Desde el portal de Pakito Arriaran.org traemos a ustedes esta entrevista que pone de relieve el intenso trabajo realizado desde hace décadas por Askapena.
Adelante:
“La lucha internacionalista que desarrollamos siempre va a ser una aportación a la lucha de liberación de nuestro pueblo”
Creemos que la solidaridad no es algo neutro, ni etéreo, ni tampoco altruista, sino que la solidaridad tiene una profunda base política de la solidaridad entre pueblos, entre pueblos trabajadores
Juanjo BasterraEste fin de semana (de viernes a domingo) en Hernani Askapena ha organizado unas jornadas “Bizi elkartasun internazionalista” (“Vive la solidaridad internacionalista”) que analizarán el camino seguido por el internacionalismo vasco, para empezar, pero le seguirán aportaciones de Guillermo Paniagua sobre “Herramientas para un mundo internacionalista”. También representantes de Panafricanism Today explicarán el trabajo que desarrollan, a la vez que se escucharán las experiencias desde el Sáhara, a cargo de Garazi Hach Embarek, de Rene Behoteguy (militante boliviano) y de miembros de la organización comunista griega KOE. Cerrarán, entre otros, representantes del Movimiento Sin Tierra de Brasil (MST) y la charla “Sin Cuba nada sería igual” con Milagros Acea (Cuba), Souradjou Ali (república de Benin) y José Manzaneda (Euskal Herria) de la asociación Euskadi-Cuba.
Izaskun Goienetxea, de Askapena, destaca que, tres décadas después, “los valores del internacionalismo revolucionario, de alguna forma, se pueden poner en cuestión, hay ciertas prácticas de discursos en Euskal Herria que pueden poner en peligro todo el tema de lo que se viene haciendo, no solo desde Askapena, sino desde el movimiento internacionalista”. Se reafirma en mantener viva esa llama de “la lucha internacionalista que desarrollamos siempre va a ser una aportación a la lucha de liberación de nuestro pueblo” y anuncia que van a poner el foco desde este momento en Europa. “La UE es la estructura de dominación imperialista capitalista que defiende los privilegios de unos pocos y en ese sentido en términos de denuncia es el filo que vamos a trabajar desde Askapena”. Y destacó a Cuba, porque “sin Cuba no se entendería todo esto”.
Con estas jornadas en Hernani ponéis encima de la mesa lo que ha sido el internacionalismo vasco en 30 años, ¿qué balance hacéis desde Askapena?
Bueno, en primer lugar estas jornadas las hacemos sobretodo porque vimos que los valores del internacionalismo revolucionario, de alguna forma, se pueden poner en cuestión, hay ciertas prácticas de discursos en Euskal Herria que pueden poner en peligro todo el tema de lo que se viene haciendo, no solo desde Askapena, sino desde el movimiento internacionalista, que tiene más de 40 años de vida. Y frente a ese peligro, no solo frente a ese peligro sino por el tema de la pandemia, hemos visto claramente que el internacionalismo y la solidaridad entre pueblos es un elemento principal, intrínseco a la lucha de liberación de todos los pueblos e, incluso, como clase, porque al final el internacionalismo es una herramienta de la clase trabajadora.
En ese sentido, queríamos poner en valor todos esos elementos que nos aporta el internacionalismo y hacer esa labor de recordar por qué somos internacionalistas y tenemos que seguir siéndolo en esas coordenadas, y no otras. Es es la idea.
¿Cuáles son esos peligros que estáis viendo?
Bueno, sí que es verdad que estamos viendo un incremento de discursos muy vacíos de contenido, sin ir muchas veces al meollo, digamos, sin atinar mucho, sin pensar mucho el discurso. Discursos que tienen que ver con terminología ambigua, si me permites. En ese sentido, sí que nosotras vemos con preocupación, por ejemplo, el tema de Palestina cuando una campaña muy clara pide desde allá el boicot, las desinversiones y sanciones, hay muchos discursos que evaden y dan esquinazo a esta campaña frente a CAF (que colabora con la ocupación y apartheid israelí por la construcción del tranvía que unirá Jerusalén con las colonias ilegales israelíes). Son elementos que nos dan qué pensar, porque, al final, lo que se busca con algunos discursos y prácticas también es lo del café para todos, que agrade a todo el mundo, pero nosotras creemos que el internacionalismo siempre ha sido el grano en el culo de decir vamos a buscar las contradicciones y, sobre todo, desde Euskal Herria, qué podemos hacer que sea efectivo como solidaridad.
