La amenaza constante por parte del régimen borbónico franquista en contra de todas y cada una de las expresiones políticas, sociales, culturales y artísticas del pueblo vasco, sumado a la actitud sumisa por parte de algunos individuos posicionados en cargos públicos, lleva a que se presenten situaciones auténticamente kafkianas, como nos relata el más reciente Cronopiando de nuestro amigo Koldo Campos.
Aquí lo tienen:
Koldo Campos Sagaseta“La venda antes que la herida”Leo en Gara que el director de Donostia 2016, Pablo Berástegui, al alimón con el diputado de Cultura de Gipuzkoa, Denis Itxaso, han decidido “poner la venda antes que la herida” en relación a una reciente exposición inaugurada en el Centro Cultural Koldo Mitxelena, censurando una serie de obras en el entendido de que “podrían herir la sensibilidad de víctimas de terrorismo” pero no por su contenido, como cabría suponer y que tanto Itxaso como Berástegui coinciden en definir como inocuo, sino por la identidad de sus autores.Como soy escritor pero no descarto incursionar en otras artes, antes de ponerme a trabajar y yo mismo censurarme evitándoles ese trabajo a los dos representantes de la cultura vasca citados, me interesaría saber, dada la experiencia que demuestran en el registro de sensibilidades ajenas Berástegui e Itxaso, cuál es la dimensión de esa sensibilidad que se argumenta, como puedo sopesar, calcular, medir esa sensibilidad y a qué víctimas, porque las hay de muy diversa naturaleza, se hace referencia.En sus declaraciones ni siquiera hablan de un hecho consumado, razón por la que anteponen la venda a la herida, insistiendo en que “podrían herir la sensibilidad” de ese colectivo, lo que me hace imprescindible, antes de yo ponerme a trabajar en mi propio proyecto artístico y poner la censura antes de la obra, solicitarles el favor de que me aclaren los requisitos, que me digan ante qué tribunal de sensibilidades debo presentar mi proyecto antes de realizarlo, qué comisión de expertos se ocupará de valorar si mi obra puede afectar o no y cuánto y a quienes su sensibilidad, si debo junto a mi obra adjuntar un certificado de buena conducta, y ya de paso, me encantaría que me digan qué puedo hacer con la mía, con mi sensibilidad que, por cierto, también existe.
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