1212 está en el carácter nacionalista español del Gobierno. Ligar las dos cosas es un intento de subrayar la españolidad de Navarra; es una visión ridícula, muy ideologizada y muy falseada de los hechos.
Desprende también un antivasquismo claro, ¿no?
Cuando realicé mi tesis sobre la identidad de Navarra todos aceptaban que el reino de Navarra había existido, pero me preguntaban si el reino de Vasconia también. Decían que como Euskal Herria no había existido nunca, no podía existir en el futuro, que era un mito. La fuerza del navarrismo ha nacido de ahí. Los contrarios al nacionalismo vasco dicen que lo de Euskal Herria es una invención basándose en, por ejemplo, que no ha habido reyes de Euskal Herria y, dicen que como no existió, no podrá existir.
Otros, en cambio, defienden que Navarra es la cuna de Euskal Herria...
El grupo de Nabarralde, que es quien está moviendo el tema de la formación de Navarra, da una respuesta que a mí no que convence pero que es muy inteligente, y es que el reino de Navarra es el Estado vasco. Es una respuesta inteligente pero históricamente no sé hasta qué punto se sostiene.
¿Tendemos a utilizar la historia con intereses partidistas?
En la historia alcanzar la objetividad es difícil, pero habría que distinguir eso de hacer una utilización partidista y propagandista incluso de la historia y un debate honrado aunque sabiendo que eres subjetivo. En las dos versiones, aunque yo me siento más cercano a la que no es la del Gobierno, existen explicaciones muy ideologizadas.
Usted dice que Euskal Herria es una invención, pero la defiende, ¿cómo es esto?
Hay una obsesión por buscar los orígenes y decir que estábamos aquí antes que nadie pero creo que en lugar de eso hay que mirar hacia delante. Aunque nos acusen de habernos inventado el término de Euskal Herria, vamos a decirles que sí y que precisamente por eso existimos, porque la nación es un concepto inventado, cultural, en el que cada uno debe sentirse parte de ella. A partir de eso existe esa nación. La opción, la elección personal de la nacionalidad de cada uno es importantísima, es lo que define a la nación. Claro que Euskal Herria nos la hemos inventado, pero igual que se inventó en su día España u otras naciones y, precisamente porque nos la hemos inventado, vamos a darle forma.
Alguno pensará que desprecia la historia...
Sí, hay personas que han entendido a veces que gente como yo desprecia el estudio de la historia porque ponemos la vista en el futuro. Creo que el pasado hay que investigarlo siendo lo más ecuánime o científico posible, pero sobre todo entender que una cosa es el pasado y otra el presente y, desde el presente, el proyecto que tenemos para futuro. Algunos necesitan antecedentes históricos hasta para ir al baño y piensan que hay que recuperar el Estado navarro porque en el pasado existió y hubo reyes. Lo que yo digo es que a mí me da igual eso. ¿Que han estado?, bien. ¿Que hay antecedentes?, estupendo... pero aunque no los hubiera yo tengo mis razones para crear un proyecto que se llama Euskal Herria. Lo que hemos sido debe ser un elemento de reflexión pero no lo que mande sobre nosotros. Somos nosotros los que decidimos, aunque estemos condicionados por diversos factores como los medios de comunicación.
Queda claro qué es lo que no comparte con la versión del Gobierno, pero, ¿qué es lo que no comparte por ejemplo con los grupos que defienden la otra versión?
La visión de Nabarralde tiene consecuencias históricas y políticas. Históricas porque colocan al Estado navarro o vasco en el centro de la investigación y eso distorsiona mucho el estudio de la historia porque hay cosas que se quedan fuera que no se explican bien... y luego tienen un lema, que es que todos los vascos somos políticamente navarros y somos culturalmente vascos.
¿No le gusta?
Es un lema movilizador pero tiene debajo un proyecto que tiene por objetivo priorizar la construcción de un Estado y dejar el tema de la nación en un segundo plano porque creen que lo importante es recuperar el Estado. Yo con eso no estoy de acuerdo. Aunque me parece importante tener un Estado, creo que habría que ponerlo en un plano a largo plazo porque ahora mismo es imposible, y lo vemos no solo en la política sino en mis propios vecinos. Creo que el camino es el contrario, vamos a trabajar la cultura, el euskera, la cultura vasca... a crear la nación y los elementos en los que se puede basar esa nación y, a partir de ahí ir consiguiendo más. Ir de abajo arriba.

Pues bien, esto es todo lo que la gente detrás de una página denominada Navarra Confidencial pudieron escribir al respecto:

Las palabras de Leoné Puncel suponen el reconocimiento expreso de que Euskal Herria como concepto político es una invención. Por más que el historiador defienda la legitimidad de este concepto no como realidad pasada e histórica sino como proyecto político  futuro, resulta que elementos esenciales de la mitología nacionalista como la ocupación de Euskal Herria quedan reducidos a la categoría de invento, como los mapas de Euskal Herria, la historia de Euskal Herria o el derecho de autodeterminación de Euskal Herria, puesto que el sujeto de todos supuestos nunca ha existido y de hecho todavía habría que construirlo. Interesante aportación al aniversario de 1512 desde el campo del nacionalismo.


Bastante simple la fórmula de hecho, saca un par de palabras de contexto, agrega un par de banalidades salpicadas del más cutre supremacismo ideológico y ahí lo tienen; Euskal Herria no existió, no existe y no existirá... por que Dios mismo lo ha decidido... ¡y olé!

Por cierto, las palabras de cierre de Leoné nos recuerdan mucho a las vertidas por el EZLN al respecto de la construcción de un mundo donde quepan muchos mundos.



°

No hay comentarios.:

Publicar un comentario