En el caso de Palestina, como ejemplo claro y evidente, es sumarnos a la campaña frente a CAF que, además, tiene el componente de que el Gobierno Vasco está dando dinero público, que se invierte en esa salvajada. Un poco el foco desde Askapena siempre ha sido buscar, más allá de criticar o de alguna forma dejar claro al imperialismo estadounidense y de la UE, cuáles son las estrategias y, de alguna forma, las complicidades que existen en Euskal Herria, llámese Gobierno Vasco, PNV, CAF o cualquier empresa que siga colaborando con el imperialismo.
La puntilla que desde Askapena tratamos de buscar es ésa. Más allá de Trump es malo, que ya lo sabemos, y Biden es igual, la cara amable si quieres, pero la idea es buscar las complicidades desde Euskal Herria, sobretodo, cómo podemos ser solidarias en términos de compromiso, de alguna forma, porque creemos que eso se está dejando de lado para dar cabida a discursos más amplios y más ambiguos.
¿Cuáles son los pilares básicos de Askapena después de treinta años de actividad internacionalista?
Uno de los pilares fundamentales es entender que la lucha internacionalista que desarrollamos siempre va a ser una aportación a la lucha de liberación de nuestro pueblo y que la mejor forma y la mayor aportación que podemos hacer como pueblo al resto de luchas del mundo es la propia liberación de nuestro pueblo. Eso es un elemento que Askapena siempre ha intentado trasladar.
‘Internazionalista garelako, lehen urratsa Euskal Herria’. Es importante, sin mirarnos al ombligo, que también a veces se puede mezclar, pero es un elemento principal de la forma de entender la solidaridad de ida y vuelta que desde la fundación de Askapena siempre se ha intentado transmitir al resto de organizaciones y del tejido asociativo de Euskal Herria. Creemos que la solidaridad no es algo neutro, ni etéreo, ni tampoco altruista, sino que la solidaridad tiene una profunda base política entre pueblos, entre pueblos trabajadores. En ese sentido, hay que entender que todo lo que hacemos por Palestina, Kurdistán, los refugiados, etc, todo lo que se haga en términos de solidaridad entre pueblos obedece a esa lógica de que cuanto mejor les vaya a ellos, mejor te irá a ti. Y, de alguna forma, buscar esas grietas del sistema nos ayuda a todas en términos globales en ese sentido.
Esa es una de las principales bases.
La solidaridad es una herramienta para hacer frente a las agresiones del imperialismo, del fascismo…
Sí, claro. Nosotras eso lo hemos tenido muy claro siempre. Desde la defensa, desde la soberanía de los pueblos, luego también identificando claramente cuáles son los intereses del sistema capitalista heteropatriarcal imperialista que residen en seguir desarrollando esa lógica de centro-periferia y, de alguna forma, el imperialismo responde a la lógica capitalista de seguir acumulando cuanto más y se seguir explotando y robando los recursos de las naciones y los pueblos de la periferia para seguir acumulando capital.
Para Askapena, cuando pasa la guerra en Libia, en Siria, etc tenemos que decir que no son conflictos internos como se nos quiso vender en su día, o en el Donbáss más de lo mismo, son intervenciones imperialistas en toda regla que buscan desestabilizar esa región porque, de alguna forma, en ese momento dado le podía convenir al imperialismo norteamericano que, entre otras cosas, busca aislar a China y Rusia. Sí que hay una visión geopolítica de esos conflictos, más allá de eso, el pilar fundamental de lo que se busca a través de las guerras es, lo que comentábamos antes, el expolio y el robo sistemático y continuado de los recursos naturales en diferentes partes del mundo, en esa periferia que comentamos, y siempre en beneficio de las élites capitalistas.
¿Habéis hecho una reflexión sobre el acuerdo que se ha producido en el G7 sobre el pago del 15% de los beneficios por parte de las multinacionales, aunque sé que es pronto porque se anunció el pasado viernes y todavía no se conoce el texto íntegro?
La verdad es que estamos con las jornadas y no le estamos haciendo mucho caso. Además somos una organización bastante chiquita y bastante tenemos. Como valoración inicial, he leído las declaraciones de Facebook, Amazon y Google, las grandes corporaciones, que no le hacen a ese acuerdo ninguna crítica, ningún feo, por lo que tampoco tiene que ser tan malo para las multinacionales, si lo van a aceptar como se plantea. Mucho más que eso tampoco me ha dado tiempo a analizar. No hemos hablado del tema, pero que no es ninguna panacea eso está seguro, que seguirán habiendo grietas. Eso será una manera de maquillar, pero no creo que ese acuerdo suponga ningún beneficio para el tejido local y seguirá fomentando esa acumulación. Porque a una multinacional que le pongas un porcentaje equis, si se lo puede permitir, va a seguir haciendo lo mismo, claro. No creo que sirva para gran cosa.
