A los españoles ultra-nacionalistas y su coro de posibilitadores en los medios de comunicación y en el abigarrado universo de los "líderes de opinión" les fascina repetir ad nauseum que Nafarroa Garaia (denominada Comunidad Foral de Navarra desde Madrid) no es parte del País Vasco cuando en realidad esta provincia es la versión moderna del referente histórico-jurídico-político del estado vasco denominado alguna vez Reino de Navarra. No es que Nafarroa Garaia quiera ser fagocitada por el nacionalismo vasco, no, de hecho sería precisamente al revés, una vez recuperada la soberanía las otras seis provincias regresarían a su seno.
Pare entender más todo esto les presentamos este texto publicado en Gara:
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Floren Aoiz
Con Navarra hemos topado
Era cuestión de tiempo. Ocurrió en los años 30 y en los 70 del siglo XX, cuando se discutió la institucionalización de la Euskal Herria peninsular, y era de esperar que volviera a suceder. Navarra como excusa, parapeto, baluarte, coartada, límite infranqueable, pero también como moneda de cambio y precio político, conceptos comerciales donde los haya. Es que los navarros no quieren, dicen unos, pero por si acaso nunca se nos ha preguntado. Otros confunden el legítimo proyecto político de cada cual con el principio democrático de que Euskal Herria, como todos los pueblos del mundo, tiene derecho a decidir libremente y sin injerencias externas tanto sus relaciones con otros pueblos como su vertebración interna. Y hay también quien justifica el inmovilismo del PSN en esta materia afirmando que este partido siempre ha concebido Navarra como una comunidad diferenciada.
Nada más lejos de la realidad. La historia de la posición del PSOE con respecto a Nafarroa es un auténtico culebrón. Es cierto que sus líderes mantuvieron posiciones divergentes en 1931 y 1932, pero en 1936 rectificaron y asumieron que un estatuto a cuatro era la clave para parar a la derecha. Y en esas siguieron hasta que dirigidos por Urralburu y Arbeloa practicaron un salto acrobático espectacular.
Precisamente por aquellas fechas, el entonces ministro de UCD señaló a los diputados del PNV en Madrid que los militares españoles nunca aceptarían un estatuto de autonomía común para Araba, Gipuzkoa, Bizkaia y Nafarroa. A la sombra del susto que esos mismos militares escenificaron el 23 de febrero de 1981 nacía el PSN mediante la salida de la estructura navarra del Partido Socialista de Euskadi. ¿Hace falta insistir en las razones del cambio de postura?
En una reunión del PSOE navarro en 1981, desde la Ribera se criticó el viraje propuesto por la dirección, y Arbeloa y otros respondieron que el partido nunca había defendido la unidad territorial vasca. Podrán engañarse a sí mismos cuanto deseen, pero el veredicto de las hemerotecas y los archivos es demoledor. Todo sería más fácil si el PSN recuperara lo afirmado por Urralburu en 1977: «Navarra, debido a su identidad histórica, a su cultura, a su lengua, pertenece a lo que se entiende como comunidad natural vasca o pueblo vasco».
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