Amenazaron con echar abajo la investidura de Jordi Turull y chulescos como solo Albert Rivera lo puede ser, lo cumplieron.
Su mambo se convirtió en un patético pasodoble colaboracionista. Uno con 155 olés.
Con sus intelectos aprisionados por las taras del eurocentrismo, esas CUP capaces de llevar el asambleismo y la democracia directa al anquilosamiento inmovilista más exasperante - a diferencia de Marinaleda, donde lo que se necesita hacer se hace - se negaron en abierto a aprender ni lo más mínimo de los procesos de autodeterminación y descolonización de América, África y Asia. Lo que Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador o Uruguay han logrado ha sido gracias al frentismo, el estar dispuesto a tejer alianzas con compañeros de viaje muchas veces incómodos. Por delante de las ideologías que tienden a atricherarse en discusiones acerca de si los ángeles tenían órganos sexuales o no, está la filosofía, capaz de colocar lo importante por delante de lo urgente. Y lo que en estos momentos importa, lo que requiere el pueblo catalán, es de representantes que lleven adelante su sueño de libertad, de emancipación. Ya después habrá tiempo de caminar por los caminos de la revolución, del socialismo, del anarquismo.
A ver, esto es muy sencillo, si las CUP no quisieron dar su voto de confianza como en su momento la izquierda abertzale (con cientos de presos políticos, decenas de desaparecidos, miles de torturados) sí lo hizo con la socialdemocracia vasca, que nos explique... ¿por qué el feudo de los Sociatas en la periferia de Barcelona ha pasado a manos de Ciudadanos?
¿No pueden ellos, desde las CUP, concientizar a los obreros que viven en ese cinturón, antes rojo y hoy anaranjado?
Si no han logrado provocar cambios ahí, ¿quién les dice que van a ser capaces de hacerlo en toda la geografía de Catalunya, ya ni siquiera digamos de los Països Catalans?
¿Cómo es que perdieron los votos que habían arrebatado a ERC en las elecciones anteriores y que representaban siete diputaciones en el Parlament? ¿Cómo es que no lograron convencer a esos votantes de seguir confiando en el programa cupero?
¿Entienden que seguirá otra sesión de investidura en la que ya no serán necesarios sus cuatro míseros, raquíticos, circunstanciales votos? ¿a eso le apuestan, a que esa minoría que les votó el pasado 21 de diciembre se sienta orgullosa de esta victoria pírrica como pocas?
Un penúltimo planteamiento, siendo que Carles Puigdemont, uno de los asilados en Bélgica y por lo tanto represaliado político a diferencia de los cuatro que negaron su voto a la investidura, fungió como president durante todo el periodo previo a la épica jornada del 1° de octubre de 2017 después de que ustedes mantuvieran en vilo la gobernabilidad de Catalunya por su negativa a que Artur Mas fuese investido... ¿no les llama la atención que un político de centro derecha sea hoy laureado como libertador por todo el orbe y que precisamente él este en mayor sintonía con el pueblo catalán que ustedes? ¿no les preocupa?
Lean a Mariátegui, al Che, a los Flores Magón... les hace falta.
Ya para terminar y antes de pasar al artículo de inSurGente donde se
busca explicar lo sucedido... ¿quién se creen que son para echar al
tacho de la basura los votos de más de dos millones de catalanes? ¿qué
izquierda menosprecia la voluntad de un pueblo apaleado en las calles
por las fuerzas colonialistas de una metrópoli brutal? ¿se han olvidado
de los represaliados políticos, de los presos, de los exiliados? ¿se han
olvidado de Anna Gabriel?
Aquí las loas por el descarrilamiento de la investidura de Turull:
El discurso timorato, autonomista, sin mencionar a la república ni derechos de la clase trabajadora, apelando solo al voto contra las acciones de la justicia españolista, no convenció a la CUP, que se abstuvo e impidió así que el candidato Turull fuera elegido.La CUP dijo que no podemos condicionar nuestra acción política a la acción de represiva del Estado. Desde el primer momento, dijimos que había que continuar el embate con un programa de gobierno para esta legislatura que fuera valiente y continuara el mandato del 1-O. En este sentido, y como la CUP ya expresó en su consejo político del 3 de marzo, la propuesta de programa de gobierno de JxCat y ERC no avanza en la construcción de medidas republicanas ni sociales, que respondan a los derechos y necesidades de la clase trabajadora y del resto de clases populares.En este sentido, consideramos que España quiere condicionar la acción política a través de la justicia, y eso no lo podemos permitir. Hay que coordinar la acción antirepressiva para que nos haga más fuertes políticamente, pero esto no significa hacer política a golpe de citación del juez Llarena. En este sentido, reiteramos que la convocatoria de pleno de investidura fue una decisión de ERC y JxCat y que la CUP-CC no participó.Al finalizar el CPE + GAP un portavoz de la organización ha notificado por teléfono tanto a JxCat como ERC la postura adoptada.
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