Te lo decía porque en esa polémica el presidente estadounidense Biden está quedando como el mejor, porque pide un 21% de impuesto de sociedades y los demás dan el 15%, aunque hace unos días el Financial Times decía que van a pagar el 15%, pero aquellas multinacionales que tengan unos beneficios que se incrementen por encima del 10%. Estas con la ingeniería fiscal que manejan siempre les será fácil eludir ese mínimo.
Y sino dividirán la empresa, la multinacional en los paquetitos que necesiten para no hacer frente a esos pagos. Ya buscarán, son expertos en hacer esas cosas.
¿Cuáles son las zonas más calientes en el mundo donde estáis poniendo el foco desde Askapena?
Desde el 2016 empezamos a plantear que está muy bien mirar a América Latina, al resto de regiones del mundo, pero la prioridad de Askapena tiene que centrarse en Europa. Hay muchas razones: el incremento del fascismo, la “fronterización”, la militarización de las fronteras, hay muchas razones para priorizar Europa tanto desde una perspectiva de denuncia como poner en contra al personal de la UE, que es digamos la estructura imperialista dominante, junto a diferentes entes como el Banco Europeo, etc. La UE es la estructura de dominación imperialista capitalista que defiende los privilegios de unos pocos y en ese sentido en términos de denuncia es el filo que vamos a trabajar desde Askapena.
También teniendo en cuenta que, en general, en Euskal Herria siempre ha habido un espíritu o una perspectiva bastante crítica de la UE. No digamos ya en el aspecto de la Europa de los Pueblos que llevamos diciendo veinte años, más bien, sabemos lo que no queremos y luego ya cómo se construye o qué tipo de solidaridad o de relación tenemos que tener entre pueblos no sabemos tanto, pero si es verdad que desde la mal llamada crisis de los refugiados, en general, ha habido un aumento, y con el tema catalán también, que de alguna forma la UE ha mostrado la cara de siempre, pero que ha reafirmado esa posición de que la UE ni es garante de ningún derecho para ningún pueblo ni para ninguna persona.
Ese sería un poco el foco donde nos queremos ubicar con el tema de la UE. En el ámbito más constructivo el intentar repensar o pensar sobre los modelos de integración que puedan existir en Europa entre pueblos.
Ahí tenemos una charla que vendrá una compañera de África para contarnos cómo hacen o cómo entienden la integración entre los pueblos africanos, desde el panafricanismo. La idea es seguir pensando, porque es verdad que a la izquierda siempre se nos ha criticado o se nos ha dicho eso de ‘cero propositiva’, que es todo contra, no se qué o no sé cuantos. Frente a esta UE, que sabemos que no es para nada un modelo ni democrático ni liberador para los pueblos y la clase trabajadora, pues bueno, buscamos intentar empezar a pensar qué tipo de modelo queremos, un poco por ahí va.
Esa sería la prioridad, evidentemente la coyuntura nos come y te vas a Palestina, porque el Medio Oriente sigue estando en zona incandescente desde hace muchos años, siempre lo ha sido por la importancia geoestratégica que tiene la región; América Latina sigue teniendo mucha importancia. Esos son las tres grandes regiones que intentamos abarcar en la media de lo posible desde nuestra pequeñez. Somos los que somos, llegamos donde llegamos y tenemos los recursos que tenemos.
En Europa, ¿qué sería lo prioritario y tenéis alguna actuación concreta?
Lo que antes he remarcado: el intentar crear un frente contra la Unión Europea es principal. Que haya un frente común, porque esto es una basura, esto no va a responder en ningún momento a la realidad de la clase trabajadora y con esto hay que acabar. De alguna forma, la prioridad a nivel europeo sí que la vemos desde la solidaridad entre los pueblos y, por lo tanto, desde el internacionalismo debemos señalar y crear un frente común contra la UE. Bien es verdad que desde la izquierda es más fácil unirse frente a algo que construir algo, pero que también es un problema. Sí que la idea es que a través de las brigadas, que retomaremos en el 2022 por seguir conociéndonos, porque sí que es verdad que conocemos más la realidad de los que esta pasando en Venezuela o en Bolivia frente a lo que pasa en Grecia o en Italia.
