El antiguo adagio nos dice, todo cae por su propio peso.
Y la campaña de odio desatada en contra de Cuba que en semanas recientes utilizó una supuesta emergencia sanitaria como pretexto para solicitar una intervención militar -como esa tan exitosa en Afganistán a dos décadas de la reunión en Las Azores de Bush con sus palafreneros Blair y Aznar-, ha terminado por caer, estrepitosamente.
Para entender más el escenario, traemos a ustedes este artículo de Cubainformación:
¿Del SOS Cuba al SOS Miami?
José Manzaneda | Coordinador de CubainformaciónUn mes atrás, la etiqueta SOS Cuba se hacía viral gracias al apoyo de artistas como el español Paco León que, en un mensaje, aludía a una “crisis sanitaria” en la Isla por la Covid-19. El actor colaboraba, ingenuamente, con lo que, después, demostró ser una enorme operación política que, del SOS Cuba, pasó a la petición de una “intervención militar” de EEUU.
Hoy, un mes después, en el estado de la Florida, hay un repunte grave de Covid-19, con 15 mil ingresos hospitalarios cada día. En Cuba, a pesar del aumento de casos, la cifra relativa de fallecimientos es 7,5 veces menor, por ejemplo, que en el condado de Miami-Dade o que en la Comunidad de Madrid. ¿Habrá un SOS Miami, un SOS Madrid, con apoyo de artistas internacionales?
Cuba sufre un grave desabastecimiento de medicamentos, debido a la falta de ingresos por turismo, al bloqueo y a las nuevas sanciones de EEUU. Aún así, el mismo día en que se lanzaba la campaña SOS Cuba, la Universidad John Hopkins publicaba una estadística reveladora, acerca de la tasa de muertes por millón de habitantes: en el mundo era de 519, en EEUU de 1870 y en Cuba… de 132.
Hace un mes, producto de las penurias materiales y de una enorme campaña de redes sociales, se producían protestas contra el gobierno cubano. Y es lógico que fueran noticia internacional, por su carácter inédito. Pero ¿con tanta intensidad? En una semana, el diario español ABC publicó sobre el asunto 220 textos digitales, a 30 por día. De su contenido y equilibrio informativo, ni hablamos.
En toda la red de medios corporativos, fueron cientos de noticias, reportajes, entrevistas, comentarios, editoriales y tertulias sobre Cuba. Pero, en ese mismo periodo, ¿cuántos editoriales leyeron sobre las más de 200 muertes en las protestas de Sudáfrica? ¿Cuántas tertulias escucharon sobre la masacre campesina número 60 de este año en Colombia? ¿Cuántos reportajes sobre la expulsión de ese país de la alemana Rebecca Sproesser, tras participar en las protestas, de miles de jóvenes, contra el gobierno de Iván Duque?
En los sucesos de Cuba hubo una persona fallecida. Una. En EEUU, la policía, el pasado año, dio muerte a 1.021 personas. Hace tres semanas, 22 presos morían en los motines de dos cárceles de Ecuador. ¿Lo oyeron en algún programa de radio?
En Arabia Saudí acaban de ejecutar a dos jóvenes por participar en protestas contra el gobierno. Y, en 2019, 37 personas fueron decapitadas en público. ¿Han leído, en los medios, peticiones de intervención o de aplicación de sanciones a este país?
En Mayo, 260 civiles fueron masacrados, en Gaza, por los bombardeos de Israel. Cuyas tropas han arrestado, en el primer semestre de este año, a 5.400 personas palestinas, de ellas 854 menores. Pero la prensa española, la que publica 30 textos al día sobre Cuba, ni se inmuta. Ni siquiera cuando una cooperante española, Juana Ruiz, aparece ante la justicia militar israelí con grilletes en sus pies, cuatro meses después de su detención.
Es la prensa que intenta no airear las constantes evidencias sobre el enriquecimiento ilícito del Rey emérito Juan Carlos I, tras 40 años de negocios con las monarquías del Golfo. Porque, el día en que se conocían nuevas informaciones sobre este caso, ¿saben cuáles eran las portadas de la prensa española? Todas… sobre Cuba.
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