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miércoles, 30 de enero de 2013

Paz y Convivencia

Les vamos a compartir dos notas periodísticas (ambas por parte de medios afines al régimen borbónico-franquista, así que disculpen ustedes el lenguaje) para que ustedes saquen sus conclusiones.

La primera en Europa Press:

Gobierno vasco dice que en materia de convivencia son necesarios consensos amplísimos y no una mayoría ajustada
El secretario general de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, Jonan Fernández, subraya que, en materia de convivencia, no es suficiente alcanzar acuerdos con "una mayoría ajustada", sino que se requieren consensos amplísimos". "No hay otra solución que ponernos de acuerdo", advierte. En este sentido, plantea, entre los objetivos para la legislatura, el acuerdo entre "las grandes corrientes políticas" en las cuestiones importantes.
En una entrevista concedida a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, el nuevo responsable en materia de Paz y Convivencia del Ejecutivo vasco ha defendido que "todo lo que se haga en esta materia tiene que basarse en el consenso".
De este modo, ha señalado que, mientras en otras materias políticas "es suficiente con una mayoría ajustada", en materia de convivencia "es imprescindible mayorías amplias, consensos amplísimos". "En materia de convivencia, tras un pasado tan duro como el que hemos vivido nosotros, no hay otra solución que ponernos de acuerdo", ha manifestado.
Aunque ha reconocido que la "capacidad de veto" que puede tener "el que no se quiera poner de acuerdo", ha destacado que "la sociedad tiene un poder normativo importante en lo que hacemos o dejamos de hacer y nuestra sociedad está viviendo en una clave diferente que mira al futuro". "Y desde la política y las instituciones --ha agregado-- responder a esta nueva realidad va a ser un imperativo, que cuanto más pase el tiempo con más fuerza se va a imponer en nuestra realidad".
En esta línea, ha explicado que, al final de la legislatura, le gustaría ver un escenario en el que "las grandes corrientes políticas de este país han conseguido ponerse de acuerdo en dos o tres nudos importantes", entre ellos "la manera de mirar al pasado" y cómo se analiza "con valentía" lo que ha pasado, "perdiendo el miedo a la rectificación y la autocrítica".
Entre estos puntos, también ha citado la necesidad de "haber humanizado el presente" porque se hayan dado "los pasos necesarios para que la paz fuera consolidada definitivamente y mirando al futuro haber establecido las claves de educación social, cívica, de ciudadanía que hagan que nunca más algo como esto pueda repetirse, que tengamos un plan de paz y convivencia que haya generado condiciones, simiente, en este sentido".
Fernández ha asegurado que respeta las críticas que ha suscitado su nombramiento en las asociaciones de víctimas AVT y Covite, y ha esperado en que "el tiempo y el trabajo" permita "resituar las piezas de este puzle de la manera más pacífica y civilizada que sea posible".
Del mismo modo, se ha pronunciado sobre las críticas recibidas por parte del PP y de UPyD, que "hay que encajar desde el primer momento con tranquilidad", y ha reiterado que "no son las declaraciones de un día o de otro los que cambian las cosas", sino "el tiempo y el trabajo el que deja cada cosa en su sitio".
Colaborar activamente
Por otra parte, ha explicado que tiene "el encargo expreso del lehendakari de colaborar activamente en todo lo que sea posible" con la ponencia en materia de paz y convivencia del Parlamento vasco, así como con "cualquier otra iniciativa en cualquier otra institución que vaya en la misma dirección".
Aunque ha reconocido que "todos tenemos impaciencia", ha indicado que el avance en esta materia necesita "su tiempo" y, por ello, ha asegurado que "vamos a hacer lo posible para que las cosas vayan de la manera más rápida posible, pero sabiendo que todo necesita su proceso de maduración y de elaboración".
El secretario general de Paz y Convivencia ha abogado por "enfrentarse a la verdad de los hechos que han ocurrido en las últimas décadas en este país" de manera "crítica" y "a poder ser sacar alguna conclusión compartida".
A su entender, es precioso superar "los condicionamientos" que ha provocado "la experiencia social y políticamente traumática" que se ha vivido en las últimas décadas para "mirar de otra manera el presente, el futuro y también nuestra historia pasada".
Asimismo, ha indicado que hay que abordar "todas las vulneraciones de derechos humanos" y ha añadido que ETA ha sido "causante de un número importantísimo de víctimas mortales", pero "no todas" las víctimas ni vulneraciones de derechos se han producido por parte de la banda terrorista.
Según ha manifestado, "se trata de analizar objetivamente todo lo que ha ocurrido sin equiparar, sin mezclar, sin comparar, sin compensar unas con otras", pero "tampoco sin excluir a ninguna de ellas".
En materia de política penitenciaria, ha señalado que "tiene múltiples vertientes", la primera de ellas la transferencia de la política penitenciaria, "una reclamación que tiene un apoyo social mayoritario y un encaje legal clarísimo".
"Y a partir de ahí está el desarrollo de la propia política penitenciaria, que tiene que ajustarse a derecho y a principios humanitarios y a la realidad del tiempo en el que se está desarrollando", ha apuntado.
En este sentido, ha considerado que "es el momento en el que la excepcionalidad" de las medidas aplicadas durante los últimos años debe "dejar paso a la normalidad" y trabajar "un amplio consenso social y político para buscar una salida humanizadora a la cuestión de la política penitenciaria".
Finalmente, se ha referido al encuentro que mantendrán este miércoles el lehendakari, Iñigo Urkullu, y el presidente español, Mariano Rajoy, y ha considerado que "no haría falta" que se "dijera nada del otro mundo" tras la reunión, sino que bastaría con que ambos "hubieran podido establecer pasos para trabajar conjuntamente en una misma dirección".