En este sentido, es prioritario conocernos, conocer las luchas que se están desarrollando en el continente y, sobre todo, en el Sur, que es un poco donde podemos encontrar un símil de alguna forma. Porque Europa es muy grande, podemos irnos a Rusia pasando por Portugal y acabar por Escandinavia. Es importante eso, conocer las realidades más cercanas y, aunque es verdad que la calidad de vida vasca no tiene comparación con los países del norte, no digo con cual, pero es verdad que a nivel sociopolítico y sociocultural tenemos mucho más que ver con el Sur que con el Norte. Es lo que pensamos en Europa: machacar, seguir machacando ideológicamente con el tema de la UE y empezar a plantear una alternativa frente a eso o, ¡ojo!, unas, que tampoco tiene porqué ser una, puede haber varias opciones.
Antes comentabas lo de integración panafricana, ¿qué pretendéis que se explique en esas jornadas?
Sí, la idea de esa charla va a ser la de contraponer dos modelos que van a ser: el panafricanismo desde una perspectiva popular y, por otro lado, la UE, como dos modelos totalmente antagónicos y contrapuestos de como se pueden hacer las relaciones en términos internacionales en una misma región. Esa es la idea y de alguna forma que desde el panafricanismo nos den algunas ideas y si nos sirve ese modelo de integración que plantean allá para el continente europeo. Es evidente que tal cual no se puede calcar, pero sí que puede haber similitudes y elementos compartidos de los que podemos aprender mucho. Es una experiencia más desconocida, porque aquí es más conocida el Alba y otros movimientos organizativos en términos sectoriales como la Vía Campesina o la Marcha Mundial de las Mujeres, pero la idea es si queremos empezar a plantear una integración o varias integraciones en el continente europeo, pues igual hay que empezar a mirar más allá de esos sectoriales y de las experiencias que conocemos, y mirar también por ejemplo hacia Africa que es la gran desconocida seguramente, junto a Oceanía.
¿La emigración de africanos hacia Europa igual desmonta esa integración que indicas?
No lo creo. Al final, quienes van a venir a las jornadas son gente de Suráfrica, Zimbawe, Ghana, Zambia…ese no es, en principio, el mayor flujo de emigración que está habiendo hacia Europa, el mayor flujo proviene del Norte de África. Frente a ese flujo migratorio lo que podemos hacer y decir desde Euskal Herria y desde Askapena, desde luego, es que flujos migratorios siempre han existido históricamente, otra cosa es que el robatorio y el expolio, junto con las guerras sin olvidar, se está multiplicando y está generando esa emigración. O sea que el foco no es tanto que vengan, sino por qué vienen, por qué tienen que abandonar sus lugares de origen y que el problema sigue estando en el sistema dominante y que de alguna forma, gracias o por culpa de ese expolio de esas guerras que se plantean desde el centro capitalista, tienen que emigrar esas personas.
¿Esa realidad la aprovecha el fascismo, que rechaza la emigración y está dando pie a actuar contra estas personas?
Sin duda. El fascismo está haciendo el trabajo como lo ha hecho durante décadas y en ese sentido aquí se tienen que empezar a plantear dinámicas de acogida y empezar a plantear donde empiezan los conflictos y comenzar a plantear qué papel tenemos nosotras como sociedad en que esos conflictos se puedan desarrollar también por culpa o implicación de empresas o entidades de aquí o de instituciones de aquí. Es verdad de que existen colectivos de solidaridad que acogen a refugiadas o emigradas, pero creemos que el puntito que falta es el trabajo de concienciación. Aquí hay un montón de empresas que tienen que ver con la industria armamentística y no estamos haciendo nada. No las van a desmantelar. De alguna forma, tenemos que ver dónde poner el foco. Desde Askapena, si bien no quitamos importancia al trabajo que se hace desde esos colectivos y de esos espacios de acogida, sí que creemos que tiene que haber esa otra visión o ese otro trabajo de denuncia y señalar a esas entidades que colaboran directamente con el imperialismo.
En las jornadas tocáis Cuba, ¿sin Cuba no se entendería todo eso, verdad?
Claro. Ese es un poco el final de las jornadas, cogemos el ejemplo de Cuba y aprendamos de ellos. Es decir, por eso “Euskal Herria lehen urratsa”, porque si Cuba no hubiera hecho su revolución no estaríamos hablando de que en cientos de países y lugares del mundo está habiendo ese internacionalismo llevado al extremo, porque ellos son un estado y nosotros todavía no. Es un elemento importante, no es un pequeño detalle, como los cubanos y cubanas desarrollan ese internacionalismo en las esferas más altas con todo el trabajo que se hace en la Enseñanza, etc. Cuba es el ejemplo del lema que desde Askapena llevamos a cabo de “Internazionalista delako, lehen urratsa”. Euskal Herria mirémosnos en Cuba, teniendo en cuenta que Cuba está como está por culpa de un bloqueo criminal que sino sería el copón. Está sobreviviendo de alguna forma, está a flote gracias a la solidaridad internacionalista que existe entre los pueblos de América Latina y Caribe. Porque una vez que desapareció la Unión Soviética, para Cuba fue un gran golpe. Pero, de alguna forma, Cuba es el ejemplo perfecto para mirarnos en ese espejo, porque la aportación principal que podemos hacer como internacionalistas, como pueblo, es liderar nuestro futuro, pero con nuestras coordenadas, no es un cambio de banderas.
