Vaya, parece ser que el cyborg estadounidense comienza a sufrir lo que se conoce en la física como "fatiga de materiales", que se refiere a un fenómeno por el cual la rotura de los materiales bajo cargas dinámicas cíclicas se produce más fácilmente que con cargas estáticas. Un ejemplo de ello se tiene en un alambre: flexionándolo repetidamente se rompe con facilidad. La fatiga es una forma de rotura que ocurre en estructuras sometidas a tensiones dinámicas y fluctuantes (puentes, aviones, etc.).
Resulta que ahora no solo se cae (algo imposible antes como muy bien recordará Joseba Beloki), sino que se avería como resultado de las caídas. Si no me creen, lean esta nota publicada en Gara:
Veremos si el laboratorio donde lo repararon después del cáncer generalizado hasta convertirlo en uno de los "metabolismos más perfectos del mundo" puede reparar esa clavícula en menos de una semana.
Resulta que ahora no solo se cae (algo imposible antes como muy bien recordará Joseba Beloki), sino que se avería como resultado de las caídas. Si no me creen, lean esta nota publicada en Gara:
Armstrong se rompe la clavícula y duda en acudir al Giro
Se cayó en la parte final de la primera etapa de Castilla León, vuelve a Estados Unidos y pone una semana de plazo para decidir si acudirá a la ronda italiana.
Joseba ITURRIA | PALENCIA
Lance Armstrong se fracturó la clavícula derecha en la primera etapa de la Vuelta a Castilla-León y, a pesar de que en un mes puede estar recuperado, ayer ponía en duda su participación en un Giro que arranca el 9 de mayo: «Estoy muy mal. Voy a volver a Estados Unidos, recuperaré un par de días y veremos qué hacemos. Espero decir más sobre el Giro en una semana».
Armstrong vuelve casi cuatro años después de su séptimo triunfo y ofrece su imagen más humana. Ahora hasta se cae. Como señalaba tras el percance, «esto nunca sucedió en mis 17 años de ciclismo profesional. Eso es ciclismo. No es culpa de nadie. Es parte del trabajo. Al final de la carrera, la gente comenzó a excitarse con la idea de ganar la carrera. Todos querían ir adelante y un par de corredores cayeron delante de mí, se me cruzó la rueda y salí lanzado por encima. Sucede rápido en esos casos. Podría haber sido peor, supongo. Tengo rozaduras en una cadera y en un brazo, pero el gran problema es la clavícula. Nunca he tenido esto antes y me duele muchísimo».
La caída de Armstrong agigantaba su protagonismo en la Vuelta a Castilla-León, cuyos organizadores estaban sorprendidos en la salida. Cuando otros años apenas van periodistas acreditados, ayer eran un centenar llegados de toda Europa, sin contar los de las dos televisiones que retransmiten la prueba. Todos se acercaron a ver juntos por vez primera en una carrera a Contador y Armstrong con el mismo maillot. Lo que no imaginaban es que la foto que buscaban y forzaron puede ser la única hasta julio.
Un día triste desde el inicio
El primer encuentro en competición entre ambos fue triste desde la salida. El madrileño había trasmitido el día anterior sobre esa situación que «será bueno para ir compartiendo equipo y para que también los medios de comunicación se relajen un poco al vernos juntos». Sin embargo, la sensación que trasmitieron permitía a los periodistas alimentar la teoría del distanciamiento entre ambos.
Junto al bus, el jefe de prensa del Astana advertía a los fotógrafos que para lograr una foto de los dos juntos deberían buscarla en la salida, no allí. Primero bajó Contador y se mostró incómodo, más nervioso de lo normal. Cuando se marchó, salió Armstrong y atendió a los periodistas con mayor tranquilidad. Cuando acabó de hablar se unió a Leipheimer, especialmente, y Rubiera, mientras que Contador estaba con Hernández, Noval y Zubeldia.
A pesar de que todos esperaban la foto de los dos juntos, se mantenían siempre distantes. El grupo de Contador estaba en primera fila y Armstrong, con Leipheimer, un par de metros detrás. Fueron los fotógrafos los que tuvieron que pedir al tejano que se acercara a preparar una escena que incomodaba al madrileño. Ni intercambiaron una palabra ni nada que pareciera natural y, cuando un periodista se acercó a Armstrong, Contador aprovechó para separarse y volver a unirse a sus tres ciclistas de confianza. En carrera nunca se les vio juntos, cada uno iba con sus corredores.
Es un reflejo de lo que se vive en el hotel. «No son amigos y cada uno está con los ciclistas con los que tiene una mayor relación, pero eso no quiere decir que se lleven mal. Apenas están juntos, cuando coinciden hablan en las comidas, pero Alberto entiende inglés y no lo habla y Lance entiende español y no lo habla», comentaba un integrante del equipo. Será un problema también de comunicación, pero la sensación que quedó del primer encuentro es que Contador no está cómodo en esa nueva situación y el tejano no ha ayudado a que la relación sea mejor con sus declaraciones sobre el madrileño en la París-Niza, al decir que es muy nervioso y le falta experiencia.
Tras la caída sí mostró compañerismo Contador: «Ha sido una pena perder a Lance, porque se le veía con ganas de hacer una buena preparación en esta carrera. Era una buena oportunidad para trabajar juntos. Ahora sólo puedo darle ánimos y desearle que se recupere cuanto antes para que corra el Giro». El problema será si no va al Giro y centra todas sus energías en el Tour. Habrá que ver si para entonces mejora la relación entre ambos y Astana no tiene dos equipos en uno.
Sorpresa en el sprint
Armstrong quitó protagonismo a la etapa, en la que Mikel Ilundai (Orbea) se fugó con Mancebo (Rock Racing), López (Andalucía) y Santamarta (Burgos). Tuvieron diez minutos y medio de ventaja, pero el pelotón impuso su ley con gran trabajo de Caisse d'Epargne y Euskaltel para Rojas y Rubén Pérez, que se vieron sorprendidos por Sobrino y Vitoria. Hoy se disputa en Palencia una crono de 28 kilómetros. Además desde hoy hasta el sábado se disputa la Semana Coppi-Bartali en Italia.
Veremos si el laboratorio donde lo repararon después del cáncer generalizado hasta convertirlo en uno de los "metabolismos más perfectos del mundo" puede reparar esa clavícula en menos de una semana.
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