La lucha en contra del fascismo, materializada por el levantamiento militar en contra de los pueblos del estado español, insurrección golpista que contó con el apoyo de El Vaticano, Benito Mussolini y Adolf Hitler, fue el escenario de actos de heroísmo por parte de gentes comunes; mineros, campesinos y obreros, quienes, ante tan desastroso escenario, optaron por la solidaridad internacionalista y el sacrificio en favor del bien común.
Fue así como muchos asturianos lucharon y murieron en territorio vasco, integrados en el Eusko Gudarostea.
En ese sentido, les presentamos este artículo publicado en la página de Nortes:
Homenaje a José Antonio Piquero, “gudari asturiano” en el País Vasco
Su hijo, de 87 años, acudió este fin de semana junto a un grupo de amigos y familiares al lugar en el que fue abatido durante la Guerra Civil.Centenares de milicianos asturianos participaron entre 1936 y 1937 en la defensa de Cantabria y el País Vasco frente a las tropas franquistas. Codo con codo con los “gudaris” vascos, voluntarios asturianos de las diferentes organizaciones de izquierdas participaron en el esfuerzo por detener el avance golpista, que imparable, el 24 de agosto de 1937 tomaba el control del País Vasco.
Muchos de aquellos antifascistas asturianos no volvieron nunca más a su tierra de origen. Ese fue el caso del joven minero José Antonio Piquero Corujo, de 21 años, que en julio de 1937 partía al frente vasco dejando en Lieres a su mujer, Lola, embarazada
A sus 87 años, José Antonio Piquero Fernández, el hijo que no llegó a conocer, sigue buscando los restos de su padre. Ahora, gracias a un grupo de familiares y personas allegadas que han trabajado durante años para lograr pistas sobre su paradero, Piquero está más cerca de localizar el cuerpo de su padre, del que se ya se sabe que fue abatido en la defensa del Monte Betaio, en Bizkaia, y que fue enterrado en el cementerio de Trucios.
“Pasé muchas noches sin dormir por él, y ahora ya sé dónde murió y dónde lo enterraron en aquel momento; tenemos que seguir defendiendo los valores de la República porque si no, volverán los problemas”, asegura Piquero que, este fin de semana, asistió a un homenaje organizado por un grupo de amigos y familiares de Siero para recordar los 87 años de la muerte de su padre.
El acto, en el que se depositaron sendos ramos de flores, tuvo lugar entre las trincheras que sirvieron de parapeto al ejército republicano y, posteriormente, en el cementerio, donde el esfuerzo de las personas que han intentado recuperar la historia de José Antonio Piquero Corujo lograron averiguar, a través de Gogora, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos del Gobierno del País Vasco, que fue enterrado en el nicho 45, ubicado en una fosa que en la actualidad está cubierta con puertas metálicas y con signos de haber sido abierta.
Y es que el cuerpo fue exhumado y su paradero, por ahora, es desconocido. Piquero no se rinde y el siguiente paso será trasladar todos los datos recogidos a la Dirección General de Memoria Democrática del Gobierno de Asturies para que realice una labor de investigación con el fin de encontrar los restos y poder trasladarlos a Lieres. “Quiero poder despedirlo con música de gaitas por todo lo que nos tocó estar callados”, señala. Como antesala a sus deseos, durante el homenaje en Bizkaia también sonó la gaita.
En el acto intervino la concejala de Podemos Siero, Silvia Tárano, quien destacó “la importancia de rendir homenaje a quienes en este país lucharon por la libertad y por los derechos que disfrutamos hoy, personas que están viendo negado su derecho a dar una despedida digna a sus familiares asesinados por el fascismo”.
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