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viernes, 4 de octubre de 2024

El Gudari Benigno Hierro

Continúa la incansable labor por ubicar los restos de los fallecidos durante el brutal levantamiento militar fascista del siglo pasado en el estado español, búsquedas que a veces dan fruto demasiado tarde, como ha sido el caso de la esposa de Benigno Hierro y su progenie.

Leamos lo que nos informa este artículo de El Diario:


Benigno Hierro o cómo una familia recupera 90 años después los restos de un desaparecido en la Guerra Civil

“¿Cuántos cuerpos habrá en fosas comunes? Hay muchas familias que pasan toda su vida buscando a sus seres queridos y es algo muy duro”, explica Koldo tras encontrar “por casualidad” al hermano de su abuelo, combatiente comunista

Maialen Ferreira

“Ha sido casualidad, pura suerte y el resultado de un trabajo tan importante como necesario”, reconoce Koldo Hierro desde el otro lado del teléfono. Le acaban de explicar que el hermano de su abuelo, Benigno Hierro, quien desapareció durante la Guerra Civil y al que su abuelo, a pesar de buscar jamás encontró, ha estado todo este tiempo enterrado en una fosa común en el cementerio de Amorebieta-Etxano. Y él, que nunca lo buscó ni esperaba encontrarlo, no puede evitar mostrar su alegría. “Para mí la familia es lo más importante”, añade.

Benigno Hierro Pinedo era natural y vecino de Ortuella (Bizkaia), trabajaba como minero, estaba casado y tenía dos hijos, Palmira y Daniel. Combatió en el batallón nº 10 ‘Perezagua’ del Partido Comunista de Euskadi y murió en combate el 7 de abril de 1937, cuando tenía 31 años, según consta en el Registro de Fallecidos en Campaña, conservado en el Archivo Histórico Provincial de Bizkaia. Su mujer falleció en los 80, aunque en su nicho no consta la fecha exacta y su hijo Daniel en 1998. Palmira aún vive, pero según explica Koldo, a sus 92 años sufre demencia y no es del todo consciente de que han encontrado a su padre. “Reside en un convento en Barcelona. Me da mucha pena que su padre haya aparecido y ella no se vaya a enterar. Era muy pequeñita cuando desapareció, pero un padre es un padre. Intentaremos decírselo y esperamos que lo pueda entender”, sostiene.

El que sí que es consciente de la importancia del hallazgo es el padre de Koldo, sobrino de Benigno. “Estamos todos en shock porque no nos lo esperábamos. Mi madre nunca había hablado de él, pero cuando vimos en la televisión que habían encontrado los restos de un vecino de Ortuella enseguida dijo 'es mi tío'. Y así fue”, detalla. A Koldo lo contactó un historiador que le localizó tras conocer el apellido de Benigno. Le tomaron las pruebas de ADN a él, a su padre y a la hija de Benigno, Palmira, y todas concedieron con la del desaparecido.

Ahora su objetivo es que Benigno descanse en el nicho junto a su mujer y su hijo en el cementerio de Ortuella y para ello Koldo ya ha pedido los permisos que necesita. Cuando se los den, espera realizar un acto en el pueblo en honor a Benigno. “Queremos que el barrio y el pueblo donde ha vivido toda su vida sepa dónde ha estado y cómo murió, y que descanse en paz con su mujer y su hijo”, indica Koldo tras agradecer las labores de búsqueda de desaparecidos por parte de las instituciones públicas, en especial del Instituto Vasco de la Memoria (Gogora). “No es porque nos haya tocado, desde siempre hemos estado a favor de que busquen a todos los desaparecidos. ¿Cuántos cuerpos habrá en fosas comunes? La labor que están realizando y el trato que nos dan es exquisito. En nuestro caso ni siquiera lo habíamos buscado, pero hay muchas familias que pasan toda su vida buscando a sus seres queridos y es algo muy duro, pero reconfortante cuando los encuentran”, concluye.

Desde el Instituto Vasco de la Memoria (Gogora) detallan que la documentación histórica recoge el lugar y fecha de muerte y también que su fallecimiento fue inscrito en el Registro Civil de Amorebieta-Etxano. Aún así, su lugar de inhumación era desconocido, constaba como desaparecido de guerra en la base de datos de fallecidos durante la Guerra Civil de Gogora y su familia tampoco conocía el lugar de inhumación. Destacan en este caso la colaboración de la ‘Mesa de Memoria de Ortuella’ y la del investigador local Juan Ignacio Rodríguez Camarero, además de la familia Hierro a la hora de aportar su ADN.

Benigno Hierro Pinedo es el cuarto identificado en el Cementerio de Amorebieta. Hasta la fecha, se han identificado y entregado a sus familias los restos de Adolfo Cengotitabengoa Izurza, Jaime Iñiguez Nieva y Enrique Contreras. La entrega de los restos de Benigno a su familia se realizará próximamente, una vez se haya acordado con la familia. Recordemos que en este cementerio se han realizado tres campañas de excavación, desde diciembre de 2023, en los que se han recuperado los restos mortales pertenecientes a 104 personas.

Tras las exhumaciones, y una vez analizados los restos, la hipótesis es que las personas, todos varones, inhumadas en esta zona de enterramiento del camposanto sean de combatientes fallecidos en los diferentes frentes de la zona o de los que murieron tras ser trasladados heridos al Hospital Militar de Amorebieta. Así lo atestiguan algunos hallazgos materiales, como vendajes, tijeras quirúrgicas, y también, evidencias de amputaciones en los restos esqueléticos.

El Instituto Gogora sigue trabajando para contactar con un mayor número de familiares de desaparecidos de guerra que haga posible la identificación genética de los 100 restantes. Para ello, vuelve a hacer un llamamiento a las familias de los desaparecidos en la zona para que contacten con el Instituto y se pueda iniciar el proceso que pueda llevar a una posible identificación. Se puede hacer a través del email o teléfono gogora@euskadi.eus | 944032845




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