Esta reflexión ha sido publicada en Gara:
¿Y si la legalidad choca con la voluntad de la ciudadanía vasca?
Por mucho que haya quien pretenda vender la existencia de dos procesos uno de paz y otro de normalización política la realidad se impone y en las declaraciones de los más significados dirigentes políticos ambos se entremezclan e, incluso, se condicionan. Es evidente que lo que hay o debiera haber es un único proceso con dos vías de diálogo y acuerdo diferenciadas, y en el que a nadie se le puede escapar que no puede haber resolución del conflicto si no se abordan convenientemente las raíces políticas e históricas del mismo. Ayer, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba dejó patente la contradicción en la que se mueve el Gobierno español y, al mismo tiempo, apuntó cuál es uno de los nudos a desatar. Asegura Rubalcaba que el diálogo político debe respetar la Constitución española que, según recalca, «no se va a modificar». Y a continuación añade que «la paz tiene que reflejar la voluntad democrática de los ciudadanos vascos y la pluralidad de toda la sociedad vasca». La cuestión, una vez más, es qué hacer si la voluntad de la ciudadanía vasca, expresada libre y democráticamente, no encaja en la Constitución española que, según se insiste, no se va a modificar. Ahí está el núcleo del problema y del conflicto, que no se puede resolver con discursos en los que abundan más los lugares comunes que la reflexión política de fondo. -
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