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martes, 30 de octubre de 2007

Monarquía Cervecera Vasca

Los grandes empresarios vasco-mexicanos son un verdadero orgullo tanto para el PNV como para la diáspora vasco-mexicana organizada alrededor del Centro Vasco y de Vascos México. Aquí, un apunte biográfico acerca de una historia de "triunfo y éxito vasco" en México publicado por El Mundo:

Mª Asunción Aramburuzabala

La reina mexicana de la cerveza

Dispuesta a diversificar más el negocio que le dejó su padre, la vicepresidenta de cervezas Modelo ha comprado el 62% de Aeroméxico, una operación que refuerza su condición de mujer más rica de México.

JACOBO GARCÍA

Cada vez que alguien destapa una coronita, María Asunción Aramburuzabala, la mujer más rica de México, hace caja. Lleva ocurriendo así desde que era pequeña, aunque más directamente desde 1995 cuando tomó las riendas de la cervecera Modelo, la más importante del país y una de las de mayor presencia en el mundo. Pero, además, desde el mes de octubre, su cuenta corriente ampliará dígitos cada vez que despegue un avión de Aeroméxico, de la que adquirió, junto a un grupo de empresarios, el 62% del capital social.

Pero si algo inquieta más que sus finanzas es el misterio y el secretismo que rodea todo lo que tenga que ver con esta mujer guapa y millonaria, reconocida por la revista Fortune como «la más poderosa de México» y la única latinoamericana que integra la lista de las 50 mujeres más destacadas del mundo empresarial.

Sus escasas apariciones en la prensa se reparten a partes iguales entre las páginas salmón de los periódicos económicos y el papel couché de la prensa rosa, volcada en encontrar nuevos datos biográficos que pongan algo de luz sobre su vida.

Aunque siempre fue una niña rica, hija y nieta de emigrantes vascos, la vida de Aramburuzabala empezó a cambiar partir de 1995, cuando con 32 años y tras la muerte de su padre, Pablo Aramburuzabala Ocaranza, sorprendió al empresariado azteca al colocarse como vicepresidenta del Grupo Modelo, en lo que supuso una incursión histórica en un consejo ocupado exclusivamente por hombres. La mujer de apariencia frágil y volcada en sacar adelante a sus dos hijos y en salvar su matrimonio desconcertó a todos cuando, en un golpe de mano extraordinario, logró el dinero suficiente (1,6 millones de dólares) para tomar las riendas de la empresa familiar.

Poco tiempo después, por primera vez en más de un siglo, una mujer se sentaba como directiva de la Bolsa mexicana, circunstancia que repite diariamente en la multitud de consejos empresariales que controla, y que van desde la cerveza al ladrillo. A lo largo de 12 años María Asunción ha superado con creces el reto de defender y mantener la fortuna heredada de su padre, revalorizando la cotización de una empresa que en 2006 obtuvo ingresos por 3.600 millones de dólares y ganancias por 450 millones de dólares.

Razones como ésta han hecho de Aramburuzabala un caso de estudio en escuelas de negocios e instituciones, aparentemente tan antagónicas, como el World Economic Forum o el Instituto Nacional de las Mujeres, tal y como señala el libro Los amos de México del periodista Jorge Zepeda Patterson. Según Forbes, se trata de la única mujer latinoamericana que figura en el listado de las 100 más poderosas del mundo (ocupa el lugar 58) junto a Condolezza Rice, la Reina Sofía, Hillary Clinton o la Reina Rania de Jordania. «Esto no sólo ha reivindicado a la familia, sino a las mujeres en general en una sociedad extremadamente machista», comentó su madre, Lucrecia Laguerri.

Licenciada en económicas en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), nació en 1963 en el Distrito Federal. Después de 15 años casada con Patricio Zapata, con quien tuvo dos hijos, su vida volvió a dar un nuevo giro cuando en abril de 2005, «completamente enamorada» decidió casarse en segundas nupcias con Antonio Garza, actual embajador de Estados Unidos en México. Aquella espectacular ceremonia en la Riviera Maya a la que acudió la flor y nata de ambos países, entre ellos Laura Bush, esposa del presidente estadounidense, volvió a colocarla contra sus deseos en el centro de los reflectores.

Fría y distante con los medios desde entonces, tras su figura de mujer dura se esconde una mujer hogareña y sensible cansada de las apariencias. «Es importante no sentirme una mujer inútil», comentó a The Wall Street Journal en una de las pocas entrevistas que ha concedido.

Decidida impulsora de la presencia femenina en los foros internacionales y dentro del mundo de los negocios, durante años se le conoció como La Thatcher, o dama de hierro mexicana, deslumbrados ante su capacidad para romper esquemas y prejuicios, mérito nada desdeñable en un país profundamente machista, donde las mujeres con cargos directivos son meramente anecdóticos.

El emporio de Aramburuzabala ha basado gran parte de su éxito en la diversificación del negocio cervecero que dejó su padre, y ha extendido sus inversiones hacia Grupo Televisa, al asociarse con otro joven empresario, Emilio Azcárraga Jean, con el 16.7% de las acciones de la cadena líder en América Latina. Paralelamente, fundó Tresalia Captal, Kio Networks y BCBA, dedicadas a acciones inmobiliarias.

Su nueva dimensión pública junto al embajador estadounidense no le ha hecho ajena a las críticas, que han llegado principalmente por sus inclinaciones políticas hacia el actual partido en el gobierno, el conservador Partido Acción Nacional (PAN) de Vicente Fox y Felipe Calderón.

Hay que hacer énfasis en el hecho de que su segundo apellido es Larregui. Curiosamente, en el estado español consideran a Aramburuzabala y a Azcárraga como descendientes de vascos cuando ni Asunción ni Emilio se han pronunciado al respecto y por lo tanto no se sabe si se identifican como parte de la diáspora vasca.

Por cierto, de los vascos que abren brecha en la educación, el arte, los derechos humanos, los derechos laborales, la solidaridad y/o el internacionalismo, de esos ni un pío.

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