Cuba es un ejemplo con la pandemia, enviando médicos por el mundo.
En ese sentido, la pandemia ha puesto encima de la mesa también los diferentes modelos de solidaridad o cooperación que pueda haber en términos de Estado. Y como la UE dejó vendida a Italia y fueron los médicos cubanos los que fueron allá. Es la leche. Una integración supuesta que se llama UE no es capaz de poder responder a las necesidades sanitarias de un país que conforma la UE y tienen que ir los cubanos a pesar de que Italia tienen relaciones de interés con Estados Unidos, que es uno de los países que bloquea sistemáticamente a Cuba. Fue un momento interesante para ver y poner en la balanza qué hace Cuba y qué hacen otros Estados. En la UE también se han visto el robo de vacunas, y hemos visto que Israel estaba en el ajo.
Euskal Herria qué presente y futuro tiene. Es un país bastante rico pero tiene pobreza, desigualdad, clase trabajadora más explotada, ¿cómo lo veis?
Si decimos que la mejor aportación a las luchas del mundo tiene que ser la propia liberación de nuestro pueblo pues ¡nos está costando! Por no entrar en el meollo, porque como Askapena no hablamos en estos términos, nos limitamos a nuestro ámbito, nosotras lo que sí vamos a apostar es por seguir construyendo una Euskal Herria internacionalista, para eso necesitamos un movimiento internacionalista fuerte, por eso las jornadas de este fin de semana profundizan en esa idea, qué es el internacionalismo, la necesidad del internacionalismo revolucionario y todos esos valores que hemos venido planteando no sólo desde el inicio de Askapena sino también previo, porque el internacionalismo vasco nace antes de que naciera Askapena. Creo que esa labor de reconocimiento tiene que existir también.
Desde nuestro prisma una Euskal Herria socialista y feminista tiene que ser sí o sí internacionalista y esa es la aportación que le vamos a poder hacer. Es verdad que no estamos en nuestros mejores momentos, ni como pueblo, ni como movimiento popular, ni como clase trabajadora, pero creo que, incluso de esta pandemia también podemos haber sacado bastantes enseñanzas y sí que es verdad que estamos en nuestras horitas bajas, pero tampoco nos fustiguemos. Es decir, lo que hay de resistencia, de construcción popular, lo que hay de poder popular creo que es de inmenso valor. Desde Askapena nuestra idea es seguir en la medida de lo posible fortaleciendo las luchas, dando también voz a esas luchas que son imprescindibles y que, de alguna forma, el poder popular sigue siendo la clave para nuestra propia supervivencia como clase y como pueblo. Nosotras tenemos muy claro que seguimos apostando por una Euskal Herria socialista, feminista y libre en todos los términos desde ahí, desde el poder popular y trayendo también las diferentes experiencias de poder popular que puedan existir alrededor del mundo, porque creemos que al conocer esas experiencias nos pueden dar impulso de que todo no es malo.
Hay cosas que estamos haciendo bien y bueno, el ejemplo, es que Askapena sigue viva. Más allá de que la Audiencia Nacional nos quisiera tumbar, podíamos haber desaparecido mucho antes o después de inacción o de lo que sea, pero de alguna forma el termómetro nos dice que tenemos camino por hacer y tenemos mucho que hacer como Askapena, y esa es un poco la aportación a este pueblo, que bien se lo merece también. A veces nos fustigamos un montón y es hora de tener un poco de amor propio.
Si quieres añadir algo, estás a tiempo.
No. Creo que donde nos movemos, y uniendo con la última pregunta, movimiento internacionalista y movimiento popular esa es la clave. Activación en todos los barrios y pueblos, cada uno desde sus luchas, pero también coordinados de alguna forma, porque también es verdad que tenemos la sensación de estar cada una como pollo sin cabeza y creo que desde la unidad se hace la fuerza, y eso lo sabemos. Y eso en el internacionalismo es lo que vamos a trabajar en los próximos meses y años de cómo fortalecer el movimiento internacionalista, entendiendo que cuando más fuerte es el movimiento internacionalista más fuerte va a estar la lucha de liberación de nuestro pueblo. Es un poco la aportación que como internacionalistas hacemos.
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