Cuando los representantes del arte y la cultura se comprometen con el devenir de su pueblo hay oportunidad de crear magia y de eso precisamente nos habla esta nota publicada en Gara:
18/98+ elkartasun jaialdia
Un concierto irrepetible
«Este concierto será irrepetible». Lo dijo Fermín Muguruza hace unos días y ayer esa frase cobró todo su significado. Irrepetible por la dificultad que entraña juntar a tantos y tan diversos músicos; irrepetible porque hay momentos que son únicos. Lo saben bien los encausados en el sumario 18/98, aclamados sobre el escenario mientras cerraban el histórico concierto de ayer noche en el BEC.
El Bilbao Exhibition Center es un lugar frío a más no poder; de proporciones gigantes, se mire para donde se mire: a lo largo ancho y alto. Cuesta llenarlo y, sobre todo, cuesta calentarlo.
Fermín Muguruza no tuvo mayor problema. Ni en llenarlo con gente llegada de toda Euskal Herria y de muchas puntas del Estado, con especial presencia de catalanes, ni en caldearlo. Hasta casi hacerlo hervir. Poco a poco, eso sí. Las puertas se habían abierto a las 18.30, pero la gente se lo tomó con tranquilidad. Cuando, a las 19.30, La Banda del Surdo comenzó a caldear el ambiente con sus ritmos de percusión, todavía había más gente fuera que dentro. Claro que había que beberse los katxis y litronas, porque en la puerta se revisaban todas las mochilas y los precios de los bares no invitaban a consumir mucho dentro. La batucada se mezcló con el público, incluidos danzantes subidos a zancos.
Mientras llegaba la gente, algunos de los encausados en el sumario 18/98 recibían en el hall e invitaban a firmar autoinculpaciones, con bastante éxito. En otro espacio, se vendían como rosquillas las camisetas de Euskal Herria Jamaika Clash, además de los siempre bien acogidos materiales reivindicativos.
Pasaban las ocho cuando subió a escena Bad Sound System, formado por músicos cubanos y vascos residentes en Irun. En el escenario, una bandera pedía el acercamiento de los presos. La banda de hip-hop saludó a los congregados con “Lejos de aki”, interpretó, entre otras, “Guerra” e invitó al guitarrista Xabier Strubell a acompañarlos en el tema “Hay ke luchar”. Tras ellos, con apenas unos minutos de descanso, salió DAM, justo después de que las pantallas colocadas a ambos lados del escenario proyectaran imágenes de luchas callejeras en Palestina, pertenecientes al videoclip de la canción “Min irhabi” (¿Quién es el terrorista?) . Y el ambiente empezó a subir grados. Este trío de músicos palestinos, cuyo nombre es la abreviatura de Da Arabi Mc’s, se formó en 1998 liderado por Tamer Nafer. Cantan en lengua árabe y se han convertido en un referente de la lucha por su causa en el mundo árabe. Saludaron con un sonoro ¡Salam malecom! y desde el principio invitaron a la gente a secundar su mensaje contra la ocupación israelí. «Palestinatik Euskal Herrira, Okupazioa kanpora!» invitó a repetir en uno de los primeros temas. Palmas, gritos de solidaridad con el pueblo palestino y ondear de banderas acompañaron a los palestinos durante toda la hora en la que ofrecieron sus canciones a ritmo de hip-hop.
Alas diez de la noche, la arenca del BEC de Barakaldo presentaba ya un aspecto abarrotado. Llegaba el momento de escuchar en directo Euskal Herria Jamaika Clash, el último proyecto de Fermín Muguruza, y la gente se mostraba impaciente. Un vídeo sobre el juicio en la Audiencia Nacional recordó mientras tanto a los presentes que la solidaridad con los procesados era el leit-motiv de la noche.
Y llegó el esperado momento. Fermín había prometido sorpresas y las hubo. Desde el principio, además. Primero subió al escenario el jamaicano afincado en Baiona Daniel Ray y comenzaron a sonar los primeros ritmos reggae. Enseguida apareció Sorkun, para interpretar “Rescue me”. Y, poco después, Anari, que ofreció el clásico de Bob Marley “Redemption song”. Y entonces apareció Ruper Ordorika, recibido con una salva de aplausos. El cantante de Oñati, que tocó “Ene begiek”, se alegró de ver a tanta gente que no «acepta que se pisoteen las ideas».
Muguruza a escena
Tras estos invitados, el escenario se llenó con la presencia de la banda de Fermín Muguruza. Más de quince músicos, entre los que estaban los músicos jamaicanos llegados a Euskal Herria el pasado sábado, tras superar innumerables problemas con el visado. En el escenario no faltaron algunos fieles colaboradores de Fermín, como Xabi Solano, Jon Tronbon, Mikel Abrego, Jon Elizalde, Igor Ruiz, Aritz Lonbide, el cubano Víctor Navarrete y la antes citada Sorkun.
En el segundo tema y cuando eran casi las once de la noche, Fermín apareció en el escenario, al ritmo de “Mongolian Barbacue”. «¡Gabon Eusakl Herria! ... Esan bai!» Entre todos los músicos de negro, el cantante de Irun lucía camisa caqui, con un Che Guevara a la espalda. Fue recibido como se esperaba. O incluso mejor.
Poco después, y en compañía de Daniel Ray, llegó la canción que da título al disco “Euskal Herria Jamaika Clash”. Los temas de este último proyecto del cantante de Irun fueron el eje del concierto, pero tampoco faltaron otras canciones emblemáticas -acompañadas de gritos a favor de la independencia y los presos y también algún que otro clásico de reggae. Unos bailarines de break dance, entre ellos un niño, animaron el escenario en algunos momentos. Los cantantes jamaicanos Masta Blasta y Lisa Dainjah fueron muy aplaudidos. «Gabon, osasuna eta askatasuna!», saludó Lisa.
La primera despedida llegó tras “El último ska”, tema que Fermín aprovechó para presentar a la larga lista de músicos que le acompañó. Pero todavía quedaba mucho concierto. La voz de Lisa Dainjah, a capella, dio la introducción a otro buen puñado de canciones, entre los que estaba “La línea del frente”, coreada por Masta Blas, y “Mendebaldarketa”, con Anari.
Todavía hubo más. Los músicos de Bad Sound System volvieron a subir al escenario para interpretar, junto a Fermín, “Nik baditut sei”, y los de DAM obsequiaron a los presentes con un tema sobre Ramallah.
El último bis fue todavía mejor. “Gora herria” acabó de desgañitar la gargantas y, tras “Bideak”, con break dance incluido, llegó “Sarri, Sarri”. Fue entonces cuando los encausados en el sumario 18/98 subieron al escenario, el BEC tronó en una gran ovación y llegó el final de una gran noche.
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