Este texto ha sido publicado en Gara:
Josetxo Ibazeta | Miembro de Batasuna
Al otro lado del Atlántico
Los pueblos engloban una comunidad social, cultural y humana formada por todas las personas que, independientemente de su lugar de nacimiento, comparten un sentimiento de pertenencia. Euskal Herria es un claro ejemplo de ello. Hay personas que no han nacido en territorio vasco pero el sentimiento de pertenencia al pueblo vasco les ha llevado a implicarse de forma militante en la reclamación de los derechos políticos que nos pertenecen. Hay otra realidad, personas que, si bien no han nacido en Euskal Herria, han sabido mantener y reconstruir a miles de kilómetros su propia identidad vasca. En algunos casos a través de varias generaciones.
Son descendientes de personas que por motivos económicos, sociales y políticos (huyendo de la represión española y francesa) tuvieron que abandonar sus respectivos pueblos y ciudades.
Se calcula que cerca de cuatro millones de vascos descendientes de personas vascas viven fuera de las siete provincias. Una gran comunidad repartida por todo el mundo. Muchas de estas personas residen en Argentina, Uruguay y Chile. Concretamente se calcula que al final de la primera guerra carlista, 8.000 exiliados de guerra huyeron a estos países. A esto hay que sumarle el contingente de personas que huyeron de la represión franquista. Por lo tanto, nos encontramos con una comunidad vasca significativa que es desplazada de su lugar de origen de una forma violenta y traumática. Sin duda alguna, ello ha provocado que esa comunidad haya sabido mantener una memoria colectiva, un sentimiento de solidaridad y una conciencia de pertenencia a un pueblo.
Durante la semana del 23 al 29 de octubre nos hemos desplazado hasta Córdoba Argentina con objeto de participar en la Semana Nacional Vasca. A lo largo de su historia, Córdoba se ha caracterizado por ser un punto de encuentro de diversas culturas. El colectivo de estudiantes universitarios conforma el 10% de la población. El movimiento obrero de la ciudad ha dinamizado luchas que han tenido su incidencia a nivel de todo el país.
Allí hemos desarrollado una actividad política que valoramos de forma positiva. Hemos tenido ocasión de mostrar nuestra solidaridad con la sociedad argentina antifascista ante la desaparición del testigo Julio López. Hemos mostrado nuestro respaldo para la construcción de un frente contra los genocidas que secuestraron a López y que quieren parar los juicios contra los represores de la dictadura. Hemos tenido ocasión de conocer la dura realidad argentina a través de las voces de los más desfavorecidos: el 10 % más rico de la población se queda con un ingreso 32 veces superior al del 10 % más pobre; el 31,4 % de la población vive en la pobreza; el 44 % de los trabajadores está en la economía sumergida y con salarios por debajo del umbral de la pobreza...
Batasuna durante la semana vasca en Argentina ha puesto en práctica lo que pretende ser su línea de intervención política con la diáspora. Por una parte, intercambio y trasvase de información. Por otra parte, queríamos activar y motivar a los sectores que comparten nuestros objetivos estratégicos. Para ello hemos organizado encuentros y charlas. La Universidad Nacional de Córdoba y el gremio de periodistas nos han abierto las puertas y en las conferencias organizadas hemos podido comprobar el interés que despierta la actual coyuntura política. Emisoras de radio y televisión han abierto los micrófonos a Batasuna para poder explicar la propuesta de la izquierda abertzale para la resolución democrática del conflicto.
Jóvenes y adultos nos han mostrado su disposición a aportar su granito de arena en el proceso democrático que pretendemos poner en marcha. Hay una juventud vasco-argentina que más allá de alimentar la transmisión de la cultura, las tradiciones, las danzas vascasS en los centros vascos reclama su papel activo en la lucha por el reconocimiento a decidir nuestro futuro.
El hecho de que este año en la kalejira de dantzaris se exhibiera una pancarta reivindicando una diáspora comprometida y de izquierdas, junto a carteles a favor del derecho a la autodeterminación y en favor del colectivo de represaliados y represaliadas, nos parece muy significativo.
Por lo tanto, desde hoy hay que poner los medios para que el acercamiento y la intercomunicación con todas esas personas sea una realidad. De aquí hacia allá y de allá hacia aquí. Dejando atrás los gestos oportunistas que se realizan desde las instituciones vascongadas, gestos destinados al clientelismo político. Reparto de subvenciones a cambio de que en los centros vascos no se hable de política.
Hemos tenido ocasión durante estos días de comprobar que muchas personas descendientes de inmigrantes, lejos de una connotación negativa de no pertenecer a un país u otro, hoy en día lo perciben como pertenencia a ambos lugares. Se implican en las luchas populares y en favor de los derechos humanos en Argentina y a su vez, por cada golpe que sufre Euskal Herria, estas personas sufren, y disfrutan con cada éxito que logramos. Por eso creemos que es el momento de dar nuevos pasos efectivos en una dirección: que las personas que forman el «octavo herrialde» también puedan participar en el proceso de construcción nacional y en el proceso de resolución del conflicto. Se hace necesario favorecer la participación efectiva del colectivo vasco de la diáspora en el proceso.
La misma FEVA ( Federación de Entidades Vasco Argentinas) en su declaración con motivo de la Semana Nacional señalaba la necesidad de «construir un escenario donde se respete el derecho a decidir». El apoyo a Udalbiltza hecho público por parte de destacadas personalidades de la diáspora. El respaldo a la resolución del conflicto en clave democrática por parte de tres conocidas personas provenientes de diferentes sensibilidades políticas. El hecho de que sea posible ya tramitar el EHNA en las provincias de Buenos Aires (General Villegas, Trenque Lauquen, Bolívar, Las Flores, Tres Arroyos, Mar del Plata, La Plata y Lomas de Zamora), Santa Fe (Rosario), Entre Ríos (Paraná), Córdoba (Río Cuarto), San Luis (Villa Mercedes), Santa Cruz (Río Gallegos), Chaco (Resistencia) , Mendoza (Mendoza), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, La Pampa (Santa Rosa), así como en Uruguay, en Montevideo. Todo esto nos lleva a pensar que algo se mueve al otro lado del atlántico. La diáspora debe jugar un papel activo en la resolución del conflicto y en la suma de apoyos al derecho a decidir. La marea favorable a la causa de la autodeterminación llega hasta las orillas de las costas argentinas.
(*) Josetxo Ibazeta fue el delegado de Batasuna en la Semana Nacional Vasca de Córdoba (Argentina)
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