Ahora, la segunda, publicada en La Razón con el ético, profesional y mesurado estilo que les caracteriza:
M. L. G. Franco / M. Casado
El lendakari, Iñigo Urkullu, dejó ayer claro que busca un final negociado de ETA al poner al frente de la Secretaría de Paz y Convivencia –área que hasta ahora no existía como tal– a Jonan Fernández, un adalid del diálogo con la banda terrorista, que fue concejal de HB. El jefe del Ejecutivo vasco metió a «todas las víctimas» en el mismo saco, eximiendo así a ETA de ser el único responsable de una actividad terrorista que ha dejado atrás centenares de muertos. Una particular forma, sin duda, de llevar a cabo la «revisión crítica del pasado» que defiende Urkullu.
Hay que apuntar que esta nueva estructura creada por el Gobierno vasco aglutinará la política de Memoria, Víctimas y promoción de Derechos Humanos y dependerá del lendakari. Junto a él estarán el citado Jonan Fernández, Mónica Hernando –miembro de Unesco Etxea–, como directora de Derechos Humanos, y Txema Urkijo, como coordinador y asesor de «todas las víctimas». Entre sus objetivos se encuentra el de poner en marcha un Instituto de la Memoria y de Derechos Humanos, lo que alejará a las víctimas de todo protagonismo.
La indignación de las víctimas y su rechazo por esta nueva ofensa fue unánime. «Ya podían haber creado esta área hace cincuenta años para decirle a ETA que no matara», replicaba Ángeles Pedraza, presidenta de la AVT, que recordaba cómo hace menos de una semana el Ejecutivo vasco designaba al abogado de etarras, Iñaki Goioaga como senador. Unas ofensas ante las que «nadie levanta la voz», matizaba Pedraza en clara alusión a los políticos.
«Es otra provocación y no será la última», apuntaba resignado Carlos Ruiz, exiliado del País Vasco por las amenazas de la banda. «Es una nueva estrategia para dar oxígeno al discurso de ETA», añadía. Y no es el único que piensa así. Desde Covite tienen claro que Urkullu busca «asentar los cimientos de una visión parcial e inmoral de lo ocurrido en el País Vasco en los últimos 30 años».





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