Una vez más los cabilderos estadounidenses y la gusanada hacen que Europa muestre su rostro más abyecto con una declaración irrisoria referente a los hechos ocurridos en Cuba durante julio.
Aquí lo que denuncia Cubainformación:
Europa proyecta sobre Cuba su propia represión
José Manzaneda | Coordinador de CubainformaciónEl Parlamento europeo ha aprobado una condena a Cuba por “la violencia y represión extrema contra manifestantes” pacíficos, en las protestas ocurridas en Julio.
“Brutal represión” en la Isla, nos dice la prensa europea. Pero si visionamos con detalle las decenas de videos publicados sobre aquellos incidentes, y desconectamos el sonido de la narración, ¿qué vemos en realidad? Una policía cubana poco entrenada que da una respuesta tibia ante las agresiones, y cuyas expresiones más violentas son casi infantiles al lado de la actuación de muchas policías del mundo. Para empezar, las de la propia Europa.
La verdadera brutalidad policial la ha practicado, en no pocos escenarios de protesta, la policía española, por ejemplo. Su intervención contra el referéndum en Catalunya, en 2017, causó heridas a cerca de 800 personas. El Tribunal de Estrasburgo de Derechos Humanos ha emitido diez condenas contra España por no investigar las denuncias –más de cinco mil casos documentados- de torturas y malos tratos policiales. ¿Dónde están las condenas del Parlamento europeo?
Nos hablan de detenciones en Cuba por “manifestar pacíficamente su libertad de expresión”. Falso. Nadie niega que hubiera excesos o actuaciones irregulares –investigadas varias de ellas por la Fiscalía Militar-, pero en general los operativos policiales respondieron no a las protestas pacíficas, sino a los ataques con piedras y cócteles molotov, y a los asaltos y robos a tiendas de propiedad pública.
El Parlamento europeo jamás ha condenado al gobierno de Colombia (70 muertes por represión en las protestas de abril), al de Chile (34 muertes en las de 2019), o al gobierno golpista interino de Bolivia, causante de 32 muertes. En este último caso, el Parlamento europeo reconoció al golpista como gobierno legítimo y, meses después, denunció la detención de la presidenta impuesta por "arbitraria e ilegal". La Eurocámara tampoco condenó, en 2020, la acción policial en EEUU, durante las protestas del Black Lives Matter, cuyo saldo fue de 30 muertes y 14 mil detenciones.
Con todos los países citados hay amplios acuerdos comerciales y de cooperación de la Unión Europea. Pero ahora, su Parlamento –en mano de las derechas aliadas de Washington- pide destruir el Acuerdo de Diálogo y Cooperación Unión Europea-Cuba por una práctica policial claramente menos represiva que la de todos esos países.
Nos hablan del acoso en Cuba a “personalidades galardonadas con el premio Sájarov” como Guillermo Fariñas. Pero, ¿qué le ocurriría a este último si, siendo europeo, confesara en la prensa que gestiona con el gobierno de EEUU una intervención militar en su país? Hace tiempo que estaría ya en la cárcel. Pero en Cuba, salvo el arresto por unas horas, no le pasa absolutamente nada.
Las protestas en Cuba fueron el resultado previsible de una situación muy prolongada de penurias materiales, apagones, falta de medicamentos y alimentos, escasez de transporte y largas colas. Pero ni el Parlamento ni los medios europeos explican sus causas. Por un lado, una brutal guerra económica desde EEUU, con 243 sanciones en los últimos cuatro años, que han dinamitado todas y cada una de las fuentes de ingreso del país (los acuerdos médicos internacionales, los viajes desde EEUU, las remesas de la emigración…) y que han dejado a la Isla sin apenas combustible, mediante las sanciones a su principal proveedor, Venezuela, y a las empresas navieras de terceros países. Por otro, el cierre, debido a la pandemia, de la única vía de ingresos que le quedaba al país, el turismo. Y, por último, una millonaria campaña de redes sociales, financiada desde agencias federales de EEUU, para movilizar contra el gobierno cubano a un sector –aún pequeño, pero ya visible- de la población de la Isla. Una campaña en la que, para inflar la imagen de represión, se emplearon incontables fake news, para convertir en imágenes de Cuba las actuaciones policiales en Brasil, Sudáfrica, o República Dominicana.
En todo caso, el balance no puede ser más “pírrico, vil y canallesco”, como denunciaba hace unos días el presidente de México, con cuyas magistrales palabras nos despedimos: “Se ve mal que el gobierno de Estados Unidos utilice el bloqueo para impedir el bienestar del pueblo de Cuba con el propósito de que éste, obligado por la necesidad, tenga que enfrentar a su propio gobierno. Si esta perversa estrategia lograse tener éxito –algo que no parece probable por la dignidad a que nos hemos referido–, repito, si tuviera éxito, se convertiría en un triunfo pírrico, vil y canallesco. En una mancha de esas que no se borran ni con toda el agua de los océanos